El incendio del Kildin: Un vistazo a la flota de espionaje de Rusia en el Mediterráneo

El buque de inteligencia ruso sufrió un incendio cerca de Siria, revelando la presencia y operaciones secretas de Moscú en la región.

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Un incendio que expone las operaciones rusas

El 23 de enero de 2025, el buque espía ruso Kildin, con una historia de más de 55 años en operaciones de inteligencia, sufrió un incendio mientras patrullaba la costa siria. La embarcación, equipada con tecnología para supervisar las actividades de la OTAN, emitió un mensaje de radio solicitando a otras embarcaciones mantenerse alejadas, en un intento por ocultar la magnitud de su situación.

Según informes, la nave permaneció fuera de control durante al menos cuatro horas, emitiendo gruesas columnas de humo negro antes de que su tripulación pudiera recuperar el mando. A pesar de recibir una oferta de ayuda de un buque de la OTAN que estaba cerca, el Kildin la ignoró, reflejando la naturaleza sigilosa y la desconfianza de Rusia hacia occidente.

La preocupación de la OTAN: espionaje y sabotaje

La OTAN monitorea de cerca los movimientos de los barcos espías rusos, principalmente debido a la preocupación de que podrían estar involucrados en actos de sabotaje contra infraestructura submarina, como cables de comunicación y gasoductos.

En diciembre de 2024, el Reino Unido identificó otro buque espía ruso, el Yantar, merodeando en el Canal de la Mancha cerca de infraestructuras subacuáticas clave. La advertencia de la marina británica fue clara: estaban rastreando cada movimiento de Rusia.

Un despliegue estratégico en el Mediterráneo

El Kildin había estado operando cerca de ejercicios navales turcos antes del incendio, lo que sugiere que estaba recopilando información sobre las actividades militares de Turquía y, potencialmente, de otras fuerzas aliadas de la OTAN. Rusia ha mantenido históricamente una presencia en el Mediterráneo, pero esta se ha vuelto más complicada desde que Turquía cerró el paso de sus estrechos del Bósforo a buques de guerra rusos debido a la invasión de Ucrania.

Según Michel Olhagaray, exjefe del centro de estudios militares de Francia, "la logística para mantener a la flota rusa en el Mediterráneo es extremadamente compleja, especialmente desde que no pueden transitar desde el Mar Negro". Esto explicaría en parte el estado de deterioro de algunos buques como el Kildin.

Una historia de incidentes en la Armada rusa

El incendio en el Kildin no es un hecho aislado en la marina rusa. En los últimos años, la falta de mantenimiento y problemas logísticos han causado varios incidentes similares. Entre los más notables, se encuentran:

  • El incendio del submarino Losharik en 2019, que causó la muerte de 14 marinos.
  • La explosión a bordo del portaaviones Almirante Kuznetsov en 2019, considerado el buque insignia de la flota rusa.
  • El hundimiento del crucero Moskva en 2022, resultado de un ataque ucraniano con misiles.

Estos incidentes destacan los desafíos que enfrenta Rusia para mantener su flota operativa en medio de conflictos geopolíticos y sanciones que han dificultado la obtención de repuestos y tecnología de mantenimiento.

El silencio del Kremlin y el futuro de su flota

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, negó públicamente tener conocimiento del incendio en el Kildin y restó importancia al evento, afirmando que "un solo incidente no es una medida fiable del estado de toda la flota". Sin embargo, la repetición de fallas técnicas y accidentes sugiere que la marina rusa está lidiando con problemas estructurales más profundos.

Mientras tanto, el barco Kildin sigue operando cerca de la base rusa en Tartus, Siria, acompañado por una fragata y un barco de suministros. Este acontecimiento se suma a la creciente tensión entre Rusia y la OTAN en un contexto donde el espionaje naval se ha convertido en un factor clave de la contienda geopolítica.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press