Shein y Temu alzan precios: ¿el fin de la era del 'todo barato' en el e-commerce chino?
El aumento de aranceles en EE.UU. desafía el modelo de bajo costo de los gigantes chinos del comercio electrónico
El ocaso de la ganga permanente: comienzan los cambios
Desde su irrupción en el mercado estadounidense, Shein y Temu transformaron el comercio electrónico con una propuesta difícil de resistir: precios ultra bajos, variedad apabullante de productos y marketing agresivo a través de influencers. Sin embargo, a partir del 25 de abril, los consumidores en EE.UU. verán que los precios comienzan a subir, una consecuencia directa de nuevas políticas comerciales que apuntan a frenar la dependencia de productos chinos baratos.
Ambas plataformas anunciaron ajustes en sus precios argumentando “cambios recientes en las reglas comerciales globales y aranceles”. ¿Qué está ocurriendo detrás de estas decisiones? Analizamos lo que está en juego en esta nueva frontera del capitalismo digital.
El golpe arancelario: 145% más caro importar desde China
El detonante clave es la decisión del expresidente y ahora candidato Donald Trump de imponer aranceles del 145% a la mayoría de los productos fabricados en China, medida que será efectiva a partir del 2 de mayo. Al mismo tiempo, firmó una orden ejecutiva para eliminar la histórica provisión de minimis, que permitía importar mercancías menores a 800 dólares sin pagar impuestos.
Esta exención era ampliamente usada por plataformas como Shein y Temu: según datos de CBP (Customs and Border Protection), hasta 4 millones de paquetes de bajo valor llegan diariamente a Estados Unidos, en su mayoría desde China. Por tanto, la eliminación de esta vía supone un gran desincentivo fiscal.
Un modelo en jaque: ¿cómo ganaban dinero Shein y Temu?
Shein vende principalmente ropa, cosméticos y accesorios dirigidos a mujeres jóvenes, con colaboraciones frecuentes con celebridades e influencers. Temu, perteneciente a PDD Holdings, ofrece desde gadgets hasta artículos para el hogar y curiosidades como juguetes o productos de humor.
Su modelo de negocio ha sido posible gracias a una combinación de tres factores:
- Producción en masa a bajo coste en China.
- Logística eficiente que se apoya en exenciones arancelarias.
- Marketing agresivo en redes sociales y plataformas digitales.
Eliminar uno de estos pilares —el beneficio fiscal— representa una amenaza crítica para su rentabilidad.
¿Quién gana y quién pierde con esta decisión?
Uno de los pocos ganadores potenciales es Amazon. En noviembre del año pasado, el gigante de Seattle lanzó una tienda de bajo costo para competir directamente con Temu y Shein, vendiendo artículos por menos de 20 dólares. Muchos productos de su catálogo eran prácticamente idénticos a los de sus rivales asiáticos.
Mientras tanto, aquellos que podrían perder son los consumidores estadounidenses que dependen de productos asequibles. En contextos de inflación y estancamiento salarial, Shein y Temu ofrecían una solución a quienes no podían permitirse gastar más.
El trasfondo político y geoestratégico
Más allá del comercio digital, esta decisión forma parte de una pugna económica más amplia entre China y Estados Unidos. Trump —y otros actores políticos— ven en estas plataformas una ventaja desleal generada por subsidios estatales y prácticas opacas.
Además, algunos legisladores acusan que plataformas como Shein y Temu son una vía para que entren falsificaciones e incluso fármacos ilegales al país, aprovechando la falta de aduanas rigurosas en pedidos pequeños.
En palabras del senador republicano Marco Rubio: “China ha manipulando durante años las reglas del comercio global. Por fin estamos cerrando esas puertas traseras”.
Reacción de las plataformas
Ambas compañías se anticiparon al impacto. En un comunicado publicado en sus páginas oficiales a mediados de abril, afirmaron:
“Nos estamos preparando para mantener nuestros precios lo más bajos posibles y minimizar el impacto para ustedes. Hemos acumulado inventario para garantizar que sus pedidos lleguen sin problemas durante este periodo.”
Aunque no se ha especificado exactamente cuánto subirán los precios, los analistas estiman que podrían incrementarse entre un 20% y un 35% en productos clave.
Cadenas de suministro alternativas: ¿Asia sudeste o México?
Una posibilidad a largo plazo es que estas empresas replanteen sus centros logísticos. Shein ya trasladó su sede legal a Singapur en 2022, movimiento que algunos interpretaron como una estrategia para suavizar tensiones con EE.UU.
¿Podrían diversificar sus fábricas hacia países como Vietnam, Tailandia o incluso México? Hay precedentes: empresas como Samsung o Lenovo han desplazado parte de su producción fuera de China para evitar aranceles o responder a nuevas regulaciones ambientales.
Sin embargo, replicar la eficiencia de las megafábricas chinas no será sencillo. China posee décadas de experiencia en manufactura escalable, logística ágil y costos laborales competitivos.
El papel del consumidor: ¿importará menos comprar lo más barato?
En el fondo, esta historia también es un reflejo del comportamiento del consumidor. Las nuevas generaciones, sobre todo la Gen Z, han sido clave en el auge de Shein: su capacidad de generar haul videos, contenido viral en TikTok, e imponer modas efímeras ha alimentado una cadena de consumo masivo difícil de frenar.
Pero al mismo tiempo, crece una conciencia ética sobre el fast fashion, el trabajo en condiciones precarias y la huella ambiental de esta producción desechable. Ello podría dar lugar a un consumidor más sofisticado, que valore precios justos, prácticas laborales éticas y productos sostenibles.
¿Está Estados Unidos trazando un nuevo modelo comercial?
Eliminar la “provisión de minimis” también puede interpretarse como un giro en el paradigma económico liberal que dominó la política comercial desde los años 90. Hoy, tanto republicanos como demócratas expresan recelos hacia la globalización sin restricciones.
Además del caso de Shein y Temu, EE.UU. ha tomado medidas similares contra TikTok, Huawei, DJI y otras empresas tecnológicas chinas. La narrativa es clara: reducir la dependencia de China y recuperar control sobre la cadena productiva.
Según Bloomberg, en los próximos meses podríamos ver más políticas que penalicen el comercio con China, especialmente en sectores como la energía verde, semiconductores o tecnología avanzada.
¿Y ahora qué sigue?
Shein y Temu aún no están derrotadas, pero sin duda enfrentan una tormenta perfecta que pone en entredicho su supremacía. Subir precios conlleva un riesgo: perderá su ventaja distintiva y millones de usuarios podrían buscar otras opciones más económicas o volver a plataformas tradicionales como Amazon o Walmart.
También es posible que se adapten rápido: mejoren su cadena de suministro, lleguen a nuevos mercados o incluso inviertan en centros logísticos en América Latina para aprovechar aranceles más bajos.
Lo único seguro es que se avecina una transformación profunda en el comercio electrónico. Y eso nos afecta a todos: como consumidores, empresarios o simplemente como ciudadanos en una economía global cada vez más interdependiente.