Trump designa a carteles latinoamericanos como organizaciones terroristas extranjeras: ¿movimiento estratégico o riesgo diplomático?

La medida intensifica la presión sobre los grupos delictivos, pero genera preocupaciones sobre sus repercusiones en la economía y relaciones internacionales.

  •  EnPelotas.com
    EnPelotas.com   |  

Un cambio radical en la lucha contra el crimen organizado

La administración de Donald Trump ha tomado una decisión sin precedentes al designar formalmente a ocho organizaciones criminales latinoamericanas como “organizaciones terroristas extranjeras”. Este nuevo estatus introduce una serie de implicaciones legales y económicas que podrían transformar la manera en la que Estados Unidos combate a los carteles y bandas criminales en Latinoamérica.

Entre los grupos afectados se encuentran Tren de Aragua en Venezuela y MS-13 en El Salvador, además de otros carteles delictivos que operan en la región. La medida, sustentada en una orden ejecutiva emitida el 20 de enero, será publicada en el Registro Federal como parte de los esfuerzos del gobierno republicano para frenar actividades ilícitas, tales como tráfico de drogas, contrabando de migrantes y actos de violencia para el control territorial.

¿Por qué clasificarlos como terroristas?

Normalmente, la designación de “grupo terrorista” está reservada para organizaciones como Al Qaeda o el Estado Islámico, que utilizan la violencia con fines políticos. Esta medida, sin embargo, señala a los carteles latinoamericanos como una amenaza con suficiente alcance e impacto internacional para justificar el uso de esta categoría.

Según la administración Trump, estas organizaciones han tejido una red ilegal de tráfico de drogas, explotación de migrantes y conflicto armado, lo que las hace comparables a grupos extremistas que buscan alterar el orden global. “La amenaza que representan estos grupos no solo atenta contra la seguridad de la región, sino que también ha generado consecuencias directas sobre la estabilidad en Estados Unidos”, señaló un funcionario de la Casa Blanca.

Posibles consecuencias económicas y diplomáticas

Críticos de la medida han expresado preocupaciones sobre el impacto que podría tener en la relación con países latinoamericanos. Muchos sostienen que etiquetar a estos grupos como terroristas podría dificultar el comercio con la región, pues las empresas tendrían que extremar precauciones para evitar cualquier tipo de asociación con entidades sancionadas.

En México, por ejemplo, los carteles están profundamente involucrados en sectores como el tráfico de drogas, pero también en negocios como la producción y exportación de aguacates. La designación podría hacer que bancos e instituciones financieras teman realizar transacciones con productores mexicanos, aunque estos no tengan vínculos directos con el narcotráfico.

Además, la colaboración en temas de seguridad entre México y EE.UU. podría verse afectada. La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum ya ha manifestado su oposición a cualquier intromisión en la soberanía del país, enfatizando que la lucha contra el narcotráfico debe ser una tarea que corresponda a cada nación dentro de sus fronteras.

Perspectiva internacional y antecedentes

Otros países han manifestado su inquietud ante la postura estadounidense. Históricamente, EE.UU. ha usado designaciones terroristas para imponer sanciones económicas y justificar intervenciones militares en otras regiones. No obstante, nunca antes se había aplicado en la misma magnitud a grupos criminales latinoamericanos.

En este contexto, algunos expertos sugieren que la medida también podría tener objetivos políticos internos. Durante su mandato, Trump ha presentado una postura dura respecto al control fronterizo y la lucha contra el narcotráfico, estrategias que han sido clave en su discurso de seguridad nacional. La designación podría reforzar esta narrativa y consolidar el apoyo entre sectores conservadores de su base electoral.

Desafíos futuros y el impacto en los países afectados

El impacto a largo plazo de esta decisión aún es incierto. Mientras que algunos funcionarios argumentan que esta medida permitirá un combate más contundente contra estas organizaciones delictivas, otros sugieren que podría desencadenar una escalada en la violencia y el endurecimiento de políticas migratorias.

Por un lado, las potencias latinoamericanas tendrán que evaluar cómo responderán diplomáticamente a la designación y si tomarán medidas para contrarrestar cualquier posible impacto en su comercio y economía. Por otro, EE.UU. tendrá que definir si esta estrategia realmente traerá resultados efectivos en la lucha contra el narcotráfico o si, por el contrario, generará más conflictos internacionales.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press