Jimmy Page y The Black Crowes: la historia vibrante detrás de un disco en vivo que casi desaparece
Tras 25 años, se reeditó el álbum "Live at the Greek" con canciones inéditas, reparando uno de los errores más curiosos del rock
La historia del rock está llena de colaboraciones sorprendentes, momentáneas aunque mágicas. Pero pocas son tan curiosas y repletas de talento como la de Jimmy Page —leyenda de Led Zeppelin— y The Black Crowes, una banda sureña estadounidense.
En octubre de 1999, esta unión transatlántica dio origen a una serie de conciertos en el Greek Theatre de Los Ángeles, que luego se convertirían en parte de un álbum en vivo publicado en 2000. Sin embargo, dicho álbum tenía una omisión que aún hoy genera asombro: no incluía una sola canción de The Black Crowes. Ahora, dos décadas y media después, ese “fallo” ha sido corregido con la esperada reedición del disco, que incluye 16 canciones nunca antes escuchadas.
Una colaboración inesperada pero poderosa
En el cambio de milenio, Jimmy Page, guitarrista de Led Zeppelin, se unió a los hermanos Chris y Rich Robinson de The Black Crowes para tocar una serie de conciertos que no eran simples jams entre músicos famosos, sino una auténtica fusión energética entre dos generaciones del rock. Como explicó Chris Robinson, vocalista de los Crowes:
“No sentíamos que era The Black Crowes con Jimmy Page. Era una sola cosa, era un solo grupo”.
La gira incluyó paradas memorables en lugares como Roseland Ballroom en Nueva York, Centrum en Worcester (Massachusetts), y The Palace of Auburn Hills en Michigan, hasta culminar en el icónico Greek Theatre. Todos los músicos coincidieron en que fue una experiencia cargada de adrenalina y emoción. Jimmy Page confesaba lo suelto que se sintió en esos shows, algo poco común para él:
“En el pasado, cuando sabía que algo iba a grabarse, como en los días de Zeppelin, me ponía muy nervioso. Pero con esto, no sentía ansiedad en absoluto. Íbamos en una ola”.
Un álbum en vivo mutilado por contratos
El álbum “Live at the Greek” fue lanzado originalmente en 2000. Incluiría clásicos de Led Zeppelin como “Whole Lotta Love”, “Celebration Day” y “In My Time of Dying”, así como versiones de temas blues y R&B como “Woke Up This Morning”, “Sloppy Drunk”, y “Shake Your Money Maker”. También sonó con fuerza “Oh Well” de Fleetwood Mac y “Shape of Things to Come” de The Yardbirds.
Pero no había rastro de las canciones originales de The Black Crowes. La razón fue legal: la banda acababa de dejar su sello discográfico y no tenía los derechos para utilizar su propio catálogo en ese momento. Rich Robinson lo resumió así:
“Estábamos felices con lo que salió. Pero estábamos molestos porque legalmente no pudimos incluir nuestras canciones”.
Su hermano Chris fue más crítico: “No me sorprendió lo inepta que fue esa decisión”.
Page, por su parte, lamentaba que el gesto de camaradería de los Crowes se haya visto empañado por cuestiones contractuales, al punto de sentirse con remordimientos:
“Me sentí realmente mal porque ellos extendieron esa mano de amistad, me dejaron unirme a su banda. Y supe que las versiones que hicimos de sus temas eran realmente buenas”.
La reparación, 25 años después
La reedición de “Jimmy Page & The Black Crowes: Live at the Greek” incluye 36 pistas, muchas de ellas nunca antes publicadas. Por fin aparecen himnos de los Crowes como:
- “Hard to Handle”
- “She Talks to Angels”
- “Remedy”
- “Wiser Time”
- “No Speak No Slave”
La gente también podrá escuchar más clásicos de Zeppelin, como “Misty Mountain Hop” y “Bring It on Home”. Entre los grandes momentos de esta reedición, destaca una versión electrizante de “She Talks to Angels” con un arreglo de guitarra que, según Rich Robinson, Page llevó “a otro nivel totalmente diferente”.
De las jams nocturnas al estudio: extras de lujo
Además de estas canciones restauradas, la reedición incluye cinco temas grabados durante las pruebas de sonido y una joya escondida: una canción completamente nueva, compuesta de forma espontánea entre Rich Robinson y Jimmy Page durante una sesión de improvisación, titulada simplemente “Jams”.
“Las sorpresas son las cosas que más nos emocionan también a nosotros”, confesó Chris Robinson. “Ni siquiera sabíamos que teníamos este material adicional hasta que empezamos con este proyecto”.
Estas canciones habían estado en una bóveda durante 25 años. Para Rich y Chris, su publicación hoy tiene un significado especial y, tal como lo expresó Chris, puede que no hayan podido salir antes porque “tenían que salir exactamente en este momento”.
La conexión que trascendió el escenario
La complicidad entre Jimmy Page y The Black Crowes no se limitó a unas noches mágicas. La gira del año 2000 llevó esta química por todo Estados Unidos, consolidando una estrecha amistad. “Estábamos unidos por la música”, dijo Page, “era un evento muy alegre para mí y para ellos también”.
Sobre el escenario, el resto de los músicos completaba la potencia del grupo: Sven Pipien en bajo, Eddie Harsch en teclados, Audley Freed en guitarra, y Steve Gorman en batería. Pero el alma del encuentro era esa mezcla de respeto mutuo, pasión por el rock clásico y energía renovada.
Una banda que sigue viva y relevante
Lejos de vivir solo de la nostalgia, The Black Crowes han experimentado un renovado impulso creativo. El año pasado recibieron su segunda nominación a los premios Grammy, gracias a su más reciente álbum “Happiness Bastards”, compitiendo en la categoría de Mejor Álbum de Rock contra gigantes como los Rolling Stones.
Para los hermanos Robinson, el momento no podría ser mejor. Su conexión con el pasado, sumada a su presente activo, convierte esta reedición en más que un simple rescate histórico: es la reafirmación de una banda que aún respira.
“Live at the Greek”: al fin completo
El nuevo “Live at the Greek” no es solo un tributo a una colaboración inolvidable: es una corrección vital para los archivos del rock. Combina la energía de Led Zeppelin, la crudeza del rock sureño y el alma del blues, en uno de los mejores shows que hayan pisado California a fines del siglo XX.
Si bien tardó 25 años en completarse, este álbum —ahora con todo lo que debió incluir desde el principio— es una joya recuperada. Como dice Chris Robinson con sabiduría casi zen:
“Creo firmemente que las cosas suceden cuando deben suceder. Y si tratas de forzarlas, puede que no tengan la misma resonancia”.
Afortunadamente, hoy resuena más fuerte que nunca.