El impacto del tiroteo en el hospital de Pensilvania: un testimonio desgarrador
Una enfermera relata el horror que vivió como rehén de un tirador en la unidad de cuidados intensivos
El pasado sábado, en el UPMC Memorial Hospital de York, Pensilvania, se vivió una escena aterradora cuando un hombre armado ingresó al hospital y tomó a varias personas como rehenes. Uno de los testimonios más estremecedores proviene de la enfermera Tosha Trostle, quien narró su experiencia en una publicación de Facebook.
Una pesadilla en la unidad de cuidados intensivos
Trostle relató que fue utilizada como escudo humano cuando el atacante la tomó a la fuerza, atando sus manos con bridas de plástico y empujándola con el arma en el cuello y la columna vertebral. En su testimonio, describió el sufrimiento que vivió mientras rogaba por su vida.
“Puse mi vida en manos de Dios,” escribió Trostle. “Recé cuando escuché disparos, cuando olí el humo, cuando escuché los casquillos caer contra el suelo.”
El enfrentamiento con los oficiales
Las autoridades respondieron rápidamente al incidente. Según el relato de Trostle, cuando el atacante la obligó a caminar junto a él a través de una puerta, se encontraron con una línea de oficiales de policía armados. En ese momento, sonaron los disparos y el atacante cayó sobre ella.
“Sentí el peso de su cuerpo sobre mí, su mano fría contra mi rostro,” dijo la enfermera. Trostle logró liberarse y correr a un lugar seguro, guiada por los oficiales que respondieron al tiroteo.
Un héroe cae en la tragedia
El ataque dejó múltiples heridos, incluidos tres empleados del hospital y dos oficiales de policía. Lamentablemente, Andrew Duarte, un patrullero de West York de 30 años, perdió la vida mientras intentaba proteger a las víctimas.
“Especialmente, valiente Oficial Andrew Duarte que dio su vida para llevarnos a casa,” escribió Trostle, reconociendo su sacrificio.
El atacante y sus motivos
El agresor, identificado como Diogenes Archangel-Ortiz, de 49 años, llegó al hospital con un arma y bridas plásticas, aparentemente buscando a alguien en la unidad de cuidados intensivos. Aunque las autoridades no han revelado detalles sobre la relación del atacante con alguien en el hospital, se sabe que tenía un objetivo claro al ingresar.
Antes de su muerte, se dice que Archangel-Ortiz realizó una llamada telefónica pidiendo a alguien que limpiara su apartamento y se llevara sus joyas, porque “no iba a regresar a casa”.
El trauma y la recuperación
Las secuelas emocionales del ataque continúan presentes en Trostle y los demás sobrevivientes. En su publicación, la enfermera explicó que sus heridas físicas son mínimas en comparación con las marcas emocionales y psicológicas que este evento dejó en su vida.
“El trauma es insondable. Cada imagen, cada sonido de esa mañana está grabado en mi mente”, escribió.
Reacciones y medidas de seguridad
El incidente ha generado preocupación en la comunidad médica y hospitalaria sobre las medidas de seguridad en los centros de salud. La administración de UPMC Memorial Hospital ha asegurado que se enfocarán en evaluar y fortalecer los protocolos de seguridad para evitar que eventos similares vuelvan a ocurrir.
Mientras tanto, las autoridades siguen investigando las motivaciones exactas del atacante y cómo pudo ingresar al hospital con un arma de fuego.
El domingo se llevará a cabo un servicio en memoria del oficial Andrew Duarte, un hombre que dio su vida por el bienestar de los demás.