Desplazamiento masivo y violencia en el Catatumbo: Una crisis humanitaria en Colombia

Miles huyen entre balas y enfrentamientos en una región estratégica marcada por la guerra entre el ELN y excombatientes de las FARC.

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La sombra de la violencia en el Catatumbo

La región del Catatumbo, en el noreste de Colombia, vuelve a ser escenario de violencia devastadora tras los nuevos enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y antiguos combatientes de las FARC. Este enfrentamiento, que dejó más de 80 muertos solo durante el pasado fin de semana, ha obligado a miles de personas a abandonar sus hogares y a buscar refugio en condiciones precarias.

Personas desplazadas registrándose en estadio en Cúcuta

La violencia en esta zona, donde ambos bandos luchan por el control de un territorio estratégico para el narcotráfico, se agrava por la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad de los civiles. Los enfrentamientos recientes coinciden con la suspensión de las negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y el ELN, lo que aumenta la incertidumbre y el temor entre las comunidades locales.

Testimonios desgarradores desde el terreno

"Nos atraparon en medio del fuego cruzado", relató Juan Gutiérrez, uno de los desplazados que llegó a un refugio temporal en Tibú. "No tuvimos tiempo de llevar nuestras pertenencias. Solo espero que el gobierno nos recuerde, estamos desamparados aquí".

Casos como este son numerosos. Familias completas, algunas con sus mascotas, huyeron hacia las montañas cercanas o se dirigieron a refugios improvisados como estadios abiertos en Cúcuta. Según William Villamizar, gobernador de Norte de Santander, las personas están "viajando en camiones, volquetas, motocicletas o a pie" para salvar sus vidas. "Catatumbo necesita ayuda", clamó durante un discurso público.

El papel del gobierno y la respuesta militar

El gobierno colombiano, a través de su ministro de Defensa, Iván Velásquez, aseguró un aumento de tropas en el área para "salvar vidas y garantizar la seguridad de las comunidades". Durante el pasado domingo, el ejército evacuó a decenas de personas, incluso una familia completa junto a su perro, cuyo dueño enfría al animal con botellas de agua mientras escapaban en helicóptero.

Además, las autoridades comenzaron a enviar 10 toneladas de comida y kits de higiene para los más de 5,000 desplazados en los municipios de Ocaña y Tibú. Sin embargo, representantes locales como José Trinidad, funcionario municipal en Convención, afirmaron que "el desplazamiento nos está matando" y pidieron al gobierno mayor rapidez y coordinación en la ayuda humanitaria.

La lucha por el control en el Catatumbo

El Catatumbo es un territorio clave para el narcotráfico, con vastas plantaciones de coca. Esto lo ha convertido en motivo de disputa entre el ELN y los excombatientes de las FARC, quienes firmaron un acuerdo de paz con el gobierno en 2016. Este acuerdo desmovilizó a la mayoría de sus miembros, pero algunos grupos disidentes permanecen activos, perpetuando la violencia en la región.

En un comunicado reciente, el ELN acusó a los ex-FARC de "atacar a la población" y justificó sus acciones militares como una respuesta a estas agresiones. Por otro lado, el gobierno colombiano exige una tregua completa y la aceptación de ayuda humanitaria como condiciones para retomar las negociaciones de paz.

Impacto en las comunidades locales

Los habitantes del Catatumbo enfrentan una crisis humanitaria de proporciones alarmantes. Los niños, niñas y adolescentes son los más afectados por el desplazamiento forzado, padeciendo hambre, trauma psicológico y la interrupción de su educación. Según cifras oficiales, cerca de 5,000 personas han buscado refugio en Cúcuta y localidades vecinas en tan solo una semana.

"Las familias llegan con lo puesto, en un estado de desesperación absoluta", reporta un trabajador humanitario en el refugio de Cúcuta. "Algunos no tienen acceso a agua potable, y los más vulnerables están comenzando a presentar enfermedades por las malas condiciones de higiene".

¿Qué futuro espera al Catatumbo?

El gobierno del presidente Gustavo Petro enfrenta el desafío de encontrar una solución sostenible a la violencia en el Catatumbo. Con cinco intentos fallidos de negociar la paz con el ELN, la continuación del conflicto parece inevitable a corto plazo. Para muchos, la clave está en reconocer al ELN como una organización política y llegar a acuerdos que incluyan la participación activa de las comunidades locales.

"Es urgente que los grupos insurgentes se sienten a negociar", afirma José Trinidad. "No podemos seguir siendo los civiles quienes suframos las consecuencias de un conflicto sin fin".

Mientras tanto, Catatumbo sigue siendo un símbolo doloroso de la incapacidad del Estado colombiano para garantizar la paz en una de las regiones más vulnerables del país.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press