La renuncia del general Herzi Halevi y el conflicto en Gaza: ¿Fracaso estratégico o cambio de dirección?
Las dimisiones en el alto mando israelí y la operación en Cisjordania marcan un giro en el conflicto con Hamas tras 15 meses de guerra.
El conflicto entre Israel y Hamas ha dado otro giro inesperado con la renuncia del teniente general Herzi Halevi, el funcionario militar más alto en abandonar su cargo tras los ataques sorpresa de Hamas el 7 de octubre de 2023. Esta dimisión se produce en un contexto de creciente presión sobre el liderazgo israelí debido a fallos de seguridad e inteligencia que permitieron a los militantes de Hamas perpetrar uno de los ataques más mortíferos en la historia reciente de Israel.
El ataque del 7 de octubre y sus consecuencias
El ataque coordinado de Hamas resultó en la muerte de aproximadamente 1,200 personas, la mayoría civiles, y la abducción de 250 más, de las cuales aún quedan más de 90 cautivos. Este evento desencadenó un conflicto de 15 meses que dejó a Gaza en ruinas. Según las autoridades locales, más de 47,000 palestinos murieron durante los ataques israelíes, haciendo de este conflicto uno de los más devastadores en la región.
La renuncia de Halevi ocurre días después del establecimiento de un frágil alto al fuego que busca poner fin a los enfrentamientos. Además, el comandante del Comando Sur de Israel, el mayor general Yaron Finkelman, también renunció, lo que añade peso a las demandas de una investigación pública sobre los fallos de seguridad y la dirección del conflicto.
Un cese al fuego limitado pero significativo
El alto al fuego acordado incluye la liberación gradual de rehenes israelíes a cambio de cientos de prisioneros palestinos. Sin embargo, este acuerdo no se extiende a Cisjordania, donde Israel ha iniciado una operación militar 'significativa y amplia' en Jenin, una zona conocida por ser un bastión de militantes palestinos.
En esta operación, al menos ocho personas murieron y otras 35 resultaron heridas, según el Ministerio de Salud palestino. Más allá de las pérdidas humanas, este movimiento en Jenin refleja un cambio en la postura de Israel, que sigue enfrentando críticas por parte de la comunidad internacional por su manejo del conflicto en Gaza y Cisjordania.
División política en Israel
El cese al fuego no ha recibido apoyo unánime dentro del gobierno israelí. El primer ministro Benjamin Netanyahu ha enfrentado críticas de aliados de extrema derecha como Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich, quienes consideran que cualquier pausa en los ataques debilita la posición de Israel frente a Hamas. Ben-Gvir renunció al gobierno, mientras que Smotrich ha amenazado con hacer lo mismo si el conflicto no se reanuda después de la primera fase del acuerdo.
Netanyahu también enfrenta presión para abordar las fallas de seguridad que llevaron al ataque del 7 de octubre. Sin embargo, el líder israelí ha aplazado cualquier investigación pública hasta después de que finalice la guerra, lo que ha generado críticas tanto dentro como fuera del país.
Impacto en Gaza y Cisjordania
En Gaza, el alto al fuego ha permitido la entrada de más de 900 camiones con ayuda humanitaria, aunque las necesidades siguen siendo enormes. 'Lo más importante ahora es conseguir cosas que nos mantengan calientes en invierno', comentó Mounir Abu Seiam, un palestino desplazado en Khan Younis.
Mientras tanto, en Cisjordania, el conflicto continúa con incursiones militares israelíes casi diarias. La violencia también se ha intensificado entre los colonos judíos y las comunidades palestinas, con ataques que incluyen la quema de coches y propiedades, así como enfrentamientos con las fuerzas israelíes.
¿Cuál es el camino a seguir?
Con la renuncia de Halevi y Finkelman, el liderazgo militar israelí queda en un momento de incertidumbre. Estas dimisiones plantean preguntas sobre la dirección futura del conflicto y el manejo interno de una crisis que ha puesto al país bajo escrutinio global.
Pese al cese al fuego, las tensiones siguen siendo elevadas. Hamas ha llamado a aumentar los ataques en Cisjordania, mientras que el gobierno de Netanyahu se enfrenta no solo a presiones internas de sus aliados de extrema derecha, sino también a críticas exteriores por la devastación en Gaza y su manejo del conflicto.
En un panorama donde las heridas entre ambas comunidades parecen difíciles de sanar, el proceso para negociar una paz duradera parece estar más lejos que nunca.