La Era de los Aranceles: Impactos Económicos y la Política Comercial de EE.UU.
Un análisis profundo sobre cómo los aranceles están remodelando la economía global y la política estadounidense.
¿Qué son los aranceles y por qué importan?
Los aranceles, un tema recurrente en las noticias recientes, son impuestos aplicados a los bienes importados. Generalmente, se calculan como un porcentaje del precio que un comprador paga a un vendedor extranjero. En los Estados Unidos, estos son recaudados por agentes de Protección de Aduanas y Fronteras en 328 puertos de entrada.
Por ejemplo, los automóviles de pasajeros enfrentan un arancel del 2.5%, mientras que para los zapatos de golf es del 6%. Sin embargo, esas tasas pueden reducirse si existe un acuerdo comercial entre países, como el acuerdo de Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC), que facilita el comercio libre de aranceles entre estas naciones.
¿Quién realmente paga los aranceles?
Contrario a lo afirmado por ciertos líderes políticos, los aranceles no son pagados por los países exportadores, sino por los importadores, que generalmente son empresas estadounidenses. Estas compañías, a su vez, trasladan los costos adicionales a los consumidores, incrementando los precios de venta.
En última instancia, aunque los aranceles pueden dificultar la venta de bienes extranjeros en el mercado nacional, también terminan afectando a los consumidores locales, quienes afrontan precios más altos. Sin embargo, un estudio liderado por el economista Yang Zhou de la Universidad de Fudan concluyó que las tarifas impuestas por la administración de Trump a productos chinos causaron un impacto económico más significativo en China que en Estados Unidos.
Trump y los aranceles: ¿Una herramienta política o económica?
Donald Trump popularizó el uso de los aranceles como una herramienta no solo económica, sino también política. Durante su presidencia, estableció tarifas a paneles solares, acero, aluminio y prácticamente a todos los bienes provenientes de China, ganándose el título de "Tariff Man" (Hombre de los Aranceles).
Trump argumentó que los aranceles fomentarían la creación de empleos fabriles, reducirían el déficit federal y permitirían al gobierno subsidiar programas como el cuidado infantil. Sin embargo, economistas de Harvard, el MIT, y el Banco Mundial encontraron que las tarifas no lograron cumplir estas promesas. Por ejemplo, los empleos en las plantas de acero en EE.UU. apenas fluctuaron, manteniéndose alrededor de los 140,000, incluso después de imponer aranceles al acero importado.
Aranceles como herramienta de presión política
Además de su utilidad económica, los aranceles han servido como palanca en negociaciones fuera del ámbito comercial. En 2019, Trump utilizó la amenaza de imponer tarifas a México para forzar medidas más estrictas contra la migración centroamericana. Incluso llegó a decir que los aranceles podrían prevenir guerras al aplicarlos de manera agresiva contra países con intenciones bélicas.
La historia de los aranceles en EE.UU.
Antes de la instauración del impuesto sobre la renta en 1913, los aranceles constituían la principal fuente de ingresos para el gobierno federal estadounidense, sumando un 90% del total entre 1790 y 1860. Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial, a medida que el comercio global se expandió, los aranceles quedaron relegados como una fuente menor de ingresos.
Hoy, aunque generan aproximadamente $80 mil millones al año, esa cifra palidece en comparación con los $2.5 billones recaudados del impuesto sobre la renta y los $1.7 billones de impuestos para Seguridad Social y Medicare.
Impacto global y retaliaciones
Una de las mayores desventajas de los aranceles es que a menudo provocan represalias por parte de otras naciones. Por ejemplo, cuando Trump impuso aranceles al acero y aluminio, la Unión Europea respondió gravando productos estadounidenses como bourbon y motocicletas Harley-Davidson. China, por su parte, aplicó tarifas a bienes como la soja y la carne de cerdo, dañando especialmente a los agricultores estadounidenses.
¿Son los aranceles efectivos?
A pesar de que los aranceles buscan proteger a las industrias nacionales, los estudios sugieren que son una herramienta económica poco eficiente. Las investigaciones revelan que los empleos fabriles, objetivo principal de estos impuestos, no aumentaron significativamente tras su implementación. Además, las medidas retaliatorias por parte de naciones afectadas agravaron la situación para otras industrias estadounidenses.
No obstante, políticamente, los aranceles han demostrado ser efectivos al consolidar el apoyo en regiones industriales de EE.UU. más expuestas a la competencia internacional.
El futuro de los aranceles en un mundo globalizado
Mientras Estados Unidos navega entre el proteccionismo y la globalización, los aranceles seguirán siendo un tema central en la política comercial. Aunque han demostrado ser políticamente efectivos, su rol como herramienta económica plantea más preguntas que respuestas, especialmente en un mundo cada vez más interconectado.