G7 en tensión: Las fricciones entre Trump y sus aliados ponen a prueba la diplomacia
El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, enfrenta un recibimiento hostil en Canadá mientras los aliados reaccionan a las políticas de Trump.
Trump y la tormenta comercial en el G7
La cumbre del G7 en La Malbaie, Canadá, se ha convertido en el escenario de un creciente distanciamiento entre Estados Unidos y sus aliados tradicionales. Marco Rubio, secretario de Estado de EE.UU., llega a suelo canadiense en medio de una oleada de reproches por parte de los países industrializados del grupo. Desde la imposición de aranceles al aluminio y el acero hasta comentarios ofensivos sobre Canadá como el «estado 51», las políticas de Donald Trump han generado fricciones notables.
El ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, advirtió que en cada reunión bilateral abordaría el tema de los aranceles y la estrategia a seguir con la Unión Europea para presionar a Washington. "La guerra comercial emprendida por la administración Trump es injustificada y ha puesto en peligro la estabilidad económica de nuestros aliados", señaló.
El enfoque de Rubio: entre la moderación y la política dura
Aunque Rubio trata de calmar los ánimos y distanciarse de ciertos comentarios de Trump, su defensa de la política comercial estadounidense ha sido firme. "Nuestro objetivo es proteger la competitividad de EE.UU. frente a prácticas que consideramos injustas", explicó el secretario de Estado a la prensa durante una escala en Irlanda antes de la cumbre.
Sin embargo, el tono conciliador no parece suficiente para apaciguar a aliados cada vez más irritados. Alemania, Francia y el Reino Unido han expresado su preocupación por el impacto de las medidas proteccionistas estadounidenses, que amenazan con desatar represalias comerciales.
Un G7 marcado por el conflicto en Ucrania y la postura sobre Rusia
Más allá de las disputas comerciales, la reunión del G7 también se centra en temas clave como el conflicto en Ucrania. Rubio llegó con una propuesta de alto el fuego de 30 días, respaldada por Kiev y pendiente de una respuesta rusa. Sin embargo, la aparente disposición de Trump a reincorporar a Rusia al grupo (lo que restauraría el formato G8) ha generado tensiones.
"Putin sólo entiende el lenguaje de la fuerza y la unidad", advirtió la ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock. Reino Unido y Francia han liderado esfuerzos para asegurar la paz en Ucrania mediante una coalición internacional, pero EE.UU. se ha mostrado reacio a comprometer tropas para operaciones de mantenimiento de paz.
Las relaciones transatlánticas en un punto de inflexión
El G7 ha sido históricamente un bastión de la cooperación entre las principales economías democráticas del mundo. No obstante, las políticas de Trump han hecho tambalear esa alianza. El intento de Washington de minimizar los efectos de su agenda proteccionista y su política exterior ambigua dejan incógnitas sobre el futuro de la cooperación internacional.
"Nuestra relación con EE.UU. es clave, pero el unilateralismo de Trump no facilita el entendimiento", señaló un diplomático europeo anónimo. Así, la cumbre del G7 en Canadá podría marcar un giro en las relaciones entre Estados Unidos y sus aliados tradicionales.
Con desafíos comerciales, geopolíticos y de seguridad en la mesa, la gran pregunta es si esta reunión servirá para reparar fisuras o profundizará la fractura en el orden global.