El desafío energético en Pensilvania: un plan para acelerar proyectos y tax breaks en juego
Josh Shapiro propone medidas decisivas para competir frente a la creciente demanda de energía y liderar la transición energética.
El contexto energético de Pensilvania
El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, ha hecho un llamado a la acción para posicionar al estado como líder en el desarrollo de energía. En medio de una crisis energética que impacta las facturas de electricidad y la competitividad económica, Shapiro ha anunciado un plan ambicioso para acelerar la aprobación de proyectos energéticos y ofrecer incentivos fiscales millonarios.
“Es hora de que Pensilvania actúe de manera decisiva y no se quede atrás”, declaró el gobernador en una conferencia de prensa en el Aeropuerto Internacional de Pittsburgh.
Creación de un órgano para agilizar procesos
Shapiro propone establecer la Junta de Suministro de Energía Confiable y Transición Eléctrica en Pensilvania. Este organismo se enfocará en simplificar los procesos de permisos para nuevos proyectos energéticos, una medida que busca contrarrestar el hecho de que Pensilvania es uno de los 12 estados sin un sistema para agilizar estos procedimientos.
Citando la necesidad de “poner palas en el suelo ahora, no en los años venideros”, el gobernador subraya que esta iniciativa es clave para atraer proyectos como centros de datos y fábricas de vehículos eléctricos, que demandan altos niveles de energía.
Créditos fiscales: un atractivo para los grandes proyectos
El plan de Shapiro incluye incentivos fiscales significativos diseñados para proyectos energéticos de gran escala. Entre ellos, una planta de energía podría recibir hasta $100 millones anuales durante tres años. Los productores de hidrógeno, un recurso clave en la transición energética, podrían calificar para hasta $49 millones al año. A su vez, los productores de combustible de aviación sostenible podrían obtener hasta $15 millones anuales.
Estas medidas tienen como objetivo asegurar que Pensilvania siga siendo competitiva frente a otros estados, como Texas y California, que están atrayendo inversiones en energías renovables y tecnologías sostenibles.
El papel de los legisladores
Para que estas iniciativas se hagan realidad, el apoyo de la legislatura estatal será fundamental. Sin embargo, algunos legisladores republicanos han criticado las políticas energéticas del gobernador, argumentando que podrían complicar la construcción de plantas a gas natural, una fuente de energía crucial para el estado.
Un ejemplo destacado es el proyecto propuesto por CNX Resources para construir una instalación de $1.5 mil millones en el aeropuerto de Pittsburgh para producir combustibles basados en hidrógeno. CNX ha condicionado su ejecución a cambios en la política fiscal federal, lo que resalta las complejidades de avanzar en la transformación energética.
La creciente demanda de energía
El auge de la computación en la nube y la inteligencia artificial están impulsando proyectos intensivos en consumo energético, como centros de datos y redes de servidores. Esto, a su vez, ha estimulado propuestas para desarrollar pequeños reactores nucleares modulares y grandes instalaciones renovables.
No obstante, este crecimiento se enfrenta a un panorama desafiante donde el suministro de energía es limitado debido al cierre de plantas nucleares envejecidas y la lucha por alejarse de los combustibles fósiles.
¿Qué está en juego?
Pensilvania es el segundo mayor productor de gas natural en los Estados Unidos y tiene una historia profundamente arraigada en la producción de energía. El llamado de Shapiro a la acción refleja no solo una oportunidad económica, sino también una necesidad estratégica en un mundo que depende cada vez más de fuentes de energía seguras y sostenibles.
La implementación de este plan podría posicionar al estado en la vanguardia de la revolución energética y abrir la puerta a un futuro más competitivo y ecológico.