La crisis en Baluchistán: terrorismo, separatismo y acusaciones internacionales
El reciente ataque al tren en Pakistán desata tensiones con India y Afganistán mientras el país enfrenta una ola de violencia separatista
Pakistán enfrenta una crisis de seguridad grave tras el ataque al tren en Baluchistán que dejó 26 personas muertas en un evento sin precedentes en la insurgencia separatista de la región. El grupo prohibido Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA) se adjudicó el ataque, lo que ha llevado a la cúpula militar pakistaní a culpar a India y Afganistán de patrocinar a los insurgentes, aunque sin presentar pruebas concretas.
El conflicto en Baluchistán: una lucha prolongada por autonomía
Baluchistán, la provincia más grande y menos poblada de Pakistán, ha sido escenario de una insurgencia separatista durante décadas. Grupos militantes baluchis acusan al gobierno central de Islamabad de explotar los recursos naturales de la región sin beneficiar a la población local. En respuesta, el gobierno pakistaní ha intensificado su represión contra los insurgentes, lo que ha dado lugar a una escalada de violencia.
El ataque del BLA a un tren de pasajeros en una zona remota de la provincia es un ejemplo del alto nivel de violencia que enfrenta Pakistán. Los atacantes tomaron a unos 400 pasajeros como rehenes, desencadenando un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad que se prolongó más de 36 horas y resultó en la muerte de los atacantes y de varias víctimas, en su mayoría personal del ejército.
Pakistán acusa a India y Afganistán: ¿una estrategia recurrente?
En una conferencia de prensa realizada en Islamabad, el portavoz del ejército pakistaní, el teniente general Ahmad Sharif, afirmó que India es el principal patrocinador del terrorismo en Baluchistán. Asimismo, el Ministro Jefe de la provincia, Sarfraz Bugti, aseguró que Pakistán tiene “pruebas sólidas” del involucramiento de India en ataques previos, aunque tampoco las presentó públicamente.
Esta acusación sigue una tendencia histórica en la que Pakistán culpa a sus vecinos, particularmente India, de fomentar la inestabilidad interna. A lo largo de los años, ambos países han mantenido una relación hostil, con frecuentes conflictos en la región de Cachemira y acusaciones mutuas de terrorismo. India rechazó de inmediato las acusaciones de Pakistán, calificándolas de infundadas.
El papel de Afganistán en el conflicto
Por otro lado, el gobierno pakistaní también señaló a Afganistán como el origen de la planificación de la masacre del tren. Según las autoridades pakistaníes, los insurgentes mantenían contacto con manipuladores en Afganistán. Sin embargo, los talibanes afganos negaron cualquier vínculo con el ataque, alegando que el BLA no tiene presencia en su territorio.
Desde la toma del poder por los talibanes en 2021, las relaciones entre Pakistán y Afganistán han sido tensas, con Islamabad acusando repetidamente a Kabul de albergar terroristas que atacan su territorio.
Las consecuencias del ataque y el futuro de Baluchistán
En reacción a la crisis, el gobierno pakistaní ha suspendido todos los servicios de tren en Baluchistán, mientras aún se llevan a cabo los trabajos de reparación de las vías destruidas en el ataque. Las operaciones militares en la región se han intensificado para capturar a más sospechosos involucrados.
La creciente violencia en Baluchistán representa un serio desafío para el gobierno central en su intento de estabilizar el país. A medida que las tensiones con India y Afganistán se agravan, Pakistán podría enfrentar una situación aún más complicada en términos de diplomacia y seguridad interna.
Aunque las acusaciones contra India y Afganistán refuerzan la narrativa oficial de Pakistán, la insurgencia en Baluchistán tiene profundas raíces internas relacionadas con la marginación política y económica de la región. Si Islamabad no aborda estos problemas de manera efectiva, la violencia en Baluchistán podría seguir escalando, con consecuencias desastrosas para la estabilidad del país.