Nawaf Salam y el Desafío de Reconstruir el Sur del Líbano

El nuevo primer ministro libanés visita las zonas devastadas por la guerra con Israel y promete la reconstrucción y el regreso seguro de los desplazados.

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El nuevo primer ministro de Líbano, Nawaf Salam, ha asumido su cargo en un momento de gran incertidumbre para el país. Su reciente visita a las zonas fronterizas con Israel, que han sufrido una devastación masiva tras 14 meses de guerra entre Israel y Hezbollah, representa un mensaje claro de compromiso con la reconstrucción y la estabilidad. Salam ha prometido la restauración de las aldeas destruidas y el retorno seguro de los desplazados, mientras insiste en la necesidad de una retirada total de las tropas israelíes.

La Guerra y sus Consecuencias

El conflicto que estalló el 8 de octubre de 2023, tras una incursión de Hamas en Israel, se expandió rápidamente más allá de Gaza. Hezbollah, el grupo armado chií apoyado por Irán, comenzó a disparar cohetes hacia Israel, lo que provocó una respuesta masiva en forma de bombardeos y ataques aéreos. El resultado fue una catástrofe humanitaria: más de 4,000 personas murieron en el Líbano y más de un millón fueron desplazadas de sus hogares.

En Israel, el impacto fue menos devastador en términos de bajas, pero igualmente grave. Decenas de personas perdieron la vida y se informó que aproximadamente 60,000 israelíes fueron desplazados de las comunidades fronterizas.

El Compromiso de Nawaf Salam

Durante su recorrido por las zonas afectadas, Salam enfatizó que su gobierno está reuniendo apoyo regional e internacional para presionar a Israel a retirarse de todos los puntos ocupados en suelo libanés. En la ciudad portuaria de Tiro, Salam afirmó: “No hay estabilidad real y duradera sin una retirada total de Israel.”

Las palabras del primer ministro buscan no solo elevar la moral de los ciudadanos afectados, sino también mendigar respaldo entre las potencias internacionales que podrían mediar en el cumplimiento de los acuerdos. La mediación internacional, especialmente con el respaldo de EE.UU. y Europa, será determinante en la implementación de estos compromisos.

El Desafío de la Reconstrucción

La reconstrucción del sur de Líbano no será una tarea fácil. Las pérdidas económicas son considerables y, según estimaciones preliminares, pueden alcanzar miles de millones de dólares en daños a infraestructura y viviendas. Sumado a esto, la crisis económica interna de Líbano hace que los esfuerzos de reconstrucción sean todavía más difíciles sin asistencia externa.

El gobierno también se enfrenta a un problema de seguridad. Aunque Hezbollah ha mantenido su poder militar durante décadas, la reciente declaración de que “solo el ejército nacional tiene derecho a la defensa del país en caso de guerra” representa un golpe a su postura de tener una fuerza militar independiente. Esto podría marcar un punto de inflexión en la política interna del Líbano respecto a la relación entre el gobierno y Hezbollah.

Enterramientos Oficiales y las Secuelas del Conflicto

Una de las imágenes más perturbadoras de la posguerra ha sido la de cuerpos temporalmente enterrados, que ahora están siendo trasladados a sus lugares de descanso final. En la aldea fronteriza de Aitaroun, se llevó a cabo un entierro oficial para varias víctimas del conflicto. La escena reflejó el profundo sufrimiento que ha quedado en la población tras meses de violencia incesante.

Casos de Violencia contra UNIFIL

En medio de esta crisis, las fuerzas de paz de la ONU, conocidas como UNIFIL, también han sufrido ataques. En febrero, el convoy de los cascos azules fue asaltado por manifestantes cuando se dirigían al aeropuerto de Beirut, lo que provocó heridas a un alto mando. Este incidente llevó a la justicia libanesa a presentar cargos contra 26 personas, incluyendo terrorismo y robo. Según reportes, uno de los sacos robados del convoy contenía alrededor de 30,000 dólares en efectivo.

El Futuro del Líbano

La pregunta central es qué futuro espera al Líbano en medio de tantas adversidades. La presión internacional, los intereses de Irán e Israel en la región, y la frágil estabilidad política interna complican cualquier intento de una salida sostenible del conflicto. Mientras tanto, los ciudadanos afectados por la guerra siguen sin hogar, esperando que las promesas del nuevo gobierno se conviertan en realidades palpables.

Con Salam al frente, Líbano enfrenta uno de sus mayores desafíos: reconstruir un país fragmentado por el conflicto y restaurar la confianza de su gente en un futuro de paz.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press