Paul Plishka: Adiós a una leyenda del Metropolitan Opera
El aclamado bajo que dejó una huella imborrable en la escena operística con más de 1,600 actuaciones en el Met
El mundo de la ópera se viste de luto tras la partida de Paul Plishka, el célebre bajo cuya voz potente y presencia escénica cautivaron al público del Metropolitan Opera durante más de cinco décadas. Con 1,672 actuaciones en el prestigioso escenario de Nueva York, Plishka se consolidó como una de las voces más queridas y respetadas del género.
Un inicio prometedor y un debut de ensueño
Nacido el 28 de agosto de 1941 en Old Forge, Pensilvania, Plishka descubrió su vocación en la música desde temprana edad. Sin embargo, fue durante su adolescencia en Paterson, Nueva Jersey, donde una profesora lo encaminó hacia el mundo de la ópera tras verlo actuar en un musical escolar.
Su talento innato y trabajo arduo lo llevaron a debutar en el Metropolitan Opera el 21 de septiembre de 1967 en ‘La Gioconda’ de Amilcare Ponchielli, compartiendo escenario con gigantes como Renata Tebaldi y Sherrill Milnes. Años después, recordaría aquel momento con humor, rememorando los nervios que lo hicieron sudar copiosamente en su primer gran papel.
Un repertorio excepcional y décadas de prestigio
En sus más de cinco décadas con el Met, Plishka interpretó un total de 88 roles distintos. Si bien muchos de ellos fueron papeles de apoyo, logró destacar con personajes protagónicos como Felipe II en ‘Don Carlo’ de Verdi y el rol titular en ‘Falstaff’, que él mismo describió como el punto más alto de su carrera.
Además, se convirtió en uno de los pocos intérpretes en haber desempeñado los tres papeles de bajo en ‘Boris Godunov’ de Mussorgsky, demostrando una versatilidad vocal y actoral sin igual.
El Met, su segundo hogar
Para Plishka, el Metropolitan Opera no era solo un lugar de trabajo, sino su casa. A lo largo de su extensa carrera, compartió escenario con múltiples generaciones de artistas y fue testigo de innumerables cambios en la producción operística. Su retiro en 2012 pareció ser el cierre perfecto de una carrera ilustre, pero su amor por la ópera lo llevó a regresar brevemente para interpretar a Benoit y Alcindoro en ‘La Bohème’ entre 2016 y 2018.
Fuera del Met, su talento también brilló en prestigiosas casas de ópera como La Scala de Milán, la Royal Opera de Londres y el Festival de Salzburgo, donde dejó una marca indeleble en cada escenario que pisó.
Pérdidas personales y nuevos comienzos
A pesar de su éxito en los escenarios, la vida personal de Plishka estuvo marcada por dolorosas tragedias, incluyendo la pérdida de sus tres hijos, Paul Jr., Jeffrey y Nikolai. Sin embargo, encontró amor y apoyo en su segunda esposa, Sharon Thomas, con quien contrajo matrimonio en 2005 en un día libre dentro del mismo Met.
Durante su retiro, desarrolló una pasión por la fotografía de aves, encontrando en esta actividad una nueva forma de expresión artística.
Un legado inmortal
El fallecimiento de Paul Plishka deja un vacío en el mundo de la ópera, pero su legado perdurará en cada grabación y en la memoria de los amantes del género. Su voz resonará eternamente en las paredes del Metropolitan Opera y en los corazones de quienes tuvieron el privilegio de escucharlo.
Como él mismo decía con una sonrisa: «Amo lo que he hecho durante todos estos años. Siempre bromeo diciendo que era mejor que trabajar para vivir».