Alarma en Minnesota: entre crisis de salud mental y amenazas de violencia, ¿qué está fallando?
Un incidente reciente en la sede de UnitedHealthcare saca a la luz los vacíos en el manejo de salud mental y amenazas potenciales en EE.UU.
El 2024 trajo un nuevo recordatorio de los desafíos que enfrenta Estados Unidos cuando se combinan enfermedades mentales mal tratadas con el fácil acceso a armas de fuego. Esta semana, un hombre de 26 años fue arrestado fuera de la sede de UnitedHealthcare en Minnetonka, Minnesota, luego de amenazar con abrir fuego contra el edificio si no se retiraban los cargos penales en su contra. Aunque el individuo se rindió sin incidentes, el hecho reaviva preocupaciones sobre la seguridad corporativa, la salud mental y la regulación de armas.
Un llamado inquietante al FBI
Todo comenzó el lunes por la mañana, cuando el individuo llamó al FBI avisando que se encontraba en el estacionamiento de UnitedHealthcare con un arma cargada. La advertencia fue clara: si no se retiraban sus cargos, dispararía. En la conversación, según la demanda penal, usó frases como: "¿Quieren una evacuación en las noticias?"
Lo preocupante no era solo la amenaza que representaba en ese momento, sino su historial. El hombre tenía antecedentes criminales por amenazas previas y ya estaba legalmente impedido de portar armas. Además, estaba enfrentando otros dos procesos judiciales por violar órdenes de restricción. A pesar de esto, logró conseguir un revólver y municiones que llevaba en su vehículo el día del incidente.
No era un caso aislado: la salud mental en juego
Según la policía de Minnetonka, ya se conocía que el sujeto padecía de problemas de salud mental y había mostrado conductas de acoso en el pasado. Afortunadamente, un negociador del FBI logró que se entregara sin resistencia, evitando una posible tragedia.
Este tipo de escenarios se ha vuelto más común en Estados Unidos. Uno de los temas centrales es la falta de una red efectiva que combine tratamiento de salud mental y medidas preventivas para evitar crisis violentas. Según datos del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH), aproximadamente el 5% de los adultos estadounidenses padecen enfermedades mentales graves. La falta de acceso a tratamiento o su abandono contribuye a situaciones de alto riesgo, como amenazas de violencia o autolesiones.
Un país armado hasta los dientes
El problema se amplifica por el acceso relativamente fácil a armas de fuego. De acuerdo con el Small Arms Survey, EE.UU. tiene más armas que habitantes, con una estimación de 120.5 armas por cada 100 personas. Aunque existen leyes estatales y federales para limitar el acceso a armas entre personas con antecedentes criminales o problemas mentales, su aplicación suele ser ineficiente o tardía.
Una investigación del Giffords Law Center señala que solo 13 estados requieren por ley que las autoridades judiciales reporten las sentencias de incapacitación mental a la base federal del FBI (NICS), lo que significa que muchas personas que no deberían comprar armas aún pueden hacerlo legalmente o por canales informales.
UnitedHealthcare ya estaba en alerta
Aunque las autoridades afirman que no había una queja específica del sujeto contra UnitedHealthcare, el incidente ocurre con el telón de fondo del asesinato del CEO de la compañía, Brian Thompson, quien fue asesinado a tiros en diciembre de 2023 en la ciudad de Nueva York. Este suceso llevó a la empresa a aumentar significativamente la seguridad en sus instalaciones, lo cual probablemente contribuyó a un manejo rápido y eficiente de esta nueva amenaza.
El precio silencioso de la inseguridad: impacto en la bolsa
Eventos de seguridad como estos, aunque no siempre afectan los índices bursátiles de forma inmediata, generan un clima de incertidumbre. El mismo día del arresto, el mercado estadounidense mostró una jornada considerablemente tranquila, después de semanas de alta volatilidad.
- S&P 500: cayó 0.2% (5,396.63)
- Dow Jones: -0.4% (40,368.96)
- Nasdaq: -0.1% (16,823.17)
- Russell 2000: +0.1% (1,882.92)
La conexión entre hechos de violencia y los mercados bursátiles suele ser indirecta, pero en momentos de crisis aguda, las acciones de empresas u sectores directamente relacionados (como la salud o la seguridad) pueden verse afectadas. Además, existe un creciente enfoque de los inversores institucionales sobre el riesgo reputacional y los temas de sostenibilidad ESG (ambiental, social y de gobernanza), donde la seguridad y la salud laboral cobran un papel relevante.
Recordatorio peligroso: casos que marcaron precedente
El incidente de Minnetonka recuerda a otros casos trágicos que tuvieron como raíz una mezcla de inestabilidad mental no tratada con acceso a armas. Por ejemplo:
- Virginia Tech (2007): donde un estudiante con problemas mentales asesinó a 32 personas.
- El tiroteo de Aurora (2012): durante un estreno de cine, perpetrado por un hombre en tratamiento psiquiátrico.
- El caso de Nashville (2023): una persona trans con historial de problemas emocionales, mató a seis personas en una escuela cristiana.
Estos casos encendieron el debate sobre la necesidad de reformas profundas en los protocolos de control de armas, inversión en salud mental y cooperación interinstitucional preventiva.
Una verdad incómoda: ¿quién debe actuar?
El caso de Minnetonka es una señal de alerta urgente. La solución no es simple, pero es clara. Se deben mejorar los sistemas de detección y apoyo en salud mental, especialmente para personas con antecedentes de violencia o tendencias suicidas. Además, se necesita una revisión crítica de las leyes de venta, tenencia y compra de armas para adaptarlas al siglo XXI.
Expertos como el psiquiatra Dr. Andrés Martin (Universidad de Yale) afirman: "Si seguimos esperando a que un individuo cometa delitos antes de intervenir, estamos siempre llegando tarde". El enfoque preventivo debe incluir seguimiento judicial, terapias obligatorias cuando hay comportamiento amenazante, y mayores colaboraciones entre el sistema de salud y la policía local.
¿Y el rol corporativo?
Muchas empresas, sobre todo las grandes como UnitedHealthcare, ahora tienen un papel fundamental. No solo deben proteger físicamente sus instalaciones, sino también proteger la salud psicosocial de sus empleados, generar redes de alerta temprana en recursos humanos y cooperar con instituciones públicas en seguridad ciudadana.
Entre balas y abandono, ¿habrá solución?
Cuando la salud mental se trata como un tema secundario y el control de armas sigue siendo un tema tabú en el Congreso, los ciudadanos quedan expuestos. Ya no se trata solo de peligros masivos o actos terroristas; cualquier empresa, escuela o espacio público puede ser escenario de una tragedia anunciada. Lo ocurrido en Minnesota es una advertencia, otra más, que debería generar reformas profundas.