El Torneo de la Discordia: Caso León, FIFA y la polémica del Mundial de Clubes
La exclusión de Club León del Mundial de Clubes por propiedad múltiple abre un debate que sacude al fútbol y cuestiona la coherencia de las reglas impuestas por FIFA
¿Justicia o doble moral? La decisión que sacude al fútbol mexicano
La exclusión del Club León del próximo Mundial de Clubes organizado por la FIFA ha generado una tormenta mediática y emocional que no parece amainar pronto. La razón oficial: el equipo viola las reglas sobre propiedad múltiple, ya que tanto León como Pachuca pertenecen al Grupo Pachuca. Sin embargo, lo que a simple vista parece un conflicto de interés, ha desatado una oleada de críticas a la coherencia, el momento y la imparcialidad de la FIFA.
James Rodríguez y su cruzada por justicia deportiva
Uno de los principales protagonistas de esta historia es el mediocampista colombiano James Rodríguez, quien firmó con el Club León motivado, entre otras cosas, por disputar el Mundial de Clubes. En una conferencia reciente, James fue directo:
“Es una gran injusticia. Si nos dejan fuera no será justo y será una mancha para el fútbol. Hay aficionados que compraron boletos y están endeudados. ¿Cómo les dices ahora que no vamos?”
Ganador de la Bota de Oro en el Mundial de 2014, James nunca ha participado en un Mundial de Clubes. Su frustración no es solo personal, sino que representa la voz de una hinchada que se siente traicionada.
La postura de Berizzo y Guardado: "¡Esto no es justo!"
El técnico Eduardo Berizzo no se quedó atrás y confirmó que apelarán ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) en busca de revertir la decisión:
“El TAS debería fallar a nuestro favor. Tenemos derecho a competir, no hemos quebrantado ninguna ley. La decisión es injusta, hay tiempo para corregir esto.”
Por su parte, el veterano Andrés Guardado lanzó una crítica incendiaria, no solo contra FIFA, sino también contra los clubes que han mostrado disposición a reemplazar a León:
“Los equipos que levantan la mano para competir en nuestro lugar deberían estar avergonzados. Es una brutal injusticia. Si alguien ha hecho las cosas mal es FIFA.”
Sus palabras evidencian lo que para muchos es un problema sistémico: FIFA ha tolerado la propiedad múltiple en México durante años y solo ahora, cuando se trata del escaparate global que representa el Mundial de Clubes, decide aplicar su normativa con una severidad cuestionable.
La propiedad múltiple, un mal conocido (y tolerado)
En México, la propiedad múltiple ha sido una norma más que una excepción. Grupo Pachuca no es el único conglomerado con varios clubes. De hecho:
- Grupo Caliente es dueño de Xolos de Tijuana y Querétaro.
- Grupo Orlegi controla a Atlas y Santos Laguna.
- TV Azteca tiene a Mazatlán FC y participación en Puebla.
¿Por qué ahora? ¿Por qué FIFA no impuso esta normativa antes, cuando otros clubes mexicanos con las mismas condiciones jugaron torneos internacionales sin conflicto? La respuesta parece estar más ligada a política interna y presión externa que a una verdadera búsqueda de integridad.
Alajuelense: ¿Caballo de Troya en esta historia?
Otro ángulo polémico lo protagoniza Liga Deportiva Alajuelense de Costa Rica. Según reportes, el club ya habría manifestado su disposición a ocupar el lugar de León desde noviembre del año pasado, es decir, mucho antes de que FIFA oficializara su postura. ¿Premeditación? ¿Presión?
Alajuelense incluso solicitó formalmente a FIFA hacer valer la norma de propiedad múltiple, lo que pone un elemento de rivalidad y oportunismo sobre la mesa. Para muchos en México, esta solicitud temprana no es muestra de legalismo, sino un intento de sacar ventaja por la puerta trasera.
FIFA y su historial ambiguo con la "ética deportiva"
Es imposible analizar este conflicto sin observar el historial de FIFA en cuanto a decisiones polémicas. La entidad que rige el fútbol mundial no está libre de mancha. Desde el escándalo de corrupción del FIFA Gate hasta designaciones cuestionadas para sedes de Copas del Mundo, la transparencia no ha sido precisamente su carta de presentación.
Resulta entonces complicado, incluso cínico, que ahora se presente como defensora irrestricta de valores deportivos cuando por años ha mirado para otro lado en situaciones similares.
El impacto económico para León y los aficionados
No solo hablamos de deporte. El Mundial de Clubes representa una enorme oportunidad financiera: exposición global, venta de productos, ingresos por transmisión y premios. Para un club como León, participar habría sido una vitrina inigualable. Y para los aficionados, particularmente los emigrantes mexicanos en EE. UU., se trataba de una oportunidad única para ver a su equipo compitiendo en la élite.
Muchos de estos hinchas ya han comprado boletos, han hecho planes de viaje e incluso asumido deudas para no perderse el evento. ¿Quién responde por sus pérdidas?
Una apelación que lo puede cambiar todo
Aún queda una carta por jugar: el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), cuyo fallo podría llegar en semanas. La institución con sede en Lausana, Suiza, ha sido clave en casos anteriores, fallando tanto a favor como en contra de clubes dependiendo de la solidez jurídica de los argumentos expuestos.
Si bien FIFA tiene margen para defenderse con base en su normativa, podría quedar en entredicho su falta de aplicación previa consistente. El caso abriría un debate necesario sobre si las reglas del fútbol internacional están diseñadas para todos por igual… o solo se aplican cuando conviene.
¿Fin de la era de propiedad múltiple en el fútbol?
Más allá del caso específico de León, este conflicto podría marcar el inicio del fin de las propiedades múltiples en ligas profesionales. La presión sobre las federaciones nacionales para evitar conflictos de intereses podría acentuarse.
Si el TAS avala la postura de FIFA, se sentará un precedente contundente. Pero si da la razón a León, se abrirá una grieta en la moral por la cual FIFA se quiere escudar ante el mundo. De cualquier manera, el sentido común nos llama a revisar cómo se regulan las estructuras de poder y tenencia dentro del deporte más popular del planeta.
Mientras tanto… ¿y la afición?
La gran olvidada en todo esto es, una vez más, la afición. Aquellos que llenan estadios, compran camisetas y hacen de este deporte un fenómeno global. Que viajan kilómetros con la esperanza de ver a su equipo disputar la gloria.
Decisiones como esta los dejan fuera, sin voz ni voto, pagando por errores administrativos o criterios cambiantes. Al final, tanto FIFA como los clubes involucrados tienen una deuda pendiente con ellos: respetar la pasión nunca debería estar fuera del reglamento.
Artículo redactado por un apasionado del juego limpio, del fútbol con justicia y con memoria. Porque cuando la pasión choca con la burocracia, el que siempre pierde es el hincha.