El sombrío regreso de la violencia criminal en Europa: prisiones atacadas y periodistas asesinados
Nuevas olas de crimen organizado amenazan la seguridad en Países Bajos y Francia, mientras las autoridades buscan respuestas contundentes
Un periodista asesinado frente a las cámaras
El 6 de julio de 2021, los Países Bajos fueron testigos de uno de los atentados más graves contra la libertad de prensa en Europa occidental en los últimos años. Peter R. de Vries, reconocido periodista de investigación y figura pública muy querida en los Países Bajos, fue baleado en plena luz del día, en el centro de Ámsterdam. Nueve días después, fallecía producto de sus heridas.
De Vries era conocido por su labor de décadas investigando casos criminales, muchos de ellos ligados a redes de narcotráfico y crimen organizado. Particularmente, fue una figura clave en el caso contra Ridouan Taghi, supuesto líder de la organización criminal conocida como Mocro Maffia, considerada una de las más violentas de Europa. De Vries actuaba como consejero confidencial de un testigo protegido clave en el juicio contra Taghi. No es de extrañar que su involucramiento directo, sumado al asesinato del hermano y el abogado del testigo, haya desencadenado en su propio homicidio.
Una red criminal que alcanza el Caribe
El caso tuvo un nuevo giro esta semana, cuando un sospechoso detenido desde 2014 en Curazao fue trasladado a los Países Bajos para enfrentar la justicia. Aunque su identidad no ha sido revelada por los fiscales, se le acusa de haber desempeñado un “rol de liderazgo” en la red criminal que estaría detrás del asesinato de De Vries. Según Brechtje van de Moosdijk, vocera de la fiscalía, el sospechoso será presentado ante la magistratura en Ámsterdam.
Este sospechoso es el séptimo arrestado formalmente en el marco de esta investigación. En junio de 2024, tres hombres fueron condenados directamente por la ejecución del crimen, mientras otros tres fueron declarados cómplices. Aunque Ridouan Taghi fue condenado este año a cadena perpetua por otros cinco asesinatos, hasta el momento no se le ha imputado por el caso De Vries.
Francia bajo fuego: cárceles atacadas por narcos
Simultáneamente, al otro lado de Europa, Francia enfrenta una ola coordinada de violencia criminal dirigida explícitamente contra su sistema penitenciario. En ciudades como Toulon, Nanterre y Aix-en-Provence, diversas prisiones han sido atacadas mediante disparos de armas automáticas y actos de incendio.
El ministro del Interior, Bruno Retailleau, denunció los ataques como actos de intimidación producto de las nuevas políticas gubernamentales para combatir el tráfico de drogas, especialmente el de cocaína. “Es un intento de aterrorizar a los funcionarios de prisiones. Es algo coordinado y bien organizado”, explicó Wilfried Fonck, secretario nacional del sindicato UFAP-UNSA Justice.
De acuerdo con Retailleau, el consumo de cocaína alcanza cifras récord en Francia: más de 1,1 millones de personas la probaron al menos una vez durante 2023. Este auge ha llevado al gobierno a redoblar esfuerzos, lo que ha motivado represalias violentas. Hasta el momento, en 2024 se han incautado 47 toneladas de cocaína, más del doble que en 2023, una señal evidente de cómo el narcotráfico ha arraigado en la sociedad francesa.
¿Quién está detrás de esta ola de violencia?
Ambos casos —el asesinato de un periodista y los ataques en Francia— tienen un punto en común: el crimen organizado. En los Países Bajos, es ampliamente conocida la Mocro Maffia, compuesta en gran parte por descendientes de inmigrantes marroquíes, y que desde hace más de una década domina gran parte del narcotráfico en Europa occidental. Holanda, por su ubicación estratégica y su puerto de Róterdam —el más grande del continente—, se ha convertido en la puerta de entrada de la cocaína procedente de Sudamérica.
En Francia, la situación es distinta, pero igual de preocupante. Las bandas locales, en colaboración con redes internacionales, han logrado establecer rutas de distribución bastante eficaces, penetrando incluso en sectores populares de las principales ciudades. Autoridades francesas han detectado operaciones provenientes de América Latina, con especial énfasis en Colombia y Brasil.
Impacto social y político de la violencia criminal
La violencia que desatan estos grupos ha encendido todas las alarmas en Europa. En los Países Bajos, la población ha manifestado una creciente preocupación por la seguridad de periodistas y profesionales del sistema judicial. En Francia, los funcionarios de prisiones y sus familias viven bajo una amenaza constante.
El asesinato de De Vries fue un punto de inflexión. Su rol como defensor de la legalidad y el estado de derecho le convirtió en símbolo de los valores democráticos europeos. Que una figura así sea eliminada por una organización criminal es una señal inequívoca de que estos grupos ya no temen a la justicia.
Mientras tanto, en Francia, los ataques contra instalaciones penitenciarias representan un intento de desestabilizar el sistema desde adentro. El hecho de que los delincuentes puedan coordinar acciones violentas desde el exterior, y posiblemente con ayuda interna, sugiere que el crimen organizado opera con niveles de sofisticación alarmantes.
La respuesta de las autoridades: ¿suficiente?
Las medidas adoptadas hasta ahora varían en ambos países. En Francia, el gobierno ha reiterado su compromiso de seguir adelante con los operativos antidroga, incluso si eso genera reacción violenta. Se ha desplegado mayor vigilancia en los centros penitenciarios y se investiga la posible infiltración de las redes en las instituciones.
En los Países Bajos, aunque ha habido avances judiciales importantes —la condena a cadena perpetua de Ridouan Taghi es un ejemplo—, aún quedan cabos sueltos, como determinar la autoría intelectual del asesinato de De Vries. La extradición del sospechoso desde Curazao representa un avance, pero también evidencia que la red de crimen es transnacional y se extiende incluso a territorios del Caribe.
Una amenaza que toca al periodismo y a la democracia
La intimidación y eliminación de figuras clave como jueces, fiscales o periodistas es una de las tácticas más antiguas del crimen organizado para debilitar el estado de derecho. En América Latina, fenómenos similares se viven a diario. Que ahora ocurran en países europeos tradicionalmente considerados seguros plantea un nuevo paradigma.
Como advirtió la UNESCO en su informe de 2023, Europa ha visto un aumento del 40% en amenazas y ataques físicos contra periodistas en los últimos cinco años, muchos relacionados con reportajes de crimen organizado. Esto sugiere que, lejos de tratarse de incidentes aislados, estamos ante una tendencia alarmante.
“Una democracia fuerte necesita un periodismo fuerte”, dijo Peter R. de Vries en una de sus últimas entrevistas. Su asesinato es una advertencia de lo que ocurre cuando el crimen organizado deja de estar a la defensiva y comienza a atacar
Reflexión final: ¿Europa va rumbo a una Latinización del crimen?
Los paralelismos con países latinoamericanos, donde el crimen organizado controla partes del territorio o incluso se infiltra en la política, ya no parecen tan lejanos en Europa. La “latinización” de la violencia criminal es un concepto que muchos sociólogos y expertos en seguridad están comenzando a considerar seriamente.
Sin embargo, Europa aún tiene herramientas institucionales sólidas para frenar esta expansión. Fortalecer la cooperación policial, aumentar la protección a testigos y periodistas e invertir en vigilancia fronteriza podrían servir como freno. Pero el tiempo apremia.
Peter R. de Vries dio su vida por defender la verdad. La mejor manera de honrarlo es asegurarse de que ningún otro periodista tenga que enfrentar el mismo destino.