Carney, Trump y el futuro político de Canadá: ¿Cambio real o más de lo mismo?
El recién estrenado Primer Ministro Mark Carney se enfrenta a una elección clave marcada por la sombra de Donald Trump y el escepticismo sobre el verdadero cambio que ofrece tras diez años de gobiernos liberales
Por primera vez en mucho tiempo, Canadá se encuentra en medio de una contienda electoral que no solo gira en torno a políticas internas, sino también a relaciones exteriores —específicamente con su ruidoso vecino del sur. Y el regreso del expresidente estadounidense Donald Trump al escenario internacional ha puesto el tema en el epicentro del debate.
Un nuevo rostro liberal, pero... ¿nuevo liderazgo?
Mark Carney, el flamante Primer Ministro y líder del Partido Liberal, se presentó en el debate electoral en francés con un mensaje directo: "La gran pregunta en esta elección es quién enfrentará a Trump". Lo dice en un momento en el que su gobierno aún está en pañales: apenas lleva un mes en el cargo tras suceder a Justin Trudeau.
Carney, un experimentado banquero central que dirigió tanto el Banco de Canadá como el Banco de Inglaterra, interviene como un hombre de Estado curtido, en contraste con la carrera más emocional del líder conservador, Pierre Poilievre. Pero si bien el currículum puede impresionar, muchos canadienses se preguntan si Carney representa realmente un cambio significativo o simplemente es una cara nueva de un partido envejecido.
Trump y sus amenazas: ¿Canadá, el estado 51?
Uno de los temas que más encendieron el debate fue la postura de Trump hacia Canadá. Durante su anterior administración, Trump desató una guerra comercial con Canadá e incluso hizo comentarios que sugerían que Canadá podría ser "el estado 51 de Estados Unidos". Estas posturas han inflamado el sentimiento nacionalista canadiense, revigorizando inesperadamente a los liberales, quienes estaban en baja en las encuestas a principios de año.
De hecho, una encuesta de Nanos de enero mostraba a los Liberales 27 puntos porcentuales por detrás de los Conservadores (47% a 20%). Pero la misma encuestadora reveló, esta semana, que los Liberales ahora aventajan por 8 puntos a los Conservadores. Un giro impactante que muchos atribuyen a la retórica agresiva de Trump.
“Hay una identidad canadiense que se despierta cuando se siente atacada,” explica Chantal Hébert, reconocida analista política. “Y cada vez que Trump pone a Canadá en la mira, une más al país detrás del partido en el poder”.
Poilievre al ataque: “Necesitamos cambio”
Durante el debate en Montreal —adelantado por dos horas para no coincidir con un partido crucial de los Canadiens de Montreal—, Pierre Poilievre arremetió contra Carney: “Necesitamos cambio. Usted no representa cambio.”
Yves-François Blanchet, líder del Bloc Québécois, se sumó al coro de críticas. Señaló que, aunque Carney sea nuevo, el partido sigue siendo el mismo: “Mismos ministros, mismos diputados, mismo Partido Liberal”.
Poilievre esperaba convertir esta campaña en un referéndum sobre Trudeau. Pero la rápida estrategia del Partido Liberal de colocar a un líder distinto al frente desorientó a la oposición. Con Carney tomando distancia de Trudeau, asegurando que él tiene “enfoque implacable en el crecimiento económico”, la narrativa de continuidad se complicó.
¿Qué propone Carney?
En su breve mandato hasta ahora, Carney ha enfocado su discurso en medidas económicas robustas. Su mensaje central: el futuro de Canadá depende de una economía fuerte y resiliente.
“Dado el tamaño de la crisis que enfrentamos, enfatizo en concentrarse implacablemente en hacer crecer la economía”, afirmó tras el debate. Esa declaración busca diferenciarlo de las políticas percibidas como más progresistas -e incluso idealistas- de Trudeau.
¿Pero basta con ser tecnocráticamente sólido? A pesar de su experiencia global, muchos canadienses no están convencidos de que un banquero convertido en político entienda las necesidades del ciudadano promedio agobiado por el alto costo de la vida.
Costos de vida e inmigración: armas de Poilievre
Uno de los frentes desde los que Poilievre ha estado atacando con más fuerza es el alto precio de la vivienda y los alimentos, así como el aumento en la inmigración. “Después de una década liberal, los canadienses no pueden pagar su comida ni encontrar una casa”, dijo recientemente en Calgary.
En 2023, el precio promedio de una vivienda en Toronto superó el millón de dólares canadienses. Al mismo tiempo, Statistics Canada informó que el país recibió más de 1 millón de inmigrantes, lo cual ha desatado tanto debates sobre integración como preocupaciones sobre la presión en servicios públicos y el mercado inmobiliario.
¿Una elección por y para Trump?
Si bien esta elección canadiense es nacional, el fantasma de Donald Trump está en todas partes. Las declaraciones del expresidente estadounidense han sido tan provocadoras como estratégicas. Autoproclamado como el gran negociador, sus amenazas de retirarse del T-MEC o imponer aranceles ponen nervioso a más de un sector económico canadiense.
Una encuesta de Abacus Data en marzo de 2024 revela que el 67% de los canadienses teme que un nuevo mandato de Trump perjudique directamente a Canadá. De ellos, el 82% se manifestó a favor de un liderazgo que “sepa cómo lidiar con Trump sin provocaciones innecesarias”.
Aquí es donde Carney apuesta por su experiencia como banquero y figura internacional. Su historial en la dirección del Banco de Inglaterra durante el Brexit, y su papel en el G7, son su carta de presentación como alguien capaz de negociar con un Trump imprevisible.
Voto estratégico: quebecquenses y jóvenes como claves
Los Liberales están resurgiendo especialmente en Quebec, un bastión del nacionalismo. Parte del voto tradicional del Bloc Québécois se ha deslizado hacia Carney. También los jóvenes universitarios, preocupados por el futuro climático y económico, se han mostrado más inclinados al voto progresista si sienten que hay nuevas propuestas encima de la mesa.
Pero queda la duda: ¿puede Carney realmente encarnar el cambio que desea esta joven generación? ¿O representa simplemente una variación tecnocrática del mismo “status quo liberal”?
¿Una campaña decidida por el hockey?
En uno de esos giros encantadores y únicos de la política canadiense, el debate en francés tuvo que ser adelantado dos horas para no coincidir con un partido del equipo de la NHL, los Canadiens de Montreal, ante los Carolina Hurricanes. Un gesto que recuerda el papel especial que el hockey juega en la cultura canadiense.
No es la primera vez. En 2011, el entonces líder del Bloc, Gilles Duceppe, pidió con éxito posponer otro debate por un juego similar. En Canadá, la campaña política puede esperar, pero el hockey no.
¿Qué está en juego el 28 de abril?
La elección federal de Canadá, a celebrarse el 28 de abril, es mucho más que un enfrentamiento entre Liberales y Conservadores. Es una lucha por la identidad nacional, por la dirección económica del país, por la postura ante un aliado volátil en Washington y por el deseo, o la ilusión, del cambio político real.
Mark Carney dice no ser Justin Trudeau. Pierre Poilievre insiste en que es “más de lo mismo”. Y Trump, sin intención alguna, ha regresado como el antagonista necesario de esta historia maple.
La elección canadiense de 2025 podría determinar no solo el rumbo de una nación, sino también su lugar en un orden mundial cada vez más volátil y cuestionado.