Debate presupuestario en Carolina del Norte: ¿austeridad o recorte peligroso?

RALEIGH, Carolina del Norte — En un momento de tensiones nacionales por el gasto público y la recaudación fiscal, Carolina del Norte se encuentra en el centro de una lucha ideológica sobre el futuro económico del estado. El Senado, controlado mayoritariamente por los republicanos, ha aprobado un presupuesto de dos años que consolida su visión: reducir impuestos, recortar gastos y concentrar recursos —todo en un contexto de críticas demócratas que acusan al plan de negligencia social.

Un presupuesto de $66,000 millones con visión conservadora

El plan presupuestario aprobado inicialmente por el Senado destina $32.6 mil millones para el primer año fiscal (comenzando el 1 de julio de 2024) y $33.3 mil millones para el siguiente. Esta propuesta es $1,000 millones menor a lo solicitado por el gobernador demócrata Josh Stein en ambos años, quien pretendía revertir ciertas bajadas de impuestos para financiar programas sociales y educativos.

Una de las medidas más criticadas por Stein es el plan republicano de dejar que las tasas del impuesto sobre la renta sigan disminuyendo, en lugar de congelarlas como él propuso. La legislación vigente ya anticipa que las tasas desciendan gradualmente, pero el nuevo presupuesto acelera este proceso: la tasa para individuos bajará del 4.25% actual a 3.99% en 2025, 3.49% en 2027 y 2.99% en 2028.

“Estamos ante una receta para el dolor fiscal autoinfligido”, advirtió Stein, apoyándose en proyecciones elaboradas por su oficina y los economistas de la Asamblea General que muestran una disminución en la recaudación para 2026-27.

La defensa republicana: crecimiento mediante reducción de impuestos

El presidente pro tempore del Senado, Phil Berger, rechazó esas preocupaciones: “Pese a los gritos de pesimismo, hemos visto cómo la economía del estado sigue creciendo. Es nuestra creencia firme que estas reducciones fiscales seguirán impulsando a Carolina del Norte”.

Bajo esta lógica, los líderes republicanos argumentan que, desde hace una década, las bajadas progresivas de impuestos han permitido atraer inversiones y aumentar los ingresos totales del estado, una afirmación que se sustenta en parte gracias a los repuntes económicos posteriores a 2011. Sin embargo, diversos analistas independientes advierten que estos efectos positivos podrían no mantenerse conforme las tasas bajan aún más.

Recortes administrativos: adiós a vacantes y programas específicos

El presupuesto también incorpora medidas de consolidación y eliminación de personal no contratado. Se eliminarán 850 plazas vacantes en el gobierno estatal, la mitad de ellas en el Departamento de Salud y Servicios Humanos, donde han estado vacías por más de 12 meses. Aun así, aproximadamente 14,000 vacantes seguirán existiendo.

En la órbita educativa, se pide al sistema de colegios comunitarios ahorrar $57 millones mediante la consolidación de funciones administrativas, mientras que al sistema de universidades públicas (UNC) se le exige recortar o eliminar centros académicos“redundantes, con bajo desempeño, o en conflicto con la ley”.

Menores aumentos salariales para empleados públicos

En términos de salarios, el proyecto propone un aumento promedio del 3.3% en dos años para los maestros, mientras que los empleados estatales recibirán solo un 1.25% el primer año. También se asignan bonificaciones de $3,000 para empleados y maestros, lo que en cierta medida intenta compensar los modestos aumentos fijos.

Por su parte, el gobernador Stein había propuesto una subida promedio del 10.7% para los docentes y una subida del 2% para empleados del Estado, junto con un bono de $1,000.

Desmantelamientos polémicos: la Comisión de Inocencia y más

La propuesta también incluye el cierre de ciertas agencias estatales, lo que ha generado fuertes debates. Entre ellas, destaca la Comisión de Investigación de Inocencia, una entidad que desde 2007 ha revisado casos de condenas erróneas, consiguiendo exonerar a 15 personas. El presupuesto justifica esta eliminación al señalar que ya existen otras entidades no estatales que prestan servicios similares.

Otro recorte sugerido afecta a un programa de apoyo a estudiantes universitarios minoritarios, específicamente varones, así como a un proyecto que ayudaba a empresas de propiedad de mujeres y minorías a obtener contratos con el gobierno estatal.

La crítica demócrata: “un presupuesto tacaño”

Los demócratas, que ocupan 20 de los 50 escaños del Senado, han respondido con contundencia. “Este es un presupuesto tacaño, y no somos un estado tacaño”, exclamó el senador Graig Meyer durante el debate legislativo del miércoles. Meyer destacó las dificultades crecientes que enfrentan maestros y trabajadores estatales, así como la acumulación de miles de millones en reservas que el presupuesto no utiliza en necesidades críticas.

Además, los republicanos bloquearon mediante maniobras legislativas más de dos docenas de enmiendas propuestas por los demócratas, muchas de ellas destinadas a redirigir fondos de programas de vales escolares privados hacia la educación pública, o de exenciones fiscales corporativas hacia servicios sociales.

No obstante, en una señal de posibles alianzas, cuatro senadores demócratas votaron a favor del presupuesto junto a todos los republicanos presentes, salvo uno.

El camino hacia la aprobación final

El proyecto necesita una votación final en el Senado antes de pasar a la Cámara de Representantes, donde los republicanos también tienen control pero han mostrado cierta disposición a ajustes. Algunos líderes de la Cámara han sugerido la posibilidad de aumentar los salarios de los docentes o desacelerar las bajadas de impuestos.

El gobernador Stein expresó su voluntad de dialogar con los legisladores para mejorar el plan: “Necesitamos hacer mucho más para compensar a los maestros, apoyar a los colegios comunitarios y proteger la seguridad pública.”

Aunque los republicanos no cuentan con una mayoría suficiente para eludir un posible veto del gobernador, han logrado captar el apoyo de algunos demócratas en presupuestos anteriores. Lo que ocurra en las próximas semanas definirá no solo el presupuesto 2024-2025, sino la dirección económica de Carolina del Norte en la próxima década.