El regreso de Donald Trump: Impactos económicos y desafíos por delante
Desde la inflación hasta las políticas migratorias, las promesas económicas de Trump enfrentan un terreno complicado.
La inflación: un enemigo persistente
Durante la campaña electoral que lo llevó de vuelta a la Casa Blanca, Donald Trump prometió soluciones contundentes para “domar” la economía. Sin embargo, hay un problema que sigue ensombreciendo su agenda: la inflación. Según AP VoteCast, una encuesta extensiva de los votantes en las elecciones pasadas, el 40% de los votantes consideraron la inflación como el factor más importante para decidir su voto. De este grupo, dos tercios votaron por Trump, subrayando la relevancia de los costos crecientes en bienes de consumo como alimentos, gasolina y vivienda.
A pesar de estas prioridades, la inflación ha continuado subiendo en los últimos meses. Según datos del índice de precios al consumidor, los costos del consumidor aumentaron a una tasa anual del 2.9% en diciembre, frente al 2.4% en septiembre. Trump busca reducir la inflación aumentando la producción energética doméstica, pero los niveles actuales ya se encuentran cerca de cifras récord, según datos gubernamentales.
En el ámbito de vivienda, los altos costos de alquiler y las tasas hipotecarias siguen siendo un desafío. La vivienda representa el 37% del índice de precios al consumidor, y aunque los incrementos de precios se han moderado, los costos de vivienda aún suben a un ritmo anual del 4.6%, significativamente más alto que el promedio prepandémico del 3.3%.
Aranceles y tensiones comerciales
Una de las herramientas más prominentes de Trump durante su campaña electoral y su regreso a la presidencia ha sido la amenaza de imponer aranceles altos. Prometió tarifas del 25% a importaciones de México y Canadá y del 10% a productos chinos. Según Trump, estos aranceles no solo buscan detener el cruce ilegal de fronteras y el flujo de químicos usados para fabricar fentanilo, sino que también son una fuente de ingresos para el tesoro estadounidense.
En su primer mandato, los ingresos por aranceles aumentaron, alcanzando una tasa anual de $85.4 mil millones. Sin embargo, este total representó solo el 0.4% del PIB. Varios análisis, incluidos los del Peterson Institute for International Economics, indican que los aranceles propuestos aumentarán los costos de vida para las familias estadounidenses, lo que efectivamente equivale a una subida de impuestos indirectos.
Lo que realmente marcará la diferencia es si Trump ejecuta estas amenazas. Según Ben Harris, director de estudios económicos en el Brookings Institution, los votantes deben centrarse en los aranceles reales implementados y no en las promesas retóricas: “Comercio es un tema complicado, pero los resultados realmente importan”.
El fantasma de la deuda nacional
Trump ha señalado la deuda nacional como una de las causas de la inflación, culpando a las políticas de gasto excesivo de la administración Biden. Sin embargo, alrededor del 22% de los $36 billones de deuda actual tienen su origen en las políticas del primer mandato de Trump, según el Comité para un Presupuesto Federal Responsable.
Para mantener la estabilidad fiscal y extender los recortes de impuestos de 2017, Trump necesitaría recortar los gastos federales entre $100 y $140 mil millones al año. Sin embargo, los costos de los intereses de la deuda también son una preocupación creciente. Las tasas de los bonos del Tesoro a 10 años están en torno al 4.6%, un punto porcentual más alto que en septiembre. Esto no solo afecta la capacidad del gobierno de tomar prestado, sino que también encarece los costos de financiamiento para los consumidores.
Políticas migratorias y el mercado laboral
Una de las iniciativas más controvertidas de Trump ha sido su endurecimiento de las políticas migratorias. Aunque el expresidente presenta la inmigración como un problema de seguridad nacional, frenar la entrada de inmigrantes también tiene implicaciones económicas serias. Según el Censo de los Estados Unidos, el 84% del crecimiento neto de la población provino de inmigrantes en el último año, lo que equivale a 2.8 millones de personas.
Los economistas advierten que sectores como la construcción, la agricultura y la hospitalidad sentirán un impacto negativo si las restricciones migratorias continúan. Además, los inmigrantes no solo trabajan, sino que también contribuyen al gasto económico, lo que impulsa el crecimiento. Reducir los niveles de inmigración a los promedios de 2017-2019 (750,000 inmigrantes anuales) podría desacelerar el crecimiento anual del PIB, estimado en 2.7%, a un 2%, según Satyam Panday, economista jefe de S&P Global Ratings.
La creciente desigualdad de riqueza
A medida que Trump procura equilibrar las expectativas de sus votantes de clase trabajadora con las ambiciones de la élite multimillonaria que lo apoya, la desigualdad económica en los Estados Unidos sigue siendo un tema candente. En los eventos inaugurales de Trump, estuvieron presentes algunos de los hombres más ricos del mundo, como Elon Musk, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg y Bernard Arnault, cuyas fortunas individuales superan los $200 mil millones cada uno.
Mientras tanto, la mediana de la riqueza de los hogares estadounidenses solo aumentó en $9,600 en el periodo 2021-2022, llegando a $176,500, según la Oficina del Censo. Estas disparidades hacen que sea crucial observar cómo las políticas de Trump impactan las tendencias de acumulación de riqueza entre diferentes segmentos de la población.
Un panorama incierto
El retorno de Trump a la Casa Blanca trae consigo una serie de desafíos económicos complejos. Desde responder al alza de los precios y manejar la creciente deuda nacional hasta equilibrar políticas arancelarias y la necesidad de inmigrantes en el mercado laboral, el curso económico de esta nueva administración influirá significativamente en su popularidad y las percepciones públicas.
Con la mirada del mundo encima, el rendimiento económico del mandato de Trump no solo definirá su legado, sino que también moldeará el futuro del panorama político y económico de los Estados Unidos.