Tras los minerales de Ucrania: ¿reconstrucción o intervención económica?
Análisis del polémico borrador de acuerdo entre EE.UU. y Ucrania por el acceso a recursos estratégicos
Una delegación ucraniana viajará a Washington esta semana para negociar un acuerdo sobre el acceso de Estados Unidos a los minerales estratégicos de Ucrania. Aunque oficialmente se presenta como una iniciativa conjunta para la reconstrucción del país tras la invasión rusa, el contenido del nuevo borrador filtrado ha desatado preocupaciones sobre la posible pérdida de soberanía ucraniana en sus recursos naturales más valiosos.
Un nuevo capítulo en la relación entre Ucrania y Estados Unidos
Desde el inicio de la invasión rusa a gran escala en 2022, Ucrania ha recibido un importante respaldo militar y financiero por parte de Estados Unidos. No obstante, esta relación se encuentra en un punto tenso debido al nuevo borrador de acuerdo que propone una mayor participación estadounidense en los sectores energético y minero ucranianos.
La ministra de Economía ucraniana, Yuliia Svyrydenko, confirmó que el borrador actual es más ambicioso que el acuerdo marco originalmente planificado, y que aún refleja únicamente la postura del equipo legal del Tesoro estadounidense. “Este no es un documento final. No es una posición conjunta”, subrayó la funcionaria.
Minerales estratégicos: ¿qué está en juego?
Ucrania posee más de 20 minerales considerados estratégicos por Estados Unidos, incluyendo titanio, litio y uranio.
- Titanio: utilizado en la fabricación de alas de aviones y componentes aeroespaciales debido a su resistencia.
- Litio: clave para baterías de vehículos eléctricos y almacenamiento de energía renovable.
- Uranio: esencial para plantas de energía nuclear.
En medio de la transición energética global y las tensiones con China, tener acceso prioritario a estos minerales es un objetivo estratégico de primera magnitud para Washington.
Del acuerdo marco a la incertidumbre actual
El acuerdo original contemplaba la creación de un fondo de inversión conjunto para canalizar hasta el 50% de los ingresos de recursos clave hacia la reconstrucción del país. Este fondo estaba pensado como una estructura de co-gestión entre Ucrania y Estados Unidos, en un gesto de colaboración estratégica.
Sin embargo, el nuevo borrador parece inclinar el control hacia Washington, al menos según los analistas que han revisado el documento filtrado. La participación concreta de Kyiv en la dirección y administración del fondo no queda clara, lo que ha generado alarma entre varios sectores del gobierno ucraniano y de la sociedad civil.
Un trasfondo político complejo
Las negociaciones vienen precedidas de un encuentro tenso en la Casa Blanca, donde el presidente Donald Trump, su vicepresidente JD Vance y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky se reunieron en circunstancias que algunos calificaron como “hostiles”. Tras esa reunión, las conversaciones se enfriaron y el documento que había sido elaborado quedó en suspenso.
Desde entonces, la Casa Blanca decidió avanzar unilateralmente con un nuevo borrador, mucho más detallado y ambicioso, el cual requiere probablemente la ratificación del parlamento ucraniano.
“Esto marca una nueva etapa en las relaciones con Estados Unidos, que requiere experiencia en múltiples áreas”, indicó Svyrydenko.
¿Un acuerdo de inversión o una cesión de soberanía?
El borrador más reciente incluye no sólo minerales raros, sino también petróleo y gas, lo que ha generado acusaciones de una posible privatización extranjera de sectores clave de la economía ucraniana.
Críticos del acuerdo lo han calificado de intento velado para despojar a Ucrania del control soberano sobre su infraestructura energética. Quienes apoyan el acuerdo argumentan que, en tiempos de reconstrucción y crisis bélica, una alianza económica con Estados Unidos puede acelerar el desarrollo del país.
No obstante, la falta de claridad respecto al papel directo de Ucrania en la toma de decisiones del fondo alimenta el escepticismo de legisladores y analistas. Aún no se ha revelado si el acuerdo contempla cláusulas de reversibilidad, mecanismos de arbitraje internacional o alternativas de inversión nacional.
Una negociación clave con múltiples implicaciones
La delegación ucraniana que viajará a Washington incluye funcionarios de los ministerios de Economía, Finanzas, Relaciones Exteriores y Justicia. Será un encuentro técnico pero con importante peso político.
“Nuestro objetivo es asegurar que el acuerdo final, tras negociaciones mutuas, esté completamente alineado con nuestros intereses estratégicos”, reiteró la ministra Svyrydenko. El gobierno espera usar como base lo ya discutido en versiones previas del memorando entre ambas naciones.
Por otra parte, Ucrania está formando un equipo legal y financiero que acompañe la negociación para evitar cualquier desventaja estructural en la formulación final del acuerdo.
¿Reestructuración económica o nueva dependencia?
Los temores no se limitan al contenido del borrador, sino al precedente que este acuerdo sentará. Si se cede control operativo o participación decisiva a Estados Unidos en segmentos claves del aparato económico, se corre el riesgo de establecer una nueva forma de dependencia que podría pesar sobre Ucrania en las próximas décadas.
“Es claro que los parámetros completos de este acuerdo no se pueden discutir en línea”, apuntó Svyrydenko. De ahí el énfasis en encuentros presenciales y el armado de un equipo técnico sólido.
El dilema ucraniano ante el poder estadounidense
La alineación con Estados Unidos ha sido una constante diplomática desde la invasión rusa, pero aceptar condiciones potencialmente desequilibradas podría afectar la legitimidad interna del gobierno de Zelensky.
Algunos políticos y voces ciudadanas consideran que, si bien el país necesita inversión extranjera, no puede hipotecar su futuro económico a intereses que prioricen la extracción de recursos sobre el bienestar ucraniano.
La historia reciente está llena de ejemplos donde países ricos en recursos naturales han firmado acuerdos desiguales con potencias extranjeras, terminando atrapados en ciclos de dependencia, desigualdad e incluso corrupción.
¿Qué sigue?
Se espera que las negociaciones en Washington definan zonas rojas por parte de Ucrania, establezcan principios legales de gobernanza compartida y detallen cómo funcionará el fondo de inversión propuesto.
Queda por ver si Estados Unidos estará dispuesto a renunciar a parte del control que propone su borrador inicial, o si Ucrania decidirá que el riesgo de perder control sobre sus recursos minerales no vale la promesa de inversión.