Guerra comercial entre EE.UU. y China: ¿Un déjà vu económico?
Las tensiones comerciales entre ambas potencias han resurgido con fuerza, trayendo consigo una nueva ronda de aranceles y represalias.
Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China han estado marcadas por altibajos en las últimas décadas. Sin embargo, con el reciente retorno de Donald Trump a la Casa Blanca y sus nuevas políticas arancelarias, el mundo parece estar reviviendo la guerra comercial que sacudió la economía global durante su primer mandato.
Un conflicto que nunca terminó
Desde marzo de 2017, cuando Trump inició su primera presidencia, la política comercial estadounidense comenzó a endurecerse contra China. Su objetivo era claro: reducir el déficit comercial y “devolver” empleos a EE.UU. En aquel entonces, se implementaron aranceles sobre productos estratégicos chinos, desde paneles solares hasta maquinaria y automóviles.
China, lejos de quedarse de brazos cruzados, respondió con una serie de medidas similares, imponiendo aranceles sobre productos agrícolas estadounidenses y lanzando investigaciones antimonopolio contra empresas tecnológicas de EE.UU. En 2020, los dos países firmaron un acuerdo comercial de Fase Uno que, aunque prometió estabilidad, nunca se llevó a cabo en su totalidad.
El regreso de los aranceles
Con una nueva administración Trump en 2025, la estrategia comercial ha retomado su tono agresivo. En febrero, el presidente impuso aranceles del 10% sobre todas las importaciones chinas. China reaccionó inmediatamente sancionando con un 15% los productos estadounidenses de gas natural y carbón, además de gravar maquinaria agrícola y automóviles de gran motor con un 10%.
Además, Beijing tomó medidas adicionales, como restringir la exportación de cinco metales raros clave en la industria de defensa y energía limpia. También lanzó investigaciones contra gigantes tecnológicos estadounidenses, entre ellos Google, y colocó a la empresa PVH, dueña de marcas como Tommy Hilfiger y Calvin Klein, en su lista de “entidades no confiables”.
Impacto en los mercados y la economía global
- El aumento de los aranceles eleva los precios de los productos importados, lo que puede afectar tanto a consumidores como a empresas.
- Industria tecnológica en riesgo: restricciones a la exportación de semiconductores y chips pueden generar problemas de abastecimiento.
- Los agricultores estadounidenses podrían ver reducidas sus ventas en China, su mayor mercado de exportación.
Según la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos, China incumplió los términos de la Fase Uno al no haber comprado los 200.000 millones de dólares en productos y servicios estadounidenses que había prometido en 2020. Esto ha servido como pretexto a la administración Trump para justificar su nueva ofensiva comercial.
¿Hacia dónde se dirige la guerra comercial?
Los expertos advierten que esta escalada podría volver a desestabilizar los mercados y ralentizar el crecimiento económico global. En 2018, la confrontación comercial entre ambos países provocó caídas en las bolsas y afectó a la manufactura mundial. Además, con el sector tecnológico en el centro del conflicto, la competencia por el liderazgo en inteligencia artificial y semiconductores se vuelve aún más feroz.
En un mundo donde las economías están interconectadas, la pregunta que ronda es: ¿hasta qué punto está dispuesto Trump a arriesgar el comercio global por sus políticas proteccionistas? Y, por otro lado, ¿tiene China margen para ceder sin comprometer su influencia económica?