El auge de los centros de datos en Malasia: ¿desarrollo digital o crisis energética?

La creciente demanda de energía y agua por los centros de datos en Johor genera preocupaciones sobre el futuro sostenible del país.

El imparable crecimiento de los centros de datos en Malasia

Malasia se ha convertido en un punto clave para la construcción de centros de datos, especialmente en la provincia de Johor. Este rápido crecimiento ha sido impulsado por inversiones extranjeras y la creciente demanda de infraestructura para la computación en la nube y la inteligencia artificial. Según un informe publicado en abril de 2024, la capacidad operativa actual de estos centros en Malasia es de aproximadamente 1.6 gigavatios y se espera que supere los 5 gigavatios en 2035.

El gobierno malasio apuesta por estos desarrollos como un motor clave para modernizar su economía, atrayendo inversiones que suman más de 31 mil millones de dólares solo en los primeros diez meses de 2024. Sin embargo, este crecimiento también genera serias preocupaciones sobre su impacto ambiental y en los recursos básicos para los residentes.

El costo oculto: consumo de electricidad y agua

Los centros de datos requieren enormes cantidades de electricidad para mantener en funcionamiento sus servidores y sistemas de refrigeración. Datos del International Energy Agency reportan que en 2022, más del 95% de la energía utilizada en Malasia provenía de combustibles fósiles, lo que plantea dudas sobre la viabilidad del país para sostener esta creciente demanda energética sin comprometer sus objetivos de sostenibilidad.

El agua es otro recurso en peligro. Los sistemas de enfriamiento de estos centros requieren grandes volúmenes de agua para mantener una temperatura operativa adecuada, lo que podría agravar la escasez hídrica en las próximas décadas. Un informe de la ONU de 2022 ya alertaba que el Sudeste Asiático enfrenta riesgos de sequías cada vez más frecuentes debido al cambio climático.

Impacto en la población local

Winson Lau, dueño de un negocio de exportación de peces tropicales en Johor, es un ejemplo de los empresarios locales afectados por la llegada de centros de datos. La infraestructura de estos gigantes digitales ha traído consigo cortes de energía más frecuentes y competencia por recursos esenciales como el agua, lo que ha forzado a Lau a trasladar su empresa a Tailandia.

Los residentes también han manifestado su preocupación por el impacto en el suministro de energía, ya que incluso sin la expansión de los centros de datos, Malasia es propensa a apagones debido a fenómenos climáticos como tormentas. La pregunta que sigue en el aire es si estos gigantes tecnológicos contribuirán con el desarrollo local o si su presencia solo beneficiará a corporaciones extranjeras.

El dilema del desarrollo digital

Malasia busca posicionarse como un centro de tecnología digital, pero su creciente infraestructura de centros de datos plantea preguntas difíciles sobre la sostenibilidad de este modelo. Mientras que otros países como Singapur han pausado la construcción de nuevos centros para evitar el desperdicio de recursos, Malasia ha intensificado sus esfuerzos para atraer inversiones.

La competencia por recursos entre la población local y estos enormes centros de datos apenas comienza a ser motivo de debate. La clave para el futuro de este sector en Malasia será encontrar el equilibrio entre el crecimiento económico y la protección de sus recursos naturales.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press