La Educación en Riesgo: El Impacto de los Incendios Urbanos en Escuelas de Los Ángeles
Toxicidad, limpieza apresurada y la incertidumbre de los padres frente a las consecuencias de los desastres naturales
El desafío del retorno a clases tras los incendios
En Los Ángeles, el devastador incendio de Palisades no solo consumió hectáreas de paisaje y viviendas, sino que dejó una estela de incertidumbre en las comunidades afectadas. Entre las mayores preocupaciones destacan las escuelas cercanas a las zonas afectadas, como Canyon Charter Elementary School, donde padres y expertos temen por la seguridad de los niños debido a las secuelas del incendio.
Kelli Ferrone, madre de dos niñas que asisten a Canyon Charter, ha visitado personalmente la escuela para verificar si el recinto fue limpiado adecuadamente. Sus hallazgos revelaron cenizas en los alféizares y pisos, un panorama que reflejaba los restos de casas y bienes calcinados. “Nuestro colegio necesita un nuevo hogar temporal”, declaró Ferrone, quien no confía en la reapertura inminente del centro educativo.
Los riesgos ocultos en las cenizas
Las cenizas generadas por los incendios contienen una mezcla de materiales altamente tóxicos, entre ellos plásticos, pesticidas, baterías, asbestos y restos de automóviles quemados. Estas sustancias se convierten en un peligro latente para los niños, quienes son más vulnerables debido a su comportamiento explorador, como llevarse las manos a la boca.
Según la Dra. Lisa Patel, directora ejecutiva del Medical Society Consortium on Climate and Health, “los materiales quemados forman compuestos químicos reactivos que pueden permanecer activos en el medio ambiente durante meses”. También advirtió que estos compuestos pueden contribuir a enfermedades pulmonares, cardíacas e incluso al Alzheimer, en el caso de minerales como la magnetita.
Medidas tomadas por los distritos escolares
Los distritos escolares han implementado protocolos para mitigar los riesgos. En Canyon Charter Elementary, el personal ha inspeccionado sistemas de ventilación, reemplazado filtros e instalado purificadores de aire. Además, se contrataron consultores ambientales para realizar pruebas y supervisar la calidad del aire y agua, proveer agua embotellada y eliminar toneladas de escombros.
No obstante, estas medidas no siempre tranquilizan a los padres. “Quiero detalles específicos”, comentó Emily Stough, madre de dos estudiantes de Blair High School. “¿De dónde se tomaron las muestras de cenizas? ¿Se analizó la calidad del aire dentro y fuera de las escuelas?”
La encrucijada para los padres
Los padres enfrentan un dilema complicado: garantizar la seguridad física y salud de sus hijos mientras priorizan su desarrollo educativo y emocional. Aquellos como Tanya Reyes, cuya vivienda fue destruida por el incendio Eaton, se debaten entre reinstalarlos temporalmente en escuelas lejanas o incluso recurrir a la educación en casa. “Mi instinto dice que no deberían estar cerca de esa área tan pronto”, explicó Reyes.
Lecciones de incendios pasados
Los incendios urbanos recientes, como el del condado de Maui en Hawái en 2023, han demostrado que existe mucho que las comunidades aún desconocen. En Maui, tres escuelas permanecieron cerradas por dos meses. El estudio de estos desastres resalta la necesidad de planes a largo plazo para gestionar el daño ambiental y sus efectos en la infraestructura crítica como las escuelas.
“La exposición a largo plazo a estos compuestos aún está en estudio”, aseguró la Dra. Patel. Sin embargo, los padres continúan insistiendo en mejorar los criterios de limpieza, aumentar los estudios ambientales y proponer espacios alternativos para la educación hasta que el medio ambiente sea seguro nuevamente.
El reto de balancear salud y educación
Además de los riesgos de exposición al ambiente tóxico, está el impacto en el aprendizaje y bienestar emocional de los niños prolongado por cualquier interrupción educativa. “Cuando los niños pierden clases, su desarrollo socioemocional, su sentido de comunidad e incluso su salud mental pueden verse afectados”, concluyó Patel.
Las autoridades escolares y gubernamentales enfrentan una tarea monumental que requiere unir prácticas científicas, planes de acción y el diálogo continuo con las comunidades afectadas para superar los efectos devastadores de incendios urbanos como los vividos en Los Ángeles.