El nuevo formato del Juego de Estrellas de la NBA: ¿Revolución o fracaso?
La NBA cambia las reglas para hacer más competitivo el All-Star Game con un torneo de tres partidos y un formato sin cronómetro.
La historia de un evento en decadencia
Durante años, la NBA ha intentado revitalizar el Juego de Estrellas, una exhibición que solía emocionar a los aficionados pero que, en las últimas ediciones, ha sido criticada por su falta de esfuerzo y competitividad. Salvo por algunas excepciones memorables, como el duelo entre Michael Jordan y Kobe Bryant en 2003 o las remontadas impulsadas por una feroz defensa en la era de los 90, el All-Star Game ha degenerado en un festival de mates y triples sin oposición.
A medida que el baloncesto evolucionaba, el interés por el Juego de Estrellas iba disminuyendo. Los intentos anteriores de cambiar el formato —como el sistema de capitanes seleccionando equipos y el uso de la regla de puntuación objetivo en el último cuarto— tuvieron un éxito a medias, sin resolver el problema de fondo: la falta de intensidad real.
La apuesta radical de la NBA
Esta temporada, la NBA ha decidido implementar un cambio drástico: un minitorneo con cuatro equipos y un formato en el que gana el primer equipo que llegue a 40 puntos. La idea es reducir la fatiga, aumentar la emoción y obligar a los jugadores a jugar en serio desde el principio.
El comisionado Adam Silver ha defendido el experimento, comparándolo con otros cambios recientes que terminaron funcionando bien, como el play-in tournament y la Copa NBA, que han agregado un nuevo nivel de competitividad a la temporada.
Las reglas del nuevo formato
- Cuatro equipos conformados por ocho jugadores cada uno.
- Tres juegos: dos semifinales y una final.
- No hay cronómetro; el primer equipo que llegue a 40 puntos gana cada partido.
- El equipo ganador se llevará un premio económico significativo.
Algo curioso de este formato es que el equipo ganador de los Rising Stars, el partido con jugadores jóvenes y promesas, entrará como cuarto equipo en el All-Star Game. Esto significa que jugadores que ni siquiera están en la NBA podrían terminar ganando el título del fin de semana.
Jugadores y entrenadores, divididos
El cambio ha generado reacciones mixtas. Kevin Durant, 15 veces All-Star, fue tajante en su respuesta inicial: “Lo odio. Absolutamente lo odio. Terrible.” Aunque más tarde matizó que estaba abierto a ver cómo funcionaba.
Otros jugadores, como Anthony Davis, también mostraron escepticismo. “No me gusta,” dijo el pívot de los Mavericks. Sin embargo, algunos jugadores más jóvenes, como Shai Gilgeous-Alexander, creen que el cambio puede ser positivo si la intensidad aumenta.
El pasado de momentos intensos en el All-Star
A lo largo de su historia, el All-Star Game ha tenido momentos de extrema intensidad. Red Auerbach, legendario entrenador de los Celtics, fue expulsado en un Juego de Estrellas. Rick Barry y Bob Cousy han sido los únicos en acumular seis faltas y quedar fuera por expulsión. Y, en 2012, Dwyane Wade le rompió la nariz a Kobe Bryant en plena competencia, provocando uno de los momentos más virales en la historia del evento. La respuesta de Kobe cuando Wade se disculpó fue épica: “Bro, me encanta.”
Sin embargo, esos momentos se han vuelto la excepción y no la regla. La NBA espera que el formato de este año traiga de vuelta ese espíritu competitivo.
¿Funcionará o será otro experimento fallido?
El mayor desafío es hacer que los jugadores tomen en serio los partidos. Hay un premio de $1.8 millones de dólares: cada miembro del equipo campeón recibirá $125,000, mientras que los subcampeones obtendrán $50,000 y los eliminados en semifinales, $25,000.
Karl-Anthony Towns anotó 50 puntos el año pasado en el juego tradicional; ahora, un equipo entero necesitará solo 40 para ganar. ¿Logrará esto fomentar la competencia o simplemente acelerará la exhibición sin mejorar la calidad del partido?
El veterano Kevin Love tiene la respuesta: “Les diré el domingo si esto funcionará o no.” Solo nos queda esperar y ver.