La transformación de la Villa 31: del refugio de Enver Hoxha a un centro de arte
La casa del dictador comunista albanés se convierte en un vibrante espacio para artistas de todo el mundo
Un símbolo de poder que ahora acoge la libertad artística
En el corazón de Tirana, Albania, se encuentra la Villa 31, la residencia que durante décadas fue el bastión del dictador comunista Enver Hoxha. Hoy, este lugar, que alguna vez representó represión y miedo, ha resurgido de sus sombras para convertirse en un centro internacional de arte y cultura.
Construida en los años 70, la mansión de 4,000 metros cuadrados con más de 100 habitaciones fue un sitio prohibido para la mayoría de los ciudadanos. Hoxha gobernó Albania con base en una ideología hermética y un control basado en el miedo a los enemigos internos y externos. Paradójicamente, su hogar, que durante años estuvo sellado del mundo, ahora se abre para recibir artistas de diversas nacionalidades.
Una nueva visión para Villa 31
La idea de transformar Villa 31 nació cuando el primer ministro albanés, Edi Rama, sostuvo un encuentro con el presidente francés Emmanuel Macron en 2023. Rama prometió que el lugar se convertiría en un espacio artístico que haría que el fallecido Hoxha "se revolcara en su tumba".
Desde inicios de 2025, la antigua residencia ha alojado a 23 artistas de 15 países, quienes exploran la historia y el legado del sitio a través de poesía, teatro experimental, proyecciones de cine y exposiciones de arte contemporáneo.
El impacto del arte en un pasado doloroso
Nita Deda, gerente de la fundación Art Explora, que lideró la transformación del edificio, enfatiza la importancia de abordar los capítulos oscuros de la historia mediante el arte. "Este es el poder del arte: enfrentar el pasado y resignificarlo", explica.
Los artistas tienen acceso al antiguo archivo bibliográfico de Hoxha, compuesto por textos de Karl Marx, Friedrich Engels, Joseph Stalin y Vladimir Lenin, junto con documentación sobre protestas estudiantiles en la antigua Checoslovaquia y Hungría. También hay libros sobre temas tabúes como la sexualidad, restringidos para la población general durante el régimen.
Historias ocultas en los túneles de la villa
Los cimientos de la Villa 31 esconden túneles subterráneos diseñados como búnkeres para proteger al dictador de posibles ataques. La sensación de claustrofobia y paranoia que dominaban estos pasadizos inspiran a muchos de los artistas residentes.
La artista ucraniana Stanislava Pinchuk, una de las participantes del programa de residencias, afirma que el contraste entre la opresión política del pasado y la libertad creativa del presente convierte este espacio en algo simbólico.
A favor y en contra de la transformación
A pesar del éxito del proyecto, no todos los albaneses están de acuerdo con la nueva función de la Villa 31. Algunos sostienen que el sitio debería haberse preservado intacto como una lección de historia para las futuras generaciones.
Xhevdet Lani, taxista y residente de Tirana, comenta: "Sería mejor que se hubiera mantenido como evidencia de lo que fue la dictadura, para que nuestros hijos y nietos aprendan y no olviden".
Aun así, la transformación de un centro de poder dictatorial en un epicentro de creatividad representa el avance de Albania hacia la modernidad y el reconocimiento de su complejo pasado.
Un nuevo destino para turistas y artistas
Con más de 10 millones de turistas visitando Albania en 2024, se espera que la Villa 31 pronto abra sus puertas al público general y reciba visitantes curiosos por conocer una faceta inesperada de la historia del país.
El arte, una vez más, demuestra su capacidad de sanar heridas históricas y dar nueva vida a espacios antes marcados por la represión.