El conflicto en el este del Congo: entre rebeldes, recursos y la sombra de Rwanda

La captura de Goma por los rebeldes del M23 reaviva una guerra prolongada y pone a prueba las tensas relaciones entre Congo y Rwanda en una región rica en recursos minerales.

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En la región oriental de la República Democrática del Congo, una de las zonas más ricas en recursos del mundo, una nueva ola de conflicto ha llevado al límite a millones de personas que enfrentan una decisión escalofriante: desplazarse hacia el interior bajo la protección de un ejército débil o cruzar hacia Rwanda, a pesar de la acusación de este país de respaldar a los rebeldes responsables del caos.

El avance del M23 y la captura de Goma

Esta semana, los rebeldes del M23 tomaron bajo control Goma, la ciudad más grande de la región, cerrando aeropuertos y desbordando hospitales. Estas acciones alimentan las especulaciones de que los rebeldes buscan consolidar su poder en esta importante urbe como un espacio tampón en el que Rwanda podría redibujar las fronteras con su vecino.

“No confiamos ni en los rebeldes ni en nuestro propio ejército”, afirmó Imani Zawadi, un residente que huyó hacia Rwanda. Estas palabras reflejan el dilema de muchos desplazados por el conflicto, que ya ha provocado que más de 1,200 personas refugiaran en Rwanda, incluidos soldados congoleños que se rindieron en el proceso.

Una historia de enfrentamientos y recursos minerales

El conflicto en esta región se caracteriza no solo por cuestiones étnicas y de soberanía, sino también por los enormes intereses en minerales como el cobalto y el oro. Según varias investigaciones de las Naciones Unidas, existen pruebas que vinculan al gobierno de Rwanda con el respaldo militar y financiero al M23, algo que Kigali niega.

En un giro preocupante, los líderes rebeldes han anunciado planes para establecer una administración en Goma, desafiando tanto al gobierno congoleño como a la misión de paz de la ONU, compuesta por 14,000 efectivos.

Una paz frágil rota desde 2024

La captura de Goma es un duro golpe para el alto el fuego logrado en 2024, así como un eco de la toma de la ciudad hace más de una década por el mismo grupo rebelde. En aquél entonces, la presión internacional obligó a Rwanda a reducir su respaldo al M23, pero esta vez el panorama es más incierto.

El presidente de Rwanda, Paul Kagame, ha defendido públicamente las acciones de su país como una medida de protección para los tutsis congoleños, argumentando que la región está plagada de grupos armados responsables de atrocidades pasadas, como los perpetradores del genocidio en Rwanda en 1994.

Zona rica en recursos, pero sin paz

Aunque el Congo alberga reservas minerales estimadas en billones de dólares, la riqueza continúa siendo una maldición. La presencia de aproximadamente 4,000 efectivos militares rwandeses en el este del Congo, según la ONU, también acusa un doble estándar: la supuesta protección de comunidades tutsis ha llegado a través de lo que muchos consideran saqueo de recursos y explotación.

Mientras tanto, el presidente congoleño, Félix Tshisekedi, ha descartado negociar directamente con el M23, aunque la captura de Goma podría forzar nuevas agendas de diálogo.

Crisis humanitaria en su punto más alto

El impacto humano de este conflicto revive las tragedias pasadas. Solo en las tres semanas previas a la captura de Goma, más de 400,000 personas fueron desplazadas, según la ONU. La ciudad, una vez centro vital de ayuda humanitaria, ahora enfrenta un futuro incierto.

A pesar de que Rwanda ha ofrecido refugio a los desplazados, muchos congoleños lamentan tener que buscar asilo en un país al que acusan de desestabilizar su territorio. Rose Clemency, una ingeniera eléctrica que huyó de Goma, expresó: “Rwanda intenta apoderarse de nuestro territorio, pero nunca lo aceptaremos, incluso en el exilio.”

¿Qué sigue para el este del Congo?

Con un ejército disperso, una comunidad internacional criticada por su inacción y movimientos rebeldes fortalecidos, el este de Congo sigue siendo una región al borde del abismo. Los llamados a un nuevo alto el fuego aumentan, pero también lo hace la desesperación de los desplazados que no tienen un lugar seguro al que recurrir.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press