Serbia: La rebelión estudiantil que desafía al gobierno por justicia y corrupción

Una marcha de 80 kilómetros en honor a las víctimas del colapso de una estación de tren se convierte en emblema de resistencia contra la corrupción y el autoritarismo.

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Una tragedia que despertó una nación

El 1 de noviembre de 2024, el colapso de una estructura en la estación de tren de Novi Sad, Serbia, dejó un saldo de 15 personas fallecidas y decenas de heridos. Lo que inicialmente parecía un accidente, pronto se reveló como un caso emblemático de corrupción y negligencia gubernamental. La tragedia sacudió al país, convirtiéndose en un llamado urgente a la acción por parte de estudiantes y ciudadanos indignados.

Protestas lideradas por estudiantes: el corazón del movimiento

A raíz del desastre, los estudiantes universitarios de Serbia emergieron como los líderes de un movimiento creciente. Desde hace dos meses, estos jóvenes han estado realizando manifestaciones diarias e incluso han acampado en sus facultades. El movimiento, cuya organización es ejemplar y democrática, ha logrado unir a diversas facciones de la sociedad: desde académicos y agricultores hasta médicos y abogados.

"Esto es más que una protesta; es un clamor por justicia y por la restauración del Estado de derecho", explicó Vasilije Milanovic, estudiante de ingeniería técnica en Belgrado. Milos Vucevic, el primer ministro serbio, ya ha renunciado a su cargo, pero los manifestantes consideran que aún queda mucho trabajo por hacer.

El simbolismo de la marcha hacia Novi Sad

El 30 de enero de 2025, cientos de estudiantes emprendieron una marcha de 80 kilómetros desde la capital, Belgrado, hasta Novi Sad. Esta acción no solo busca rendir homenaje a las víctimas del colapso, sino también subrayar la determinación de los jóvenes serbios en su lucha contra la corrupción.

"Queremos mostrar que no nos detendremos hasta que nuestras demandas sean escuchadas", declaró Tatjana Gogic, estudiante de biología. La marcha culminará con un bloqueo masivo de los puentes de Novi Sad, una acción planeada para coincidir con el aniversario de tres meses del incidente.

Corrupción en proyectos de infraestructura

Los manifestantes argumentan que el colapso de la estación de tren fue consecuencia de prácticas corruptas en proyectos de infraestructura financiados conjuntamente con compañías estatales chinas. Según críticos, una supervisión negligente y la falta de cumplimiento de regulaciones de seguridad jugaron un papel clave en esta tragedia.

"Esto es un recordatorio de cuánto puede costar la corrupción", lamentó Dusan Pavlovic, graduado de artes dramáticas. "No podemos permitir que un solo hombre decida el destino de todo un país".

Resistencia frente a la represión

El movimiento estudiantil no ha estado exento de desafíos. Los estudiantes han sido víctimas de ataques por parte de grupos progubernamentales, incluso con incidentes tan graves como atropellos durante protestas y ataques físicos con bates de béisbol. Sin embargo, la creatividad y resistencia del movimiento han inspirado una ola de solidaridad por parte de ciudadanos de todas las edades y contextos económicos.

"La nación se ve a sí misma reflejada en estos jóvenes", afirmó Aleksandar Baucal, profesor de psicología en la Universidad de Belgrado. "Su lucha simboliza los valores que han sido ignorados por generaciones mayores: legalidad, justicia y empatía".

Un desafío al poder autoritario

En un contexto de creciente autoritarismo bajo el presidente Aleksandar Vucic, esta serie de protestas representa la mayor resistencia ciudadana en una década. El gobierno ha intentado diferir la atención hacia la arena política y ha acusado a los estudiantes de ser "instrumentos de potencias extranjeras". Sin embargo, estas tácticas no han logrado desmovilizar al movimiento.

Vucic también ofreció concesiones superficiales y dialogar con los estudiantes, pero estos rechazaron la propuesta. "No queremos palabras, queremos que las instituciones del Estado hagan su trabajo", declararon en un comunicado reciente.

Un modelo de democracia activa

El movimiento estudiantil se distingue además por no tener líderes designados; todas las decisiones se toman en sesiones plenarias abiertas donde todos los participantes pueden votar. La transparencia y horizontalidad del grupo han reforzado la confianza pública, un bien escaso en un país donde las instituciones han sido secuestradas por intereses políticos.

"Nos mostraron que realmente están interesados en el mundo que los rodea", enfatizó Baucal. "Ellos esperaban que las generaciones mayores resolvieran los problemas que ellas mismas habían creado, pero al final, los estudiantes se vieron obligados a tomar el relevo".

El futuro del movimiento

A medida que los estudiantes y el gobierno entran en un tenso punto muerto, queda claro que esta protesta es más que una lucha por accountability. Es una demostración de un pueblo que ha encontrado en sus jóvenes la voz para reclamar un cambio verdadero. Mientras la marcha continúa, el eco de los pasos de estos estudiantes resuena como un llamado a la acción no solo en Serbia, sino en cualquier lugar donde la corrupción y la injusticia parezcan inmutables.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press