US Open: Cabal y Farah, un largo trayecto a la cúspide

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US Open: Cabal y Farah, un largo trayecto a la cúspide
Los colombiano Robert Farah (derecha) y Juan Sebastián Cabal festejan un punto ante Ivan Dodig y Filip Polasek en la final de dobles del Masters de Cincinnati, el domingo 18 de agosto de 2019. (AP Foto/John Minchillo)

NUEVA YORK (AP) — Una lesión en la rodilla alejó a Juan Sebastián Cabal del tenis durante dos años y le hizo temer que su carrera estuviese acabada. Cuando se sintió estancado con la raqueta, Robert Farah decidió alejarse para estudiar en Estados Unidos, dando clases privadas para ganar dinero extra.

Ambos bordeaban los 20 años cuando su porvenir en el deporte era sombrío. Hoy en día, los doblistas colombianos viven el momento más luminoso.

Al conquistar el título de dobles masculino en Wimbledon, Cabal y Farah hicieron historia. Se convirtieron en la primera dupla netamente colombiana en ganar un Grand Slam, imponiéndose en una final de cinco sets que duró casi cinco horas e incluyó cuatro desempates.

Escalaron a la cima del ranking de la ATP y pasaron 10 días “agitados” al ser recibidos como héroes en Colombia, en medio de un periodo en el que el país vibró también cuando Egan Bernal se convirtió en el primer ciclista colombiano en ganar el Tour de Francia

Mes y medio después de su coronación en el All England Club, los colombianos van por más. Ya están en los cuartos de final Abierto de Estados Unidos, después de vencer el lunes 6-4, 6-4 a los holandeses Robin Haase y Wesley Koolhof.

Los dos se ven como modelos para que el tenis sea más popular en Colombia e inspirar nuevas camadas.

Al sortear las primeras rondas en Flushing Meadows, percibieron un seguimiento más fervoroso por parte de sus compatriotas.

“En el recibimiento en la cancha se nota que los colombianos empiezan a gozar más el tenis y es un movimiento muy chévere que hemos creado”, dijo Farah. “Esto lo único que trae son cosas positivas para nuevas generaciones y para el futuro del tenis colombiano”.

“Aquí no hay varita mágica, no hay ningún secreto. Aquí se trata de trabajo, de estar en el equipo correcto", sostuvo Cabal. “Y que así podemos en unos años tener a un Rafa (Nadal), Roger (Federer). Me quedo contento hasta con un (Stan) Wawrinka”.

Llegar al actual pedestal tomó mucho tiempo, vericuetos y sufrimiento.

Nacidos en Cali, separados por una diferencia de 10 meses, Cabal (33 años) y Farah (32) se conocen desde la infancia.

Hijo de inmigrantes libaneses, Farah comenzó a jugar por la influencia de su padre, quien era profesor de tenis. Niño hiperactivo, Cabal fue llevado a club por sus padres para que direccionara su brío en el tenis.

Empezaron a jugar juntos desde que tenían 12 y 11 años. Se enfocaron en dobles a inicios de la década, al darse cuenta de la palpable brecha con sus rankings de sencillos.

Pero la sociedad llegó a estar interrumpida.

Cabal sufrió una grave lesión en la rodilla izquierda en 2005, cuando jugaba un torneo Challenger en el estado central mexicano de Morelos. Pasó por el quirófano para una cirugía reconstructiva, seguida por una larga rehabilitación.

“Pasé muchas noches que no dormí al comienzo”, dijo Cabal sobre su recuperación. “Pero me formó como persona. Me demostró que todo es posible”.

Farah hizo un paréntesis en su carrera profesional para estudiar economía en la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles, y siguió jugando con el equipo de esa institución. En los veranos encontró trabajo dando clases de tenis en Connecticut, cobrando 40 dólares por la hora privada y 15 en clínicas, algo que le abrió los ojos.

“Obviamente, cuando vas a trabajar tienes un jefe, tienes clientes, estás tratando de dar lo mejor para poner horas en la cancha para ganar tu dinerito para todo el año universitario”, contó. “Te das cuentas que el mundo laboral es tan jodido como entrenar y lo que haces en la cancha”.

No tardó en recuperar la ambición para volver al circuito profesional, estableciendo una duradera dupla con Cabal, que alcanzó su punto cumbre en el sagrado césped de Wimbledon.

Lo que sigue es triunfar más para motivar el surgimiento de nuevas figuras en Colombia. Sueñan con ver a un colombiano ganando un título de sencillo en un Slam.

“El límite es el cielo”, zanjó Cabal.

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