Migrantes deportados en Panamá: atrapados en un limbo de incertidumbre y restricciones

Decenas de migrantes deportados de EE.UU. se enfrentan a condiciones duras y falta de acceso a representación legal en Panamá

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Detenidos en un campo rural sin acceso a asesoría legal

Decenas de migrantes deportados de Estados Unidos han terminado en un campamento en Panamá tras negarse a regresar a sus países de origen. Según testimonios de personas detenidas en el lugar, las condiciones son extremadamente duras, con restricciones de movimiento y sin acceso a representación legal. Una de las migrantes, quien pidió permanecer en el anonimato, habló con un medio de comunicación a través de un teléfono móvil que logró esconder de las autoridades.

La mujer relató que las autoridades panameñas confiscaron los teléfonos de los migrantes retenidos, dejándolos completamente incomunicados del mundo exterior. Además, describió la estricta vigilancia a la que están sometidos: “Alguien me sigue incluso cuando voy al baño”, afirmó.

El acuerdo con EE.UU. y la negativa de los migrantes

La detención de estos migrantes se debe a un acuerdo entre Panamá y la administración de Donald Trump, en el cual países como Panamá y Costa Rica funcionan como “puentes” temporales para deportados en tránsito. Inicialmente, estos migrantes fueron alojados en hoteles en la Ciudad de Panamá, aunque no se les permitía salir y estaban bajo estrecha custodia policial.

Cerca del 40% de los deportados se negaron a regresar a sus países de origen, citando miedo a represalias y la incertidumbre respecto a su futuro. Aquellos que accedieron a volver han sido enviados de regreso, mientras que quienes se negaron fueron transportados a un campamento en la provincia de Darién, cerca de la peligrosa selva del Darién Gap.

Condiciones en el campamento de Darién

El campamento está ubicado en San Vicente, Metetí, y fue originalmente construido para gestionar el flujo de migrantes que atravesaban la zona en dirección a Norteamérica. Sin embargo, ahora ha sido reutilizado para albergar a aquellos que han sido rechazados en Estados Unidos y no pueden regresar a sus países.

“Nos tratan como prisioneros”, declaró la mujer que dio su testimonio desde el campamento. Según su relato, los detenidos no han recibido asistencia legal y no tienen forma de contactar al exterior para solicitar ayuda. Tampoco fueron informados sobre sus derechos ni sobre las alternativas disponibles.

Reacción de las autoridades panameñas y organismos internacionales

Las autoridades panameñas no han emitido declaraciones en respuesta a los testimonios de los detenidos. No obstante, organizaciones como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) han prometido trabajar en “alternativas seguras” para reubicar a los migrantes que se encuentran en la detención.

Mientras tanto, el Departamento de Estado de EE.UU. agradeció a Panamá y Costa Rica por su cooperación en la contención de deportados y su retorno a sus países de origen. Sin embargo, esto no aborda la crisis humanitaria que viven quienes han quedado atrapados en un limbo legal sin una solución clara a la vista.

El peligro del “flujo inverso” de migrantes

A la par de esta problemática, otro fenómeno ha comenzado a tomar fuerza: el “flujo inverso” de migrantes. Debido a las crecientes restricciones migratorias impuestas por el gobierno de EE.UU., muchos migrantes han optado por emprender el regreso a sus países a través de rutas peligrosas. Recientemente, un bote con 19 migrantes venezolanos y colombianos naufragó en la costa caribeña de Panamá, cobrando la vida de un niño de 8 años.

La embarcación intentaba llegar a Colombia a través del archipiélago de Guna Yala, una zona frecuentada por traficantes de personas. Este tipo de esfuerzos peligrosos reflejan la desesperación de aquellos que ven cerradas todas las puertas legales.

El futuro incierto de los migrantes en Panamá

La situación de los deportados en Panamá sigue siendo incierta. A pesar de las promesas de organismos internacionales sobre encontrar soluciones, los migrantes continúan detenidos en condiciones adversas y sin acceso a asistencia legal. La comunidad internacional deberá prestar mayor atención a este problema si se quiere evitar una crisis humanitaria de mayores dimensiones.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press