Beulah Osueke: Más que una entrenadora, una activista del baloncesto femenino
Cómo una entrenadora transformó el baloncesto en una herramienta de empoderamiento y cambio social
Un liderazgo que trasciende la cancha
Beulah Osueke no es solo una entrenadora de baloncesto. Para las jugadoras de West Catholic Prep en Filadelfia, era amiga, mentora y a veces incluso una figura materna. A lo largo de ocho años, no solo formó un equipo ganador, sino que también inculcó valores que abarcan mucho más que el deporte.
Los inicios de una revolución deportiva
Cuando Osueke tomó las riendas del equipo en 2013, se encontró con un grupo lleno de talento, pero carente de estructura y disciplina. Lo que comenzó como una misión deportiva se transformó rápidamente en una causa social. Estableció normas básicas: puntualidad en los entrenamientos, código de vestimenta y comportamiento respetuoso dentro y fuera de la escuela.
En su primera temporada, el equipo tuvo un récord de 0-18. Pero poco a poco, comenzó a construir una cultura de trabajo duro y compromiso. Al año siguiente, ganaron cinco partidos y más adelante, títulos distritales y el primer campeonato estatal de la escuela en 2021.
El baloncesto como herramienta de empoderamiento
Para Osueke, enseñar a sus jugadoras a responder a la discriminación y a comprender su propio valor fue su mayor victoria. Muchas de sus jugadoras enfrentaban problemas personales que iban desde la pobreza hasta la violencia. «No se puede esperar que rindan al 100% en la cancha si su vida está en el caos», afirmó.
Si una jugadora no tenía comida en casa, Osueke le compraba víveres. Si alguien pasaba por una crisis emocional, encontraba recursos para apoyo psicológico. Su misión nunca fue solo ganar partidos, sino formar mujeres resilientes y seguras de sí mismas.
Superando la tragedia
En 2016, el equipo de Osueke sufrió una gran pérdida cuando Akyra Murray, una de sus jugadoras estrella, se convirtió en la víctima más joven del tiroteo en el club Pulse en Orlando. La tragedia afectó profundamente al equipo y a su entrenadora, quien reforzó su compromiso con la estabilidad emocional de sus jugadoras.
«En ese momento entendí aún más el nivel de traumas que muchas de ellas enfrentaban diariamente», dijo Osueke. Implementó revisiones emocionales periódicas para ayudar a las jugadoras a expresar y manejar sus sentimientos.
Más allá del baloncesto
En 2021, Osueke dejó la dirección del equipo para enfocarse en un impacto más amplio en la comunidad. Hoy es directora ejecutiva de New Voices for Reproductive Justice en Filadelfia, donde trabaja en proyectos para ayudar a entrenadores de baloncesto femenino a comprender los factores sociales que afectan a las jugadoras.
«El deporte es una infraestructura universal», afirma Osueke. «Deberíamos usarlo no solo para ganar títulos, sino para plantar semillas en la próxima generación de líderes».
Un legado para el futuro
Osueke sigue entrenando cuando su agenda lo permite, pero su impacto va mucho más allá del gimnasio. Para sus exjugadoras, su enseñanza sigue viva en cada aspecto de sus vidas, desde la universidad hasta sus carreras profesionales.
«Nos enseñó cómo afrontar la vida», dice Daja Hosendorf, exjugadora del equipo y hoy estudiante de veterinaria. «Gracias a ella, aprendí que ningún obstáculo puede detenerme».
Historias como la de Beulah Osueke demuestran que el deporte va más allá de la competencia. Para muchas jóvenes, es el único escape, la única oportunidad de crecer y descubrir su verdadero potencial.