Las ranas de Panamá se recuperan tras epidemia

WASHINGTON (AP) Después de años de silencio, el rítmico croar de las ranas y los sapos está regresando a partes de Panamá.

Una letal enfermedad fúngica devastó a los anfibios centroamericanos hace más de una década y silenció algunos arroyos de montaña. Pero un nuevo estudio muestra que ciertos patrones de evolución pudieran haber representado la diferencia.

En El Cope, Panamá, desaparecieron al menos cuatro especies de batracios, incluida la rana flecha roja del río San Juan. Otras cuatro especies perdieron al menos al 88% de su población a causa de una enfermedad provocada por hongos que azotó a Panamá entre 2004 y 2007. También se responsabilizó a los hongos de arrasar con las poblaciones de anfibios en la Sierra Nevada de California y partes de Australia.

En los últimos años se ha vuelto a escuchar el croar en los arroyos panameños, que solían estar silenciosos. Los anfibios están lejos de recuperarse por completo, ya que aún están infectados por el hongo, pero están vivos y su población va en aumento, según un nuevo estudio publicado el jueves en la revista Science.

Es muy fácil perder la esperanza cuando has caminado el mismo tramo del arroyo año tras año con la esperanza de ver algún indicio de la increíble diversidad que viste aquí alguna vez, escribió en un correo electrónico la coautora del estudio, Corinne Richards-Zawacki, bióloga de la Universidad de Pittsburgh. Así que pueden imaginarse lo bien que se siente reportar algunas buenas noticias desde el campo.

La recuperación no es generalizada y es modesta, cuando mucho, advirtió la autora principal del estudio, Jamie Voyles, ecologista patóloga de la Universidad de Nevada, campus Reno. Una de las ranas que goza de una de las recuperaciones más notables es la esquiva rana cohete, que obtuvo su nombre debido a su velocidad, destacó Voyles.

Voyles y Richards-Zawacki querían averiguar por qué sobrevivieron los anfibios. En un principio pensaron que la enfermedad perdió fuerza. Pero después de examinar muestras antiguas y nuevas de las ranas, encontraron que la dolencia seguía siendo igual de peligrosa.

Para su sorpresa, las ranas y los sapos se estaban defendiendo mejor. La enfermedad micótica ataca las secreciones de su piel, y recientemente las ranas mostraron una mejoría de entre el doble y el quíntuple en su capacidad para limitar el crecimiento del hongo. La enfermedad sigue allí, pero hace menos daño, subrayó Voyles.

Aunque esta investigación es importante, los hallazgos no son tan sorprendentes debido a que estudios previos han demostrado que, a pesar de la gravedad de los brotes, representan un papel menor en la extinción de las especies, dijo Andrew Blaustein, de la Universidad Estatal de Oregon, quien no formó parte del estudio.

La evolución les permite a las especies resistir antes de sucumbir por completo a las enfermedades más peligrosas.

Por lo tanto, sí hay esperanza, dijo Blaustein en un correo electrónico.

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Seth Borenstein está en Twitter como: @borenbears

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