Eslovaquia en la encrucijada: protestas masivas contra el gobierno pro-ruso de Fico

Las calles de Eslovaquia han vuelto a llenarse de manifestantes que protestan contra el primer ministro populista Robert Fico y su postura prorrusa. Estas manifestaciones, que tuvieron lugar en más de 40 ciudades tanto dentro como fuera del país, reflejan el profundo descontento de una parte importante de la población con las políticas exteriores y de seguridad del gobierno.

Un viaje a Moscú que encendió la indignación

El reciente viaje de Fico a Moscú para reunirse con el presidente ruso Vladímir Putin ha sido el detonante de esta ola de protestas. En un contexto donde la mayoría de los líderes europeos han evitado el contacto directo con Putin desde la invasión de Ucrania en 2022, la visita de Fico ha sido interpretada como un respaldo implícito a la estrategia del Kremlin.

Además, Fico ha insinuado que Eslovaquia podría reconsiderar su permanencia en la Unión Europea y en la OTAN, una declaración que ha alarmado a sus ciudadanos y a la comunidad internacional. “Eslovaquia es Europa”, clamaban los manifestantes en la Plaza de la Libertad en Bratislava, dejando claro su deseo de mantener al país dentro del bloque europeo y la alianza transatlántica.

Las conexiones prorrusas de Fico

Las manifestaciones también han sido provocadas por los comentarios y acciones de allegados a Fico, como el asesor gubernamental Erik Kaliňák, quien declaró que “Eslovaquia finalmente tendría un vecino confiable” si Rusia conquistara Ucrania. Declaraciones como esta han sido percibidas como traición por muchos ciudadanos eslovacos.

Otro aliado de Fico, Ľuboš Blaha, conocido por su retórica de extrema izquierda, se reunió recientemente con el jefe de la agencia de espionaje rusa SVR y afirmó que “el Oeste está perdiendo y Rusia está ganando”, unas declaraciones que avivaron aún más la indignación pública.

Eslovaquia y su futuro en la UE y la OTAN

Uno de los puntos más preocupantes de la administración de Fico ha sido su política exterior. Desde que volvió al poder tras ganar las elecciones parlamentarias en 2023, ha detenido la ayuda militar de Eslovaquia a Ucrania, ha criticado las sanciones de la UE contra Rusia y ha prometido bloquear la entrada de Ucrania en la OTAN.

Este giro en la política internacional de Eslovaquia ha generado fricciones con sus aliados europeos y con una parte sustancial de su población, que teme que el país caiga en la órbita de Moscú. La crisis se agudizó cuando Fico calificó al presidente ucraniano Volodímir Zelenski como un enemigo tras la decisión de Ucrania de detener el suministro de gas ruso a Eslovaquia y otros países europeos.

De la protesta al cambio político

Las manifestaciones contra el gobierno de Fico podrían escalar hasta convertirse en una crisis política de mayores proporciones. La pregunta clave es si el primer ministro cederá ante la presión de la calle o si tratará de reforzar su postura mediante nuevas alianzas con Rusia.

El futuro de Eslovaquia dentro de la UE y la OTAN pende de un hilo, y el desenlace de esta crisis no solo tendrá repercusiones a nivel nacional, sino que también podría redefinir el equilibrio de poder en Europa del Este.