Muertes en academias de policía en EE.UU.: una tragedia prevenible
En la última década, al menos 29 reclutas han muerto durante su entrenamiento. ¿Cuántas de estas muertes podrían haberse evitado?
Entrar a una academia de policía en Estados Unidos puede ser un proceso extenuante, tanto física como mentalmente. Para los reclutas, superar el entrenamiento básico es una prueba de resistencia. Sin embargo, para al menos 29 aspirantes en la última década, este proceso resultó mortal.
El caso de Ronald Donat: Un sueño truncado
Ronald Donat, un inmigrante haitiano de 41 años, vio su sueño de convertirse en oficial de policía truncado cuando colapsó y murió durante el primer día de entrenamiento en la academia de la policía de Gwinnett County, Georgia.
Su fallecimiento, al igual que el de muchos otros, podría haberse evitado con mejores condiciones y vigilancia médica. Donat se sumó a un creciente número de reclutas que han fallecido tras intensas sesiones de ejercicio que incluyen sprints, flexiones y ejercicios de resistencia en condiciones extremas.
Un patrón preocupante
Una investigación encontró que la mayoría de estos fallecimientos ocurrieron por exceso de esfuerzo, deshidratación o golpes de calor. Algunas de las muertes sucedieron en el primer día de entrenamiento; otras varias semanas después, usualmente tras ejercicios de resistencia o prácticas de combate.
Otro dato alarmante es que casi el 60% de las muertes ocurrieron entre reclutas afroamericanos, a pesar de que solo el 12% de los oficiales de policía en EE.UU. son negros. Entre los fallecidos, se encontró un alto índice de portadores del rasgo falciforme, una condición genética prevalente entre afroamericanos y que aumenta el riesgo de complicaciones tras esfuerzo extremo.
Una cultura de entrenamiento extremo
A pesar de estos riesgos, muchas academias de policía siguen implementando un sistema de entrenamiento con ejercicios diseñados para ser extremadamente exigentes. “Hell Day” (El día del infierno), como es apodado el primer día en muchos centros de formación, busca probar la fortaleza mental y física de los cadetes, pero en algunos casos ha cobrado vidas.
Ejercicios como correr largas distancias bajo altas temperaturas sin acceso a agua, o sesiones de ejercicios extremos sin pausas, han llevado a cadetes a colapsar y fallecer antes de siquiera recibir su placa.
¿Se pueden prevenir estas muertes?
Expertos en entrenamiento policial y salud sugieren que muchas de estas muertes pueden evitarse con mejores protocolos de entrenamiento y mayor conciencia médica. Algunos cambios recomendados incluyen:
- Mantenimiento de hidratación constante durante el entrenamiento.
- Revisión médica exhaustiva antes de iniciar cualquier ejercicio extremo.
- Modificación de ejercicios y reducción de intensidad en condiciones climáticas extremas.
- Mayor control sobre programas de ejercicio físico militarizado.
Algunas academias han comenzado a implementar estos cambios tras incidentes fatales, pero aún queda mucho por hacer para prevenir futuras muertes.
Un costo humano innecesario
Las familias de los reclutas fallecidos enfrentan un dolor doble: la pérdida de un ser querido y la falta de reconocimiento por parte de los sistemas policiales. Debido a que muchos de los cadetes no habían sido oficialmente juramentados como oficiales de policía, algunas familias no reciben beneficios ni reconocimiento en monumentos a oficiales caídos.
Casos como el de Donat resaltan la necesidad de reformar el entrenamiento policial en EE.UU. Se debe cuestionar hasta qué punto se justifica poner en riesgo la vida de los aspirantes en un entrenamiento que debería prepararlos para salvar vidas, no perderlas.