¿“Deportación voluntaria con beneficios”? La polémica propuesta migratoria de Donald Trump

En un giro inesperado, Trump propone dar dinero y boletos de avión a inmigrantes indocumentados “buenos” que decidan dejar EE. UU. voluntariamente. ¿Nueva estrategia o viejo control con otra cara?

Una propuesta inesperada en el discurso migratorio trumpista

Durante una entrevista con Fox Noticias el lunes 20 de enero de 2025, el presidente Donald Trump sorprendió a muchos al esbozar una propuesta muy distinta a su ya conocida retórica de línea dura en inmigración: una política de “autodeportación” con incentivos económicos. La idea, según explicó, es ofrecer a inmigrantes indocumentados un estipendio y un boleto de avión para salir del país "sin presiones" y, eventualmente, reincorporarlos si se los considera aptos y útiles para la economía estadounidense.

Este enfoque levanta muchas preguntas: ¿se trata de una estrategia más humana o simplemente un eufemismo para renovar la agenda de deportaciones masivas? A continuación, exploramos esta propuesta desde todos los ángulos: sus antecedentes históricos, implicancias sociales, análisis político y reacciones que ya genera en distintos sectores.

¿Qué dijo exactamente Trump?

En el extracto más comentado de la entrevista, Trump declaró:

“Vamos a implementar un programa de autodeportación. Vamos a darles dinero, un boleto de avión, y si son buenos, trabajaremos para traerlos de vuelta legalmente”.

Según el mandatario republicano, esta política permitiría identificar y expulsar a "asesinos y criminales", y aplicar un trato diferente a los migrantes "buenos" o con hijos ciudadanos estadounidenses. Incluso aludió al caso de un hombre mexicano que vivió en EE. UU. durante más de 20 años sin papeles, diciendo: "Este es el tipo de personas que queremos mantener".

Autodeportación: una idea con historia

Aunque pareciera novedoso, el concepto de autodeportación no es nuevo en EE. UU. Fue popularizado por el también republicano Mitt Romney durante la campaña presidencial de 2012. Según esa propuesta, endurecer las condiciones de vida de inmigrantes indocumentados (como quitar acceso a empleo y servicios) los llevaría a irse voluntariamente.

No obstante, la visión actual de Trump lleva esta idea más allá: ya no sería una expulsión por presión, sino una salida remunerada y planificada.

¿No es esto una contradicción?

Las reacciones no se han hecho esperar. Muchos han señalado el evidente contraste entre este planteamiento y el discurso agresivo que ha sostenido Trump desde 2015, famoso por llamar a los migrantes mexicanos “violadores y criminales”.

El abogado de inmigración David Leopold dijo en una entrevista con CNN:

“Es sorprendente oír al presidente hablar de ayudar a inmigrantes y brindarles apoyo económico para que se vayan. Es como si intentara suavizar su imagen sin comprometer realmente su política”.

¿Quién decidirá quién es un inmigrante "bueno"?

Este es uno de los puntos más polémicos. Trump sugiere que el gobierno evaluará los casos de manera individual para decidir si vale la pena que la persona regrese legalmente más adelante. Pero ¿con qué criterios? ¿Y quién tomará esas decisiones?

En la historia del sistema migratorio estadounidense, este tipo de “filtros” habitualmente ha sido criticado por falta de transparencia y por permitir sesgos raciales, económicos o políticos en las decisiones.

¿Existen programas similares en otros países?

Sí. Algunos gobiernos europeos han implementado programas de retorno voluntario asistido (RVA). Por ejemplo, Alemania y Suecia ofrecen ayudas económicas (entre €500 y €3,000 por persona) a quienes decidan regresar voluntariamente a sus países de origen.

Sin embargo, esos programas son supervisados por ONU Migración y tienen protocolos de seguimiento y reintegración, algo que la propuesta estadounidense aún no menciona.

Reacciones en la comunidad migrante

El anuncio también generó desconcierto y miedo. Margelis Tinoco, migrante colombiana con cita cancelada en el sistema CBP One en Ciudad Juárez, expresó entre lágrimas que tenía fe en recibir apoyo, pero que ahora teme que la nueva administración cambie los procesos y sus esfuerzos sean en vano.

“No nos gusta vivir escondidos, pero tampoco es justo que nos pidan irnos y esperar un milagro para que nos dejen volver”, dijo en entrevista con medios locales.

Economía y migración: ¿por qué ahora?

Trump también mencionó que quiere ayudar a granjeros y hoteleros con mano de obra que actualmente proviene, en gran parte, de trabajadores indocumentados. Esta declaración revela que la economía estadounidense aún depende en gran medida de fuerza laboral migrante.

En sectores como la agricultura, el 73% de los trabajadores son nacidos en el extranjero, y al menos el 45% carecen de estatus legal, según el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA, 2023).

Ofrecer un "camino de ida y vuelta" podría ser visto como una forma de mantener esa fuerza laboral, pero con condiciones más controladas y temporales.

¿Es realista este plan?

El escepticismo abunda. Algunos analistas argumentan que es poco probable que millones de personas salgan del país solo porque se les ofrezca un boleto de avión o un cheque.

Además, no hay detalles concretos sobre cómo se implementaría el proceso de retorno legal. ¿Tendría un trámite especial? ¿Habrá prioridad en sorteo de visas? ¿Participarían consulados en el seguimiento? Todo eso aún es desconocido.

Y por supuesto, surge otro problema logístico: ¿cuánto costaría al contribuyente estadounidense este plan?

Un cálculo aproximado

Según estimaciones del Pew Research Center, hay al menos 10.5 millones de inmigrantes sin documentación legal en EE. UU. Si solo el 10% participara (1 millón) y el gobierno gastara $2,000 por persona en transporte y apoyo económico, el programa podría costar al menos $2 mil millones en su fase inicial.

¿Cambio genuino o cálculo electoral?

Muchos observadores señalan la fecha y el contexto de estas declaraciones: año electoral. Trump sabe que necesita reconectar con ciertos bloques votantes, particularmente latinos conservadores, muchos de los cuales expresan preocupaciones por la seguridad fronteriza, pero también empatizan con quienes migran por necesidad.

Es quizás por eso que Trump no dudó en valorar personalmente a un inmigrante mexicano en televisión, algo inhabitable en su retórica previa. “Este es uno de los nuestros”, dijo ante la imagen del hombre.

La comunidad latina: ¿aliado o campo de batalla?

Desde 2020, el Partido Republicano ha estado extendiendo sus bases en zonas de mayoría hispana. Trump ganó condados tradicionalmente demócratas cerca de la frontera texana en 2024, como Hidalgo, Cameron y Starr. Su nueva narrativa moderada parece estar dirigida directamente a ese electorado.

Figuras como la exrepresentante Mayra Flores, quien recientemente anunció su candidatura tras haber sido la primera diputada estadounidense nacida en México, son parte de ese aparente esfuerzo por apropiarse del discurso pro-migrante sin abandonar la agenda restrictiva.

¿Una América con fronteras más suaves?

Es innegable que el fenómeno migratorio latinoamericano está alcanzando un punto crítico. El Grupo de Puebla alertó recientemente que al menos 8 millones de migrantes sudamericanos podrían intentar alcanzar el norte antes de 2030 debido a crisis climática, económica y política.

La pregunta hoy no es solo si EE. UU. devolverá a la mayoría de estas personas, sino cómo lo hará, y si estará dispuesto a brindarles una segunda oportunidad legal tras su partida inicial.

Solo el tiempo dirá si la propuesta de “autodeportación” con beneficios económicos es una política pragmática o simplemente otra cara del mismo muro invisible que tantas veces ha prometido levantar.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press