Mark Carney y el desafío canadiense ante la amenaza de Trump
El nuevo primer ministro busca alianzas estratégicas en Europa mientras enfrenta la ofensiva económica y política de Trump
Un comienzo desafiante para Mark Carney
El nuevo primer ministro de Canadá, Mark Carney, ha tomado posesión en un momento de gran tensión con Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump. Desde el primer momento, Carney ha dejado en claro su apuesta por defender la soberanía y la economía de Canadá, amenazada por las políticas proteccionistas y las declaraciones incendiarias de Trump.
Un viaje estratégico a París y Londres
Su primera gira internacional lo ha llevado a París y Londres, dos ciudades clave en la historia de Canadá. En la capital francesa, se reunió con el presidente Emmanuel Macron, buscando fortalecer lazos comerciales y reforzar su postura frente a las medidas arancelarias impuestas por Trump.
Posteriormente, en Londres, sostuvo un encuentro con el primer ministro británico Keir Starmer y el rey Carlos III, el jefe de Estado de Canadá. No se trata solo de diplomacia de rutina: Reino Unido había sido anteriormente un socio preferente de Canadá, pero el Brexit complicó las relaciones comerciales entre ambos países.
Trump y su visión sobre Canadá
El presidente estadounidense ha enfurecido a muchos canadienses con su retórica sobre la posibilidad de que Canadá se convierta en el "estado 51" de Estados Unidos. Sumado a esto, ha impuesto aranceles del 25% a las exportaciones canadienses, afectando gravemente sectores clave como el acero, la madera y los productos agrícolas.
Ante estos ataques, Carney ha respondido con firmeza declarando que Canadá "nunca, jamás, de ninguna manera formará parte de los Estados Unidos". Su gobierno ha comenzado a evaluar una posible reorientación comercial hacia Europa y Asia para reducir la dependencia de Washington.
¿Un nuevo eje comercial para Canadá?
Más del 75% de las exportaciones canadienses tienen como destino Estados Unidos, lo que hace difícil cortar lazos sin sufrir un impacto económico severo. Sin embargo, diversificar socios comerciales es ahora una prioridad nacional.
La Unión Europea y el Reino Unido podrían jugar un papel clave en esa diversificación. El Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA) entre Canadá y la UE ya ofrece una base sólida para expandir relaciones comerciales, mientras que un nuevo tratado con el Reino Unido sería otra estrategia en un mundo post-Brexit.
La soberanía del Ártico en juego
Tras su viaje a Europa, Carney también ha priorizado una visita a la región ártica de Canadá. Allí quiere reforzar la presencia canadiense en un territorio que ha despertado el interés de grandes potencias como Estados Unidos, Rusia y China.
Trump ya había mostrado en el pasado su interés por comprar Groenlandia, lo que generó preocupación no solo en Dinamarca, sino también en Canadá, que ve el Ártico como un territorio vital para su soberanía y futuro económico.
Elecciones en el horizonte
Carney está considerando convocar elecciones anticipadas en un clima político tenso. Inicialmente, el Partido Liberal de Canadá parecía destinado a una derrota histórica, pero la guerra comercial impuesta por Trump ha cambiado la ecuación. Ahora, muchos canadienses consideran a Carney una opción firme contra las políticas agresivas de la Casa Blanca.
¿Podrá consolidar un gobierno fuerte o sucumbirá ante las presiones económicas y políticas? La respuesta se sabrá en los próximos meses, aunque algo es claro: la relación entre Canadá y EE.UU. nunca ha sido tan incierta.