La Iglesia Católica en crisis: Dimisión del arzobispo peruano y el escándalo del Sodalicio
La renuncia del arzobispo Miguel Cabrejos marca otro episodio en la lucha de la Iglesia contra los abusos, tras la disolución del Sodalitium Christianae Vitae.
El Papa Francisco ha aceptado la renuncia del influyente arzobispo peruano Miguel Cabrejos, una figura clave en la Iglesia Católica que, durante su mandato, fue criticada por no hacer lo suficiente para detener los abusos cometidos por el movimiento católico Sodalitium Christianae Vitae (SCV), recientemente disuelto por el Vaticano.
¿Quién es Miguel Cabrejos y por qué su renuncia es relevante?
Cabrejos, de 76 años, fue presidente de la Conferencia Episcopal Peruana hasta enero de 2024, cargo que ocupó por más de una década. En 2023, presentó su carta de renuncia al Vaticano, citando las reglas de la Iglesia Católica, que establecen que los obispos deben presentar su dimisión al cumplir 75 años.
Aunque oficialmente se atribuye su retiro a razones de edad, el contexto de su salida apunta a una implicación más profunda en el escándalo del Sodalicio. Críticos y víctimas lo acusan de haber sido indiferente a las denuncias y de no haber actuado con la firmeza necesaria contra los abusos cometidos dentro de la organización.
El Sodalicio: de comunidad religiosa a escándalo internacional
El Sodalitium Christianae Vitae (SCV) fue fundado en 1971 en Perú, como parte de una corriente de movimientos católicos conservadores en América Latina que respondían a la teología de la liberación. Durante décadas, mantuvo un alto nivel de influencia en la iglesia peruana y en países como Colombia, Argentina y Estados Unidos, donde tenía su sede en Denver.
Sin embargo, su reputación se desplomó luego de que investigaciones periodísticas y denuncias de exmiembros revelaran un patrón de abusos físicos, psicológicos y sexuales perpetrados por sus líderes, incluyendo a su fundador, Luis Fernando Figari. En 2017, un informe interno del Sodalicio confirmó que Figari había sometido a sus reclutas a abusos humillantes y sádicos. A pesar de estas revelaciones, la impunidad y la falta de acción de la Iglesia católica peruana extendieron la crisis por años.
El papel del Papa Francisco en la disolución del Sodalicio
En un intento de limpiar la imagen de la Iglesia y hacer justicia a las víctimas, el Papa Francisco envió en 2023 a los arzobispos Charles Scicluna y Jordi Bertomeu, conocidos por investigar casos de abuso clerical. Su informe reveló lo que definieron como “abusos sistemáticos de poder y dinero” dentro del Sodalicio, así como esquemas de acoso contra quienes intentaron denunciar la corrupción interna. Como consecuencia, en enero de 2024, el Sodalicio fue disuelto oficialmente y sus principales líderes fueron expulsados.
Entre los sancionados se encuentra un arzobispo peruano que demandó a los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz, quienes publicaron reportajes sobre los abusos cometidos por el grupo.
Las críticas contra Cabrejos y su respuesta
Cabrejos ha insistido en que la Conferencia Episcopal Peruana fue una de las primeras en alertar al Vaticano de los abusos del Sodalicio, desde el año 2015. Según él, las investigaciones enviadas por el Papa solo recopilaron información que ya había sido denunciada en Perú. Sin embargo, para algunas víctimas, su gestión fue pasiva y su renuncia llega demasiado tarde.
“Fue indiferente hacia las víctimas”, señaló Pedro Salinas, exmiembro del Sodalicio y uno de los primeros en denunciar los abusos desde el periodismo. La destitución de Cabrejos es vista por algunos como una admisión tácita de la falta de acción contundente durante su mandato.
El impacto en la Iglesia y la lucha por la justicia
El escándalo del Sodalicio es solo uno de los múltiples casos en los que la Iglesia Católica ha tenido que enfrentar graves denuncias de abuso. La salida de Cabrejos y la disolución del SCV son consecuencias de la presión de activistas y víctimas que exigen cambios estructurales en la manera en que la Iglesia maneja estos casos.
Por otro lado, esta crisis también es una prueba para el Papa Francisco, quien ha tratado de posicionarse como una figura reformista dentro del Vaticano. Aunque su administración ha tomado medidas contra redes de abuso como el Sodalicio, muchos críticos sostienen que aún queda mucho por hacer para erradicar la impunidad en la Iglesia.
El reemplazo de Cabrejos por el obispo jesuita Gilberto Vizcarra abre una nueva etapa para la Iglesia en Perú. ¿Será suficiente para restaurar la confianza de los fieles y brindar justicia a las víctimas? Solo el tiempo lo dirá.