El impacto de los recortes a la ayuda exterior de EE.UU.: ¿un retroceso en la política global?
La administración Trump eliminó el 90% de los contratos de USAID, afectando el equilibrio global y el rol de EE.UU. en el mundo.
La administración de Donald Trump tomó una decisión sin precedentes al eliminar más del 90% de los contratos de ayuda exterior de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), reduciendo hasta $60 mil millones en asistencia global. Estos recortes significan un fuerte giro en la política exterior estadounidense y han generado preocupación entre organizaciones internacionales, legisladores y activistas.
¿Por qué EE.UU. recorta la ayuda exterior?
Desde su llegada a la Casa Blanca, Donald Trump y su aliado Elon Musk han promovido una reducción drástica del gasto gubernamental, enfocándose especialmente en la asistencia extranjera. Para este grupo, la ayuda exterior representa un despilfarro de dinero que solo ayuda a sostener lo que ellos llaman "una agenda liberal globalista".
En enero de 2025, Trump ordenó una revisión de 90 días sobre los programas de ayuda internacional, lo que condujo a una congelación inmediata de fondos. Esta suspensión obligó a miles de programas en el extranjero a detener sus operaciones y dejó a muchas organizaciones sin los recursos prometidos.
Consecuencias de los recortes en la ayuda extranjera
Los efectos de esta decisión ya se han hecho sentir en múltiples sectores:
- Desestabilización económica: Los países en desarrollo dependen de la ayuda estadounidense para financiar proyectos de infraestructura, salud y educación. Sin estos fondos, muchas economías sufrirán retrocesos significativos.
- Impacto en la salud global: Programas como PEPFAR, que combate el VIH/SIDA en África, podrían ser eliminados, poniendo en riesgo la vida de millones de personas.
- Reducción de la influencia de EE.UU.: Durante décadas, la asistencia exterior ha sido una herramienta diplomática clave para Washington, ayudando a construir alianzas estratégicas. Con este repliegue, rivales como China y Rusia podrían llenar el vacío y aumentar su influencia en regiones críticas.
¿Qué dicen los críticos?
Organizaciones como la Fundación MacArthur han calificado estos recortes como una "crisis" para el sector humanitario. John Palfrey, presidente de la fundación, señaló que "el colapso del financiamiento afectará tanto a comunidades en el extranjero como en Estados Unidos".
Por otro lado, expertos en política exterior advierten que la eliminación de estos programas no solo afecta a los beneficiarios, sino que también compromete la seguridad nacional de EE.UU. La pobreza y el debilitamiento de instituciones en otros países pueden generar condiciones propicias para el terrorismo y la migración masiva.
¿Es un movimiento estratégico o un error político?
La administración Trump ha defendido estos recortes como una manera de "hacer a América grande de nuevo" al priorizar inversiones internas sobre asistencia a otros países. Sin embargo, esta visión ha sido duramente criticada incluso por miembros del propio Partido Republicano, quienes aseguran que la estabilidad global es indispensable para el crecimiento económico y la seguridad nacional.
Algunos analistas también sugieren que este enfoque podría debilitar a Estados Unidos en futuras negociaciones con aliados y organizaciones internacionales. "La reducción de la ayuda exterior no solo es un error humanitario, sino también una mala estrategia de política exterior", afirmó un exfuncionario del Departamento de Estado.
El futuro de la cooperación internacional
Con la administración Trump avanzando en esta dirección, queda por ver si futuras administraciones revertirán estas políticas o ampliarán aún más la reducción de la asistencia extranjera. Mientras tanto, organizaciones privadas como la Fundación MacArthur han ampliado su financiamiento para contrarrestar los efectos de estos recortes.
Ante este panorama, la cooperación internacional podría estar entrando en una nueva era donde el sector privado y las ONG asuman un rol más protagónico en la asistencia global, ante la retirada de Estados Unidos como líder tradicional en este ámbito.