La lucha por la recuperación tras los incendios en Los Ángeles: Apoyo y desafíos para las familias afectadas
Organizaciones sin fines de lucro intensifican esfuerzos para guiar a las víctimas en su camino hacia la reconstrucción.
Una vida reducida a cenizas
Casi tres semanas después de que el incendio Eaton destruyera su hogar en Altadena, Pete y Angela Mitchell enfrentan un futuro incierto. Perdieron no solo su casa, sino también a su agente de seguros, cuyo edificio también se incendió. Sin embargo, la incertidumbre no ha terminado para ellos. Tras registrar su solicitud de asistencia con FEMA, recibieron una carta de no aprobación y ahora enfrentan un maratón burocrático para corregir errores y presentar documentos faltantes.
El desafío inmediato para los Mitchell incluye encontrar un lugar temporal donde puedan vivir junto a sus cuatro perros y un gato mientras reconstruyen, y pagar tanto la hipoteca existente como el alquiler temporal. "Es un maratón, no un sprint", dijo Angela Mitchell, resumido el sentimiento de muchas familias que, como ellos, enfrentan obstáculos inmensos para retomar sus vidas.
El papel de las organizaciones sin fines de lucro
La escala de destrucción en Los Ángeles ha empujado a las organizaciones sin fines de lucro de la región a establecer un número récord de gestores de casos de desastre y defensores que ayuden a las familias afectadas. Estas entidades están proporcionando apoyo crítico al conectar a los supervivientes con recursos y guiarlos en la navegación de complejos procesos administrativos.
Jenni Campbell, directora ejecutiva de la Organización Comunitaria de Recuperación de Los Ángeles (LARCRO, por sus siglas en inglés), llamó al alcance necesario "sin precedentes". Mientras tanto, Claire Balsley, directora de programas de asistencia por desastres en SBP, explicó la importancia de los gestores de casos: "Lo que la gente realmente necesita en el momento más bajo de sus vidas es alguien en su equipo que les ayude y los oriente durante su recuperación".
Los gestores de casos: un salvavidas para muchos
Un gestor de casos de desastres (DCM, por sus siglas en inglés) es más que alguien que organiza papeles. Como explicó Shaun McCarty, gerente de programas en Caridades Católicas de Los Ángeles, estos agentes entrenados ayudan a las familias a desarrollar planes de recuperación a largo plazo. "Queremos que todos participen lo más posible en su propia recuperación, pero queremos guiarlos en la dirección correcta", señaló McCarty.
Esto incluye advertirles sobre errores comunes, como limpiar propiedades dañadas o usar dinero de asistencia sin una estrategia clara. Sin esta guía profesional, muchas familias podrían tomar decisiones que comprometan su recuperación.
El desafío de FEMA y los denegados aprobables
Hasta el 27 de enero, se habían presentado casi 112,000 solicitudes a FEMA, pero solo unas 19,000 fueron aprobadas para asistencia individual. La frustración aumenta para quienes reciben una carta de "no aprobado" sin entender que, frecuentemente, solo se requiere enviar más documentos o corregir errores menores.
Balsley subrayó la importancia de apelar las decisiones: "Una denegación no significa que sea el final del camino, es el comienzo de una conversación". Sin embargo, este proceso puede ser agotador. Melissa Baurer, que dirige programas de apoyo en el Hospital y Clínicas Santiam en Oregón, destacó cómo un gestor de casos tuvo que llamar a FEMA 14 veces en un periodo de cuatro meses para asegurar la asistencia de una familia. "Le dimos guantes de boxeo a esa gestora porque luchó por cada apelación de FEMA y nunca aceptó un no por respuesta", agregó Baurer.
Reconstrucción con apoyo cultural y lingüístico
Además del desafío burocrático, muchas comunidades enfrentan barreras culturales y lingüísticas que complican la búsqueda de ayuda. El Consejo para el Avance de los Hawaianos Nativos (CNHA) contrató navegadores de cuidado comunitario que son sobrevivientes de los incendios en Lahaina, lo que les permite crear conexiones profundas y personales con las familias afectadas. Skye Kolealani Razon-Olds, directora de resiliencia del CNHA, elogió este enfoque: "Sus experiencias vividas les permitieron conectar con los miembros de la comunidad a un nivel profundamente personal, construyendo confianza y fomentando un sentido de entendimiento compartido".
Del mismo modo, organizaciones como LARCRO y el Club de Niños y Niñas de Malibú están llevando los servicios directamente a las comunidades, incluso encontrándose con las personas en cafeterías, refugios o donde sea necesario.
El futuro de la recuperación
Uno de los mayores retos es asegurar que nadie quede fuera del proceso de recuperación. Según Campbell, el objetivo de LARCRO y Caridades Católicas es centralizar los datos de los sobrevivientes para priorizar las necesidades y contactar proactivamente a las familias.
Para garantizar la sostenibilidad a largo plazo, muchas de estas organizaciones se apoyan en donaciones filantrópicas. Balsley explicó el impacto multiplicador de estas contribuciones: "Por cada dólar que un donante filantrópico pone en nuestro programa, podemos ayudar a los sobrevivientes a acceder a tres dólares".
La misión de estas organizaciones no termina cuando los titulares desaparecen. "No nos vamos", aseguró Campbell. "Nos quedamos hasta que el proceso de recuperación a largo plazo esté completo".
Recursos para los interesados
Las familias que necesitan ayuda con la gestión de casos pueden llamar a su línea de ayuda local 211 o llenar formularios en línea con LARCRO, Caridades Católicas de Los Ángeles y otras organizaciones locales. También pueden encontrar apoyo en los centros de recuperación de FEMA y ferias de recursos comunitarios.