El horror del cautiverio en Gaza: Historias de los rehenes liberados
Tras 15 meses de cautiverio, los rehenes liberados relatan su traumática experiencia en Gaza, mientras las familias continúan su lucha por la liberación de los que aún permanecen allí.
Un regreso marcado por el trauma
Keith Siegel, ciudadano estadounidense-israelí, vivió una pesadilla de 15 meses como rehén en Gaza. Durante los últimos dos meses de su cautiverio, fue obligado a permanecer acostado en todo momento en una habitación diminuta, con escasos recursos de agua potable y electricidad, haciendo la higiene casi imposible.
Su historia, al igual que la de otros rehenes liberados, revela las condiciones inhumanas a las que fueron sometidos. Según relataron sus familiares, la primera frase de Siegel al reencontrarse con los suyos fue: “Estoy de vuelta, estoy en casa”. Y, sin perder un instante, agregó: “¿Qué puedo hacer para ayudar a traer a los demás de regreso?”
El acuerdo de alto el fuego y la liberación de rehenes
El acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamas permitió la liberación de varios rehenes después de más de un año de guerra. Este conflicto, iniciado el 7 de octubre de 2023, cobró la vida de unas 1,200 personas tras el ataque de Hamas, que además secuestró a 251 personas. De ellas, alrededor de 75 siguen cautivas en Gaza, aunque Israel estima que la mitad ya ha fallecido.
El acuerdo contemplaba una pausa en los combates, la liberación de rehenes y de prisioneros palestinos retenidos en Israel, además del aumento en la ayuda humanitaria para Gaza.
Condiciones extremas durante el cautiverio
Los relatos de los exrehenes destacan la crudeza de su experiencia. Siegel, por ejemplo, contó que durante seis meses permaneció enteramente aislado de otros prisioneros. Apenas tenía contacto con el exterior más allá de ocasionales transmisiones radiales o televisivas.
El exrehén mencionó que se vio obligado a recurrir a la meditación para preservar su salud mental. Todos los días, repetía en voz baja la fecha y el día de la semana para mantener conciencia del tiempo transcurrido. En su mente, imaginaba conversaciones con sus seres queridos, susurrando frases como “Aviva, te amo” o “Gal, soñé contigo”.
Impacto en la salud de los liberados
El caso de Romi Gonen, quien fue liberada en la primera jornada del alto el fuego, expone las profundas secuelas que dejó el cautiverio en los rehenes. Perdió alrededor de 10 kilogramos, su piel se mostraba gris debido a la falta de exposición al sol y requerirá una cirugía compleja para tratar una herida en la mano que no recibió atención médica durante su encierro.
Su madre, Meirav Leshem Gonen, cuenta que su hija perdió la capacidad de reconocer la sensación de hambre y no quería ingerir alimentos al ser liberada. Tardó más de dos semanas en pedir por primera vez algo de comer.
La lucha continúa
Las familias de los rehenes liberados no cesan su campaña para que el resto de los cautivos sea rescatado. La continuación del alto el fuego depende de intensas negociaciones entre Hamas e Israel, en una segunda fase del acuerdo que podría dar lugar a más liberaciones.
Aviva, esposa de Keith Siegel y exrehén, instó a la comunidad internacional a no apartar la mirada: “No podemos descansar. No podemos dar la espalda. Los rehenes que quedan en Gaza merecen más”.
Mientras tanto, Siegel y su familia toman un respiro antes de regresar a la arena pública para continuar presionando por la liberación de los demás. Su hermano Lee Siegel confía en la fortaleza de Keith para superar el trauma: “Nos está dando más fuerza a nosotros de la que nosotros podemos darle a él”.