El Retroceso Ambiental Bajo Trump: ¿Un Golpe Mortal para la Justicia Climática?
Las políticas ambientales de la administración Trump desmantelan décadas de avances en justicia ambiental y protecciones climáticas.
Un cambio de rumbo radical
La administración de Donald Trump, en su regreso a la Casa Blanca, ha iniciado el desmantelamiento sistemático de políticas ambientales clave implementadas por sus predecesores. Estas acciones no solo anulan esfuerzos históricos, sino también impactan directamente a las comunidades más vulnerables, muchas de las cuales han sido tradicionalmente ignoradas por la administración federal.El desmantelamiento de la "Justicia40"
Uno de los primeros objetivos de Trump fue eliminar la iniciativa "Justicia40", creada por la administración de Joe Biden. Este programa asignaba el 40% de los beneficios de ciertos programas climáticos y ambientales a comunidades afectadas por la contaminación. Su desaparición deja a muchas comunidades, predominantemente de bajos ingresos y de mayoría negra y latina, sin un soporte crucial para combatir los impactos de la contaminación y el cambio climático. Jade Begay, una activista por los derechos indígenas y organizadora climática, expresó su frustración: "Estamos enfrentando un golpe emocional y práctico. Habíamos logrado avances significativos, pero ahora estamos retrocediendo".Los números detrás del impacto ambiental
Un estudio financiado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) reveló datos alarmantes antes de los recortes de Trump. Por ejemplo, las personas negras, independientemente de sus ingresos, tienen más probabilidades de estar expuestas a contaminación que perjudica su salud cardíaca y pulmonar. Durante el anterior mandato de Biden, se implementaron regulaciones que eliminaron más de 225 millones de libras de contaminación en comunidades vulnerables y se invirtieron fondos en programas como la sustitución de tuberías de plomo y autobuses escolares de bajas emisiones. Con estas regulaciones ahora desmanteladas, los expertos temen un aumento significativo de enfermedades respiratorias y cardíacas en las comunidades que ya enfrentaban desventajas históricas.Desafíos para los grupos locales
Sin el apoyo federal, muchos grupos activistas están reorganizándose para continuar luchando contra las empresas contaminantes. Anne Rolfes, directora del grupo ambientalista Louisiana Bucket Brigade, expresó su preocupación: "Ahora será mucho más fácil para las empresas de la industria petroquímica construir plantas contaminantes a un ritmo sin precedentes en estados como Luisiana". En contextos como este, los activistas han comenzado a depender en mayor medida de campañas locales y del apoyo internacional para mitigar los daños.Una visión histórica: subidas y bajadas
No es la primera vez que la justicia ambiental se convierte en un campo de batalla político. Durante la administración de Bill Clinton, la justicia ambiental se convirtió en un pilar del gobierno federal. Pero las prioridades cambiaron durante las administraciones posteriores, subiendo y bajando con frecuencia. Sin embargo, el esfuerzo de Biden por renovarlo había traído optimismo renovado entre los activistas. Christophe Courchesne, profesor de derecho ambiental, afirmó: "El trabajo de Biden convirtió esta causa en un objetivo visible a nivel nacional, lo que también la transformó en un blanco fácil para la oposición conservadora".Recortes que trascienden al ámbito público
La administración Trump no se ha limitado al ámbito gubernamental. Planea también eliminar políticas de diversidad, equidad e inclusión en el sector privado, lo que según expertos afecta la implementación de prácticas más sostenibles y justas en empresas privadas. Julius Redd, abogado ambiental, lo ve como un paso problemático: "Esto es un retroceso generalizado que afectará no solo a las comunidades locales, sino también a nuestras demandas ambientales a nivel corporativo".Una batalla cuesta arriba
En estados con gobiernos republicanos, como Texas y Luisiana, los activistas enfrentan mayores dificultades para promover sus demandas. Según Peggy Shepard, directora de WE ACT for Environmental Justice, "Estamos retrocediendo considerablemente. Los avances que logramos en pocos años han sido eliminados de un plumazo". A pesar de todo, los grupos comunitarios expresan su resiliencia. Ash LaMont, directora de campañas en Honor The Earth, declaró: "Hemos trabajado antes sin apoyo federal, lo seguiremos haciendo. Nos aseguraremos de que nuestras acciones perduren más allá de cualquier administración". Mientras tanto, el impacto de estas drásticas decisiones solo se hará más evidente con el paso del tiempo. Lo que está en juego no solo son políticas, sino la vida y el bienestar de millones de personas que viven a diario con las consecuencias de la negligencia ambiental. Este artículo fue redactado con información de Associated Press