Estados Unidos se retira de acuerdo climático: ¿Qué significa para el futuro energético global?
La sorpresiva decisión de EE.UU. de abandonar el acuerdo de transición energética con países en desarrollo deja en la incertidumbre billones en inversión climática.
Una decisión que sacude el escenario global
La reciente retirada de Estados Unidos del Grupo de Socios Internacionales (IPG), una alianza que prometía miles de millones de dólares para ayudar a países en desarrollo a abandonar el uso del carbón, marca un giro inesperado en la política climática global. La noticia, confirmada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Sudáfrica, pone en riesgo la transición energética en naciones como Indonesia, Vietnam y Senegal.
El impacto en Sudáfrica y otros países beneficiarios
Sudáfrica, el primer país en firmar un acuerdo de transición energética justa en la Cumbre Climática de la ONU en 2021, perderá más de 1.000 millones de dólares que Estados Unidos había comprometido para la descarbonización de sus plantas de carbón. Con el 80% de su electricidad proveniente de este combustible fósil, la nación africana enfrenta un panorama incierto en su lucha por una energía más limpia.
Situaciones similares ocurren en Indonesia y Vietnam, quienes también firmaron pactos multimillonarios para recibir apoyo en su transición energética. Estos países figuran entre los 20 mayores emisores de gases de efecto invernadero a nivel mundial, según ClimateWatch, y dependen en gran medida de los combustibles fósiles para su desarrollo económico.
El historial de EE.UU. y la retirada de acuerdos climáticos
Este movimiento recuerda la decisión de Donald Trump en 2017 de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, una acción que generó severas críticas a nivel global. Aunque el país volvió a firmarlo bajo la administración de Joe Biden, esta nueva retirada de un pacto climático pone en duda su compromiso con la lucha contra el calentamiento global.
La postura de EE.UU. se torna aún más confusa considerando que, en abril de 2021, la misma administración prometió duplicar la ayuda climática hasta alcanzar los 11.400 millones de dólares anuales para 2024.
Reacciones y consecuencias futuras
Joanne Yawitch, directora del Proyecto de Transición Energética Justa en Sudáfrica, señala que el país sigue firme en su intención de descarbonizar su producción eléctrica y que el resto de socios del IPG continúan con su compromiso. Sin embargo, la ausencia de EE.UU. podría significar un golpe significativo para la rapidez y efectividad de estos planes.
Rachel Kyte, enviada climática del Reino Unido, calificó la decisión estadounidense como “lamentable”. Mientras tanto, el resto de las naciones implicadas –Unión Europea, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Canadá, Japón, Noruega y Dinamarca– reafirmaron su apoyo a la transición energética global.
¿Qué sigue para la lucha climática global?
La retirada de EE.UU. podría afectar las negociaciones de financiamiento en la próxima COP29, donde se espera que los países en desarrollo exijan garantías sobre los compromisos adquiridos por las naciones ricas. Sin una inversión clara para descarbonizar sus economías, muchos países podrían verse obligados a mantener su dependencia del carbón y otros combustibles fósiles.
Este acontecimiento refuerza la necesidad de encontrar estrategias de financiamiento climático más seguras y menos vulnerables a cambios políticos en las potencias económicas. La pregunta ahora es: ¿se mantendrán las promesas climáticas a largo plazo, o este es solo otro indicio de un sistema de cooperación internacional que depende demasiado de la voluntad política?