Keith Richards: Un rockero con corazón solidario en Connecticut

El legendario guitarrista de los Rolling Stones recibe un reconocimiento por su impacto cultural y filantrópico en el estado donde ha residido por casi 40 años.

Keith Richards, el legendario guitarrista de los Rolling Stones, ha sido una figura icónica del rock durante más de seis décadas. Sin embargo, más allá de sus inolvidables riffs y su actitud rebelde, Richards ha demostrado ser un hombre de profundo compromiso con su comunidad en Connecticut, donde ha vivido desde 1985.

Un reconocimiento a su legado

En una emotiva ceremonia celebrada en la Westport Library, Richards recibió el Connecticut Governor’s Award of Excellence, un nuevo reconocimiento diseñado para honrar a los residentes del estado que han demostrado creatividad, pasión y generosidad. Con este galardón, el gobernador Ned Lamont y su esposa, Annie Lamont, destacaron la contribución del músico a la música y a diversas organizaciones locales.

«Bueno, muchas gracias. Y gracias, Connecticut», expresó Richards al recibir el medallón conmemorativo. «A veces uno se queda sin palabras cuando tiene algo así colgado del cuello. Solo puedo decir que llevo 40 años aquí y ha sido un gran lugar para mí».

De las luces de Nueva York al hogar en Connecticut

Richards, nacido en Inglaterra, se mudó de la bulliciosa ciudad de Nueva York a Weston, un suburbio rodeado de naturaleza a unos 80 kilómetros al noreste, con la intención de brindarle a sus hijos una mejor calidad de vida. «La familia ha tenido una vida maravillosa», comentó. «Los niños crecieron felices y eso es lo que más me importa».

Junto a su esposa Patti Hansen, Richards crió a sus dos hijos en Connecticut. También tuvo otros dos hijos con su primera esposa, la modelo y actriz Anita Pallenberg, aunque sufrió la trágica pérdida de su hijo Tara en 1976.

Un faro de apoyo a la comunidad

Más allá de su imponente carrera musical, Richards ha sido un fuerte apoyo para organizaciones locales destinadas a ayudar a personas con discapacidad. Su respaldo a SPHERE, una organización que brinda educación, recreación y arte, y a The Prospector Theater, un cine inclusivo administrado por una fundación sin fines de lucro, han sido fundamentales para mantener en marcha estos proyectos.

«Keith Richards es un increíble miembro de nuestra comunidad y estamos orgullosos de que esté aquí», comentó el gobernador Lamont. Además, bromeó sobre cómo la música de los Rolling Stones ha servido como fuente de inspiración en su vida política, mencionando temas como Start Me Up y You Can’t Always Get What You Want.

Una vida entre libros y acordes

En una muestra de aprecio por su amor a la literatura, el director ejecutivo de la Westport Library, William Harmer, decidió presentar a Richards un regalo especial: una tarjeta de biblioteca de Westport. «Más prestigioso que una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood o un lugar de estacionamiento personal en Times Square», bromeó.

Richards ha expresado en varias ocasiones su amor por la lectura, asegurando que considera las bibliotecas como un gran igualador social. «Sin nuestros libros y sin saber cosas, sin su significado especial… esto no es cine. No es alguien dibujando imágenes para ti. Es un libro, y la película está en tu cabeza. Es importante que preservemos nuestros libros», añadió.

De blues a himnos del rock

Keith Richards es uno de los guitarristas más influyentes de todos los tiempos. Fundador de los Rolling Stones en 1962, junto a Mick Jagger, Brian Jones y Charlie Watts, la banda evolucionó de sus raíces en el blues hasta convertirse en un pilar del rock and roll con himnos como (I Can’t Get No) Satisfaction, Gimme Shelter y Sympathy for the Devil.

Además de su icónica trayectoria con los Stones, Richards ha trabajado en proyectos como solista y ha colaborado con artistas de renombre, manteniendo siempre su espíritu irreverente y su amor por la música.

Con casi 60 años en la cima del rock, Keith Richards sigue sorprendiendo al mundo, no solo con su talento musical sino con su compromiso con la comunidad. Su legado no solo se mide en acordes de guitarra, sino también en la huella imborrable que deja en las vidas de aquellos a quienes ayuda.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press