El peligro de las inyecciones de Botox falsificado en Nueva York
Cómo un esteticista no licenciado puso en riesgo la vida de cientos de clientes en un spa de Manhattan
El escándalo detrás del spa de Hell’s Kitchen
En un caso que ha sacudido a la comunidad de Manhattan, Joey Grant Luther, un esteticista de 54 años, fue acusado de realizar inyecciones de Botox falsificadas en su spa estético ubicado en el vecindario de Hell’s Kitchen. Según los fiscales federales, Luther compró Botox falsificado de países asiáticos, como China, y se lo inyectó a al menos 700 clientes entre 2021 y julio de 2023. Muchos de estos clientes terminaron con efectos secundarios graves, algunos de los cuales fueron potencialmente mortales.
Compra y uso de Botox falsificado
De acuerdo con la acusación, Luther adquirió Botox de origen sospechoso y lo presentó como auténtico a sus clientes. A pesar de recibir quejas de clientes cuya salud se deterioró, continuó administrando las inyecciones. Entre los casos documentados, una paciente desarrolló botulismo, una enfermedad potencialmente mortal, presentando síntomas como dificultad para tragar, visión doble, palabras arrastradas y la incapacidad de levantar los brazos.
Según los investigadores, Luther justificó estos efectos secundarios como temporales, convenciendo a sus clientes de que estaban recibiendo Botox genuino. Durante un allanamiento en marzo de 2023, se encontraron registros que documentaban más de 700 citas para servicios relacionados con Botox en su negocio.
Las consecuencias legales y éticas
Joey Grant Luther enfrenta múltiples cargos, incluidos fraude electrónico, contrabando y distribución de medicamentos falsificados y mal marcados. Aunque el esteticista fue liberado bajo una fianza de $100,000, el caso plantea preguntas alarmantes sobre la regulación de los servicios estéticos y la seguridad del consumidor.
La fiscal del caso, Danielle R. Sassoon, criticó a Luther por su “desprecio por la salud de sus clientes,” indicando que sus acciones causaron daños físicos y emocionales significativos a las víctimas. A pesar de saber que estaba inyectando productos dañinos, continuó exponiendo a sus clientes a riesgos graves.
Cómo protegerse de prácticas no reguladas
- Verificar licencias: Asegúrate de que los profesionales estén debidamente certificados y autorizados para realizar procedimientos médicos.
- Investigar los productos: Pregunta sobre el origen de los productos utilizados y verifica su autenticidad.
- Leer opiniones: Busca reseñas y testimonios de otros clientes antes de comprometerte con un servicio.
- Evitar precios sospechosos: Si el precio parece demasiado bueno para ser verdad, podría ser una señal de alerta.
El daño causado
El uso de Botox defectuoso no solo representa un daño físico para las víctimas sino también un trauma emocional profundo. Muchos consumidores de servicios estéticos confían ciegamente en los profesionales, lo que hace aún más alarmante la conducta de Luther. Este caso resalta la importancia de una mayor regulación y supervisión en la industria de la estética para evitar riesgos similares en el futuro.