DOGE, Elon Musk y un nuevo 'descubrimiento' sobre fraude en el desempleo: ¿realidad o teatro político?

El Departamento de Eficiencia Gubernamental y las denuncias de pagos a centenarios, niños y 'viajeros del tiempo' despiertan controversia y sospechas de propaganda

Fraude viejo, narrativa nueva: ¿Elon Musk redescubriendo América?

Elon Musk, empresario de renombre mundial, ha sido una figura constante en la intersección entre tecnología y políticas públicas. Recientemente, el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), una entidad apoyada por Musk, ha causado revuelo al anunciar hallazgos sobre un supuesto escándalo masivo de fraude en reclamos de seguro de desempleo en EE.UU.

En una publicación en X (antes Twitter), DOGE reveló que su "encuesta inicial" había detectado:

  • 24,500 personas mayores de 115 años que recibieron $59 millones en beneficios.
  • 28,000 niños entre 1 y 5 años que cobraron $254 millones.
  • 9,700 personas aún no nacidas (con fecha de nacimiento futura) que obtuvieron $69 millones.

Los comentarios de Musk al respecto fueron grandilocuentes: “Tan loco que tuve que leerlo varias veces”, dijo, maravillado. Estas revelaciones encontraron eco en la Secretaria de Trabajo, Lori Chavez-DeRemer, quien lo presentó al presidente Donald Trump en una reunión de gabinete.

Pero... ¿realmente este descubrimiento es nuevo? ¿O se trata de marketing político retratado como eficiencia revolucionaria?

La realidad detrás de los números 'chocantes'

La verdad es que los mismos hallazgos habían sido reportados años atrás por las propias entidades gubernamentales que DOGE tacha de incompetentes. Desde el inicio de la pandemia, el Departamento de Trabajo (DOL) y su Oficina del Inspector General venían alertando sobre fraudes en el sistema de desempleo. El colapso del sistema por la avalancha de reclamos en 2020 generó irregularidades que se documentaron formalmente.

Por ejemplo, un memo del DOL del 2020 advirtió que los programas ampliados eran un blanco fácil para identidades falsas o robadas. Para proteger a las víctimas de robo de identidad, muchos estados crearon "reclamos pseudo" o cuentas temporales que usaban fechas falsas de nacimiento: así aparecieron niños de 5 años y personas de más de 110 cobrando beneficios.

Esto significa que gran parte de lo que DOGE reportó ya estaba considerado como fraude previamente identificado. El propio DOL contabilizó 4,895 reclamos de personas de más de 100 años entre marzo de 2020 y abril de 2022. Pero estos eran registros etiquetados claramente como fraudulentos.

Guerra de narrativas: eficiencia vs desprestigio gubernamental

La estrategia de DOGE —al traer al escenario público información vieja como si fuera nueva— parece orientada a reforzar una narrativa popular entre sectores conservadores: que el gobierno es torpe, lento e ineficiente. Como explica Michele Evermore, exfuncionaria del Departamento de Trabajo bajo la administración de Biden:

“Están intentando vender una historia de que ‘el gobierno es estúpido y nosotros somos los que encontramos el fraude’, cuando en realidad están reportando fraude que ya era conocido como tal.”

La reacción ha sido variada. Algunos aplauden al equipo de Musk por evidenciar el 'gasto innecesario y criminal', mientras otros —como Amy Traub, del National Employment Law Project— ven el movimiento como un intento de socavar el apoyo público a seguros de desempleo en momentos en los que podrían ser cruciales ante una posible recesión.

La historia del seguro de desempleo en EE.UU.: una herencia de la Gran Depresión

El programa de desempleo en EE.UU. tiene sus raíces en 1935, con la firma del Social Security Act. Aunque el financiamiento federal existe, son los estados quienes establecen su estructura normativa, procesan las aplicaciones y ejecutan los pagos. Esto conlleva una enorme diversidad de modelos y eficiencias.

Durante “tiempos normales”, los sistemas estatales presentan calificaciones variables, desde buenos hasta pésimos, según Stephen Wandner, del National Academy of Social Insurance. Durante la pandemia, muchos sistemas colapsaron, volviéndose incapaces de responder a la demanda masiva de beneficios. Fue el entorno perfecto para el fraude.

En 2022, el propio Departamento de Trabajo estimó que más de $45 mil millones fueron reclamados fraudulentamente. Más tarde, la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO) elevó esta cifra a un estimado de entre $100 y $135 mil millones.

Comparativamente, el “impactante hallazgo” de DOGE reporta apenas $382 millones —menos del 1% del fraude total ya reconocido.

El DOGE no muerde, pero sí ladra: la credibilidad en entredicho

Jessica Reidl, experta del think tank conservador The Manhattan Institute, dejó entrever que hasta dentro del sector fiscalmente conservador hay escepticismo. Aunque exige rendición de cuentas sobre el gasto público, Reidl expresa dudas serias sobre la veracidad y metodologías empleadas por DOGE:

"Cuando DOGE dice que personas imposiblemente viejas o niños no nacidos están cobrando beneficios, me vuelvo escéptica. No tienen un buen historial en esa área."

El problema no es solamente que la información sea vieja. Es la manipulación de los datos y su presentación fuera de contexto para consolidar una narrativa ideológica. Si el objetivo real fuera la eficiencia y la integridad fiscal, la estrategia comunicativa sería otra.

Seguridad reforzada y lecciones aprendidas tras el fraude pandémico

La avalancha de fraude durante la pandemia llevó a muchos estados a reforzar sus sistemas. Según Amy Traub, se implementaron medidas de protección como la verificación biométrica, algoritmos de aprendizaje automático para detectar patrones anormales y un control más riguroso de identidades.

Además, ahora existen sistemas de advertencias cruzadas entre agencias estatales y federales. Fue a partir de estos sistemas que se detectaron muchas de las irregularidades iniciales y se mitigaron en etapas posteriores del alivio por desempleo.

¿Qué hay detrás del show de DOGE y Musk?

Más allá del fraude en sí, el comunicado de DOGE podría tener un propósito político mayor. Algunos analistas sugieren que es un ataque respaldado desde el ala más ideológica del gobierno de Trump, apuntando a debilitar programas sociales clave como Medicaid, Seguridad Social o seguro de desempleo.

Esta estrategia también busca consolidar la imagen de Elon Musk como un “reformador externo” que combate a la burocracia —un papel muy atractivo en campañas electorales donde la desconfianza hacia el sistema es alta.

Una historia que se repite... y vende

La narrativa no es nueva. Como ocurrió anteriormente con historias de pensiones enviadas a personas muertas, pagos dobles o becas mal adjudicadas, estas anécdotas tienden a viralizarse más allá de su impacto real. Son fáciles de entender, facilitan el escarnio y alimentan la indignación.

Pero como dice Amy Traub: “se está atacando la imagen de un programa vital justo cuando más se le necesita”.

¿Y ahora qué?

Es indiscutible que el fraude debe combatirse y que programas federales como el seguro por desempleo deben ser fiscalizados rigurosamente. Pero debe hacerse con transparencia, profesionalismo y sin fines propagandísticos.

El verdadero debate que EEUU necesita no es si hubo fraude reportado dos veces, sino cómo mejorar un sistema que permitió que ocurriera. Y también, cómo garantizar que futuras 'reformas' no sirvan como trojanos para desmantelar la red de seguridad social.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press