El diluvio del siglo en Kentucky: entre ríos desbordados, tragedias y un futuro incierto

Las devastadoras lluvias y tormentas han dejado al sur de EE.UU. al borde del colapso. Kentucky y sus vecinos luchan por levantarse mientras las aguas aún no ceden.

Un abril mortal en el sur de Estados Unidos

La primera semana de abril de 2025 se convirtió en una de las más trágicas y desafiantes para el sur de Estados Unidos en lo que va del siglo. Un sistema de tormentas persistentes azotó durante días a estados como Kentucky, Tennessee, Arkansas e Indiana, dejando a su paso un paisaje plagado de destrucción, desolación y muerte. Las lluvias intensas elevaron los niveles de los ríos a cifras históricas y, junto a tornados, congelamiento y ventiscas, cobraron la vida de al menos 23 personas, entre ellos niños, voluntarios de rescate y ciudadanos indefensos atrapados en sus casas.

Frankfort bajo el agua: la lucha en la capital de Kentucky

La ciudad de Frankfort, capital del estado de Kentucky, se convirtió en el símbolo del desastre. El río Kentucky alcanzó una altura de 48.27 pies (14.71 m) en el medidor fluvial de Lock, quedando apenas por debajo del récord de 48.5 pies establecido el 10 de diciembre de 1978. A medida que las aguas invadían viviendas, calles y negocios, la población se volcaba a evacuar con poco aviso. Incluso se reporta que decenas de personas que vivían en casas rodantes cerca del río fueron forzadas a abandonarlas durante la noche.

“Esa es la peor que he visto, y ya he vivido mucho,” declaró Russell Harrod, de 78 años, residente de Frankfort por cuatro décadas, mientras contemplaba cómo el agua rodeaba su hogar.

Un río que no perdona: daños patrimoniales y paralización económica

El impacto no fue exclusivamente humano. La célebre destilería Buffalo Trace, patrimonio histórico y atracción turística, tuvo que cerrar temporalmente al quedar prácticamente rodeada por el agua. Fotografías aéreas muestran a personas en kayak cruzando las instalaciones anegadas. Este hecho pone en jaque no solo empleos, sino también una parte crucial del orgullo cultural y económico de Kentucky, en un estado cuya identidad está profundamente ligada al bourbon.

Clima extremo: tornados y frío penetrante

Lo que más sorprende de este fenómeno no es solo la cantidad de agua caída, sino la combinación mortal de varios factores atmosféricos. Según el Servicio Nacional de Meteorología, al menos 157 tornados tocaron tierra en un lapso de siete días desde el 30 de marzo. Añadido a eso, las temperaturas bajaron a niveles de congelamiento en muchas zonas, con avisos de heladas exactos para partes de Kentucky, Illinois, Indiana y Missouri, y un mínimo proyectado de -2.2°C (28°F).

Este frío extremo se vuelve una amenaza adicional para quienes han perdido sus hogares. “Es una noche peligrosa. Si tu vivienda ha sido afectada por el agua, podrías enfrentar riesgos de hipotermia," advirtió el gobernador de Kentucky, Andy Beshear, en rueda de prensa el lunes 7 de abril.

Una crisis humanitaria en pleno corazón de América

Hasta el cierre del lunes, más de 500 caminos estatales seguían cerrados en Kentucky y más de 3,000 personas estaban bajo avisos de hervir el agua. Cerca de 1,000 residentes no tenían acceso a agua potable, lo que dificulta aún más las tareas de limpieza y recuperación.

En un parque de casas rodantes al norte de Frankfort, Traci Yoder, gerente y residente del lugar, relató: “Fue una locura. Nos despertamos y simplemente comenzamos a correr para sacar a todos. Algunos vehículos y casas móviles quedaron atrás y fueron cubiertos por el agua en minutos.”

La tragedia por nombres: vidas perdidas entre las lluvias

Entre las historias más desgarradoras, se encuentra la de un niño de 9 años en Kentucky que desapareció mientras intentaba tomar el bus escolar y fue arrastrado por las aguas. En Arkansas, un niño de cinco años perdió la vida cuando un árbol cayó sobre la casa de su familia. En Missouri, un bombero voluntario de 16 años falleció en un accidente de tránsito mientras intentaba rescatar afectados por la tormenta.

La gobernadora de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, describió la catástrofe en la ciudad de Hardy como “absolutamente desgarradora.” En West Memphis, los equipos de emergencia rescataron a más de 100 personas atrapadas entre los escombros y las aguas.

¿Por qué tanto caos meteorológico?

Las condiciones que favorecieron semejante tormenta están relacionadas con la presencia simultánea de un aire caliente subtropical, una atmósfera inestable y los fuertes vientos que impulsaron masas de aire húmedo del Golfo de México. Esa mezcla es la receta perfecta para tormentas convectivas que generan tornados, lluvias torrenciales y desbordamientos.

De acuerdo con CJ Padgett, meteorólogo del Servicio Nacional de Meteorología en Louisville, las lluvias habrían terminado, pero el caudal elevado de los ríos persistirá durante varios días más. “Incluso los cursos de agua menores podrían tardar entre 3 a 5 días en descender a niveles seguros,” añadió.

Más allá de Kentucky: una tragedia regional

El impacto de esta megatormenta no se limita solo al estado del bourbon. Tennessee, Alabama, Indiana, Arkansas y otros estados enfrentan también condiciones peligrosas. A lo largo del río Ohio, zonas urbanas como Covington (KY) y Cincinnati (OH) vieron sus costas anegadas, con estatuas sumergidas y calles convertidas en canales transitados por botes. La zona metropolitana debió cortar gas, electricidad y cerrar escuelas, así como imponer toques de queda para evitar saqueos o accidentes.

¿Y ahora qué? El costo humano y económico del cambio climático

El costo económico de este evento aún no ha sido calculado, pero expertos anticipan que puede superar los mil millones de dólares, similar a otras catástrofes climáticas recientes en EE.UU. Solo en 2023, NOAA contabilizó 28 desastres climatológicos con pérdidas mayores a $1,000 millones cada uno.

El cambio climático también vuelve con fuerza al centro del debate. Aunque no se puede atribuir un solo evento a la crisis climática global, científicos concuerdan en que el aumento de temperaturas y humedad favorecen eventos meteorológicos más extremos, como estos.

El llamado a una resiliencia climática

Gobiernos locales, estatales y federales se movilizan para brindar apoyo inmediato, pero también se hace urgente repensar cómo las ciudades se preparan para futuras emergencias. Las infraestructuras resilientes y los sistemas de alerta temprana ya no son optativos, sino vitales. Y como bien lo expresó Salman Rushdie recientemente en una gala para escritores: “¿Vamos a retirarnos del mundo y cultivar nuestro jardín, como Candide? ¿O vamos a luchar contra la crisis de nuestro tiempo?”

En Frankfort y en todo el sur de EE.UU., esa pregunta ya tiene su respuesta: la lucha ha comenzado, aunque la tormenta aún no haya terminado.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press