¿El fútbol europeo vive una revolución silenciosa?

Entre el ascenso de Bayer Leverkusen, la caída libre de Brasil y el renacimiento de Estrasburgo, el panorama futbolístico de 2024 revela nuevas narrativas

Por años, los pesos pesados del fútbol mundial han dictado el guion de la élite: Bayern Múnich en Alemania, Brasil en el escenario internacional, e históricos como Lyon en Francia. Pero en los últimos meses, los vientos del cambio se sienten cada vez con más fuerza, con actores nuevos alzando la mano y voces antiguas perdiendo protagonismo.

Leverkusen y la Era Xabi Alonso: ¿Es este equipo 'de laboratorio' realmente contendiente?

En Alemania, Bayer Leverkusen ha dejado de ser el eterno segundo para convertirse en protagonista. De la mano del entrenador español Xabi Alonso, quien parece tener una fórmula mágica para revitalizar a jugadores y sacar el mejor rendimiento táctico de su plantilla, Leverkusen derrotó 3-1 al Bochum, y se colocó a solo tres puntos del líder Bayern Múnich.

Curiosamente, dos decisiones polémicas de Alonso —alinear a Piero Hincapié y Exequiel Palacios tras largos viajes desde Sudamérica— resultaron clave: Hincapié asistió en el segundo gol y Palacios dio el pase de gol para el tercero.

El leitmotiv de este Leverkusen es la versatilidad y la gestión de recursos. Alonso ha utilizado a más de 25 jugadores diferentes esta temporada, con una flexibilidad táctica que recuerda más a un ajedrecista que a un entrenador convencional.

"Este Leverkusen piensa, estudia y sorprende. Tiene sello propio y eso lo convierte en candidato real al título", señaló el analista alemán Dietmar Hamann en Sky Deutschland.

Históricamente, Leverkusen ha sido el equipo de los "casi": subcampeón de Bundesliga cinco veces y de Champions League en 2002. Pero esta vez, el arte dejado por Alonso podría romper la maldición.

Brasil y la danza interminable de técnicos: fin de ciclo para Dorival Júnior

Mientras tanto, en Sudamérica, el gigante histórico Brasil atraviesa una de sus crisis más profundas. Luego de caer humillantemente 4-1 ante Argentina en eliminatorias para el Mundial 2026, el técnico Dorival Júnior fue despedido tras solo 14 meses en el cargo.

La estadística no es caprichosa: 7 victorias, 7 empates, 2 derrotas y solo 25 goles en 16 partidos. Pero el verdadero problema es la falta de identidad del juego brasileño. Desde la eliminación contra Uruguay en los cuartos de final de la Copa América, el equipo carece de una propuesta coherente.

La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), presidida por Ednaldo Rodrigues, apostó en 2023 por el sueño de fichar a Carlo Ancelotti, quien ha renovado con el Real Madrid. La interinidad de Ramon Menezes, seguida por el corto periodo de Fernando Diniz, y ahora la salida de Dorival reflejan caos institucional.

"Brasil es un Ferrari sin piloto. Tiene la mejor materia prima, pero no hay dirección. Esta selección no asusta a nadie", opinó el exjugador Zico en Globo Esporte.

El posible fichaje de un entrenador extranjero, como el portugués Jorge Jesus (actual técnico del Al-Hilal) o el propio Ancelotti, marcaría un antes y un después. Nunca Brasil eligió a un extranjero como seleccionador. ¿Será esta también una revolución silenciosa?

Estrasburgo conquista Francia con juventud y osadía

En Francia, Estrasburgo protagoniza otro fenómeno inesperado. Dirigido por el joven técnico británico Liam Rosenior, derrotaron de forma contundente 4-2 a Lyon —equipo históricamente poderoso— para colocarse en la quinta plaza de la Ligue 1 y mantenerse en carrera por una plaza europea.

Rosenior, exjugador y formado en el enfoque moderno del fútbol inglés con filosofía "posicional", ha armado un equipo compacto, veloz y altamente efectivo en las transiciones. Tan solo ha perdido una vez en los últimos siete partidos, y muchos en Francia ya hablan del "estrasburguismo" como un nuevo modelo.

Con figuras emergentes como Valentín Barco —quien cumplió 50 partidos en la Ligue 1 el viernes y dio una asistencia estelar—, y el goleador Samuel Amo-Ameyaw proveniente del Southampton, el equipo se construye bajo pilares de talento joven y confianza absoluta.

El actual campeón PSG aún domina la liga, pero si Estrasburgo logra entrar a Champions, será una historia que recordará al Mónaco de Mbappé en 2017. El mensaje está claro: los nuevos protagonistas ya están aquí.

¿Estamos ante una nueva era del fútbol post-pandemia?

Entre la caída simbólica de Brasil, el ascenso táctico de Bayer Leverkusen y el efecto sorprendente de Estrasburgo, puede que estemos presenciando un fenómeno más amplio: el fútbol transita desde jerarquías tradicionales hacia modelos de gestión modernos, técnicos emergentes y estructuras más analizables con datos.

Equipos que apuestan por jóvenes técnicos —Xabi Alonso, Liam Rosenior— están cosechando resultados a partir de proyectos deportivos definidos, visión de juego y administración racional.

En cambio, selecciones como Brasil o clubes como Lyon, que han caído en dinámicas de improvisación y dependencia de nombres, ven cómo su poder se diluye. En los próximos años, estas transformaciones podrían alterar mapas históricos.

La paradoja de los gigantes dormidos y los nuevos insurgentes

No es que Bayern, PSG o Brasil vayan a desaparecer, pero en el fútbol moderno ya no basta con tener los mejores jugadores del planeta. Los ciclos exitosos ahora necesitan una mezcla de planificación técnica, juventud, valentía y, sobre todo, claridad institucional.

¿Repetirá Leverkusen la hazaña del Leicester 2016? ¿Logrará Brasil adaptarse al siglo XXI con un entrenador innovador? ¿Podrá Estrasburgo resistir la presión de las grandes noches europeas en 2025?

Por ahora, el fútbol nos recuerda su cualidad más inquietante y hermosa: nada es eterno.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press