La guerra comercial entre EE.UU. y Canadá: ¿Quién saldrá más perjudicado?

Las tensiones entre estos dos grandes socios comerciales se intensifican con la imposición de aranceles y las represalias de Canadá.

El inicio del conflicto comercial

Ronald Reagan alguna vez soñó con una frontera entre Estados Unidos y Canadá libre de barreras económicas y llena de cooperación. Sin embargo, en la actualidad, esta visión se ha visto empañada por una creciente disputa comercial entre ambas naciones.

El anuncio de que el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impondría un arancel del 25% sobre productos canadienses y un 10% sobre su petróleo y gas, marcó el inicio de una escalada de represalias en el comercio bilateral. La respuesta de Canadá no se hizo esperar: aranceles del 25% sobre productos estadounidenses como vino, cigarrillos y armas de fuego.

Las repercusiones económicas a ambos lados de la frontera

La relación comercial entre Estados Unidos y Canadá es una de las más estrechas del mundo. De acuerdo con datos del Departamento de Comercio de EE.UU., el intercambio bilateral alcanzó más de 700 mil millones de dólares en el último año.

  • Estados Unidos es el principal mercado de exportación de Canadá.
  • Canadá es la principal fuente de importaciones de ciertos insumos clave para la manufactura estadounidense.
  • Industria automotriz, energética y agrícola dependen del comercio bilateral.

La imposición de aranceles supone un encarecimiento de los productos y servicios en sectores clave. Como menciona Laurie Trautman, directora del Border Policy Research Institute en Western Washington University, "estas industrias en ambos lados de la frontera han sido construidas con base en una relación estrecha; cualquier interrupción tendrá consecuencias en ambas economías".

Zonas más afectadas por el conflicto

Las comunidades más cercanas a la frontera entre ambos países sufrirán con mayor intensidad el impacto de los aranceles. Algunos ejemplos son:

Detroit-Windsor: El corazón industrial en peligro

Detroit y Windsor están separadas únicamente por el río Detroit, y su economía está profundamente interconectada gracias a la industria automotriz. Aproximadamente 323 millones de dólares en productos cruzan esta frontera diariamente en ambas direcciones. Cualquier arancel sobre bienes manufacturados generará incertidumbre y posibles cierres de plantas.

Buffalo-Niagara Falls: Un golpe al turismo y la cerveza

La región de Buffalo depende de turistas canadienses que cruzan los cuatro puentes internacionales para comprar, asistir a eventos deportivos y disfrutar de la gastronomía local. Además, la industria cervecera de Buffalo importa gran parte del grano malteado y aluminio de Canadá. Una guerra de aranceles haría que los precios subieran en ambos lados de la frontera.

Montana-Alberta: Dependencia energética

El estado de Montana importa grandes volúmenes de petróleo y gas natural de Canadá, valorados en aproximadamente 5 mil millones de dólares anualmente. Un arancel del 10% sobre estos productos podría aumentar drásticamente los costos de energía para hogares, fábricas y granjas de Montana, uno de los estados con mayor consumo per cápita de energía en EE.UU.

La resistencia al conflicto comercial

Frente a esta tensión, diversas comunidades y sectores han tratado de minimizar el impacto y evitar represalias:

  • Movimientos ciudadanos pidiendo exenciones especiales, como en Point Roberts, Washington, donde los residentes dependen completamente de Canadá para agua, electricidad y suministros básicos.
  • Empresas y cámaras de comercio instan a sus gobiernos a negociar acuerdos bilaterales en sectores clave para evitar disrupciones económicas.
  • Consumidores ajustando sus hábitos de compra para apoyar productos nacionales y reducir su exposición a las tarifas.

¿Qué sigue en este conflicto?

Las tensiones comerciales entre EE.UU. y Canadá no son nuevas, pero los recientes aranceles han revivido preocupaciones sobre una posible guerra comercial prolongada. Mientras tanto, los ciudadanos de ambos países sienten los efectos inmediatos en sus bolsillos.

Según diversos analistas, la solución ideal sería renegociar los términos del comercio bilateral para fortalecer las economías de ambos países sin generar represalias que encarezcan los productos básicos. Sin embargo, con la política siempre en juego, el desenlace de esta disputa sigue siendo incierto.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press