Desde las cenizas: cómo las mujeres emprendedoras están reconstruyendo Altadena tras el Incendio Eaton
Con el apoyo de 11:11 Media Impact, GoFundMe.org y figuras como Paris Hilton, la esperanza renace en pequeñas empresas dirigidas por mujeres que lo perdieron todo
Altadena, California — En la tranquila comunidad de Altadena, una tragedia reciente ha sacudido los cimientos de generaciones de esfuerzo comunitario. El Incendio Eaton arrasó con múltiples negocios, entre ellos el icónico Little Red Hen Coffee Shop, una cafetería histórica fundada hace más de 50 años. Pero de las cenizas ha surgido una ola de solidaridad, especialmente dirigida hacia negocios propiedad de mujeres, gracias a una poderosa alianza entre 11:11 Media Impact, GoFundMe.org y el liderazgo visible de figuras como Paris Hilton.
Un café cargado de historia
La historia de Little Red Hen Coffee Shop no es simplemente la de una cafetería. Es la historia de tres generaciones de mujeres: la abuela fundadora, su hija Barbara Shay y su nieta Annisa Faquir, quienes han visto cómo una vida de trabajo y comunidad fue reducida a escombros por el fuego.
“Hay momentos en los que me olvido de que el café ya no está, pienso que puedo ir a buscar algo... y luego recuerdo que todo se convirtió en cenizas”, dijo Faquir reflexionando sobre el duelo que implica perder no solo lo material, sino un símbolo familiar compartido con un vecindario completo.
El poder del respaldo femenino
En medio de la incertidumbre, surgió una inesperada llamada: Paris Hilton ofrecía su ayuda. A través de su organización sin fines de lucro 11:11 Media Impact, en alianza con GoFundMe.org, se activaron subsidios de emergencia para negocios como el de Faquir.
“Estas mujeres son el alma de sus comunidades”, declaró Hilton. “No solo las ayudamos a reconstruir. Estamos invirtiendo en su futuro, en sus familias, en sus barrios.”
Originalmente planeado para beneficiar a 11 empresas, la magnitud de las pérdidas y solicitudes llevó a expandir el programa a 50 empresas lideradas por mujeres, con subsidios de hasta $25,000 USD.
Impacto macroeconómico: pérdidas millonarias
El condado de Los Ángeles estima que más de 1,800 negocios fueron afectados por los incendios Eaton y Palisades, generando una pérdida de $1.4 mil millones en ventas anuales y afectando a más de 9,600 trabajadores. Las autoridades locales estiman que las pérdidas totales en producción económica, ingresos y recaudación fiscal serán de varios miles de millones de dólares.
“Asegurarnos de que las empresas sobrevivan ahora es fundamental, para siquiera poder hablar de una recuperación a largo plazo,” confesó Kelly LoBianco, directora del Departamento de Oportunidad Económica del Condado de L.A.
Reemprendiendo desde cero
Una de las beneficiarias es Renata Ortega, propietaria de Orla Floral Studio. Cuando el fuego destruyó tanto su hogar como el garaje adaptado que utilizaba como taller, creyó que sus sueños habían llegado a su fin. Gracias al subsidio recibido, podrá costear el depósito de un nuevo estudio y reponer parte del equipo especializado que perdió: estanterías, jarrones y herramientas.
“Realmente no sabía si íbamos a sobrevivir, comenzar desde cero parecía imposible. Este subsidio me está devolviendo la esperanza justo cuando más lo necesito,” confesó Ortega. Añadió entre lágrimas: “Ahora sé que sí vamos a lograrlo”.
Hilton y su compromiso personal
Pocos saben que el compromiso de Hilton no es solo filantrópico, sino también personal: su casa en Malibú fue una de las más de 100 viviendas destruidas por los fuegos forestales. Su vinculación emocional con lo ocurrido impulsó una movilización sin precedentes. Tan solo en la primera semana desde el incendio, su organización logró recaudar $1.2 millones, con una donación personal inicial de $150,000.
El Fondo de Ayuda para Incendios Forestales de GoFundMe.org ha recibido hasta ahora donaciones de 43,000 personas, acumulando $7.7 millones.
Más allá del dinero: reimaginar el negocio
Lizzy Okoro Davidson, directora del Pasadena Women’s Business Center, menciona que el dinero es solo el primer paso. “Estamos en el inicio del inicio del proceso de reconstrucción, pero después viene la parte más emocionante: reimaginar cómo deben operar estas empresas”.
Desde clínicas infantiles hasta pastelerías, pasando por estudios de danza y salones de belleza, los subsidios no solo reabren puertas. Transforman modelos de negocio. Algunos dueños consideran mudarse al modelo de food trucks, mientras que otros por primera vez exploran el comercio en línea.
“Muchos nunca habían tenido un sitio web y ahora lo necesitarán para vender. Ha llegado el momento de evolucionar”, agregó Davidson.
Una inversión en resiliencia
El Little Red Hen planea utilizar la ayuda para reconstruir el local, renovar los equipos y finalmente comprar el terreno en el que operan desde hace más de medio siglo. “Es un legado familiar”, dijo Faquir. “Tenemos que preservar lo que empezó nuestra abuela. Nos miramos entre nosotras y decimos: lo lograremos”.
Además, el Pasadena Women’s Business Center también recibirá $25,000 USD para asesorías gratuitas que ayuden a los emprendedores a adaptar sus negocios al nuevo panorama tras la tragedia.
¿Una nueva forma de responder a desastres?
Este caso pone sobre la mesa un nuevo modelo para abordar los desastres naturales: combinar la iniciativa privada, influencers sociales y organizaciones comunitarias. En vez de esperar únicamente por organismos oficiales o seguros que a menudo llegan tarde (o no llegan), se promueve la acción rápida, directa y personalizada.
El 75% de los pequeños negocios en EE.UU. estaban subasegurados en 2023, según Hiscox, lo que los deja extremadamente vulnerables. Y muchos de los afectados por los incendios seguían pagando préstamos relacionados con la pandemia.
“Hay una mezcla tóxica de riesgos acumulados”, afirmó LoBianco. “La recuperación no puede descansar solamente sobre los hombros de los afectados.”
Así, esta ola de donaciones y apoyo no solo significa la supervivencia de negocios específicos. Es una declaración de principios sobre el valor del comercio local, el empoderamiento femenino y la resiliencia comunitaria.
Y, sobre todo, representa una verdad simple, escrita en las brasas de Altadena: aun cuando todo parece perdido, hay esperanza — y esa esperanza, cuando las mujeres se organizan y el apoyo llega, puede ser reconstruida, ladrillo por ladrillo.