El auge de las instalaciones deportivas para equipos femeninos: una inversión que redefine el juego

De estadios exclusivos a centros de entrenamiento de última generación, el crecimiento de las infraestructuras refuerza el poder de las ligas femeninas

El crecimiento del deporte femenino ya no solo se mide en la cantidad de espectadores o el interés de los medios, sino también en la infraestructura en la que estos equipos entrenan y compiten. Actualmente, las inversiones en estadios y centros de entrenamiento específicos para equipos femeninos están marcando un antes y un después en la industria deportiva.

Un fenómeno sin precedentes en el fútbol y el baloncesto femeninos

Tradicionalmente, muchos equipos femeninos se han visto obligados a compartir instalaciones con equipos masculinos o utilizar infraestructuras poco adecuadas para la profesionalización del deporte. Sin embargo, la tendencia está cambiando. En la National Women's Soccer League (NWSL), por ejemplo, encontramos el primer estadio construido exclusivamente para un equipo femenino, un hito que simboliza el compromiso de la industria con el crecimiento de la liga.

Asimismo, la WNBA ha experimentado un salto significativo en la construcción de nuevos espacios para sus equipos. La llegada de jugadoras como Caitlin Clark ha acelerado esta transformación, con franquicias como Indiana Fever invirtiendo millones en centros de entrenamiento exclusivos.

Inversiones millonarias: el futuro del deporte femenino

Uno de los proyectos más ambiciosos es el complejo de entrenamiento de $150 millones en Portland. Este servirá tanto para el equipo de fútbol Portland Thorns de la NWSL como para el nuevo equipo de la WNBA que comenzará a competir en 2026. Este tipo de colaboraciones entre ligas femeninas ofrece un nuevo modelo de inversión con potencial de expansión a otras ciudades.

Otros casos emblemáticos incluyen:

  • El nuevo centro de entrenamiento de Indiana Fever (WNBA), una inversión de $78 millones programada para 2027.
  • El Bay FC, equipo de la NWSL, que está construyendo un centro de entrenamiento en Treasure Island, San Francisco.
  • La nueva instalación de formación de Angel City FC, con gimnasio de 5.400 pies cuadrados y hasta una sala de juegos para niños.

De escenarios precarios al lujo de la profesionalización

Hace apenas una década, muchas jugadoras de la NWSL compartían instalaciones con equipos universitarios o incluso entrenaban en canchas con césped en malas condiciones, sin vestuarios adecuados. Jugadoras icónicas como Hope Solo denunciaron en su momento las precarias condiciones que vivieron en la liga.

Este cambio radical no solo mejora la calidad del juego, sino que también impacta en la percepción del deporte femenino como una inversión rentable. El aumento del valor de los equipos es una clara prueba de ello. El precio de una franquicia de la WNBA ha subido considerablemente, como lo demuestra la compra del equipo de Portland por $125 millones, mientras que las ofertas por la franquicia número 16 de la NWSL rondan los $200 millones.

El impulso de figuras y patrocinadores

Las estrellas deportivas no están fuera de esta ecuación. Sabrina Ionescu, estrella de la WNBA, entró al grupo propietario de Bay FC, mientras que la legendaria Serena Williams adquirió una participación en el nuevo equipo de Toronto en la liga de baloncesto femenino.

Además, los patrocinadores también están apostando fuerte por el deporte femenino. Según un informe de Deloitte, se proyecta que la industria supere los $1.000 millones en ingresos globales en los próximos años.

El deporte femenino ya no es solo una cuestión de equidad

Si bien anteriormente el enfoque en el deporte femenino tenía un trasfondo de equidad y representación, hoy el panorama ha cambiado: se ha convertido en una industria de gran potencial económico. Como afirma el profesor David M. Carter, experto en negocios deportivos de la USC:

“Para mantener el crecimiento y el nivel de inversión actuales, es fundamental que el deporte femenino se vea más allá de una herramienta de defensa y pase a ser tratado como un negocio rentable con proyecciones económicas extraordinarias.”

Este cambio de mentalidad está allanando el camino para una futura expansión en infraestructuras, patrocinios y visibilidad. Y con cada nueva inversión, el deporte femenino sigue consolidando su lugar en la élite del entretenimiento deportivo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press