El milagro de caminar tranquilas por la calle

No importa qué tan bueno haya sido el día o que tan emocionada estés por empezarlo, si un acosador callejero entra en escena éste dejará de parecer tan perfecto. ¿Pero qué es el acoso callejero? Digámoslo con un ejemplo: Imagina que mujer va caminando por la calle, de repente pasa el patán de turno y le suelta: "¡Qué rica te ves!" fin, eso es un ejemplo de acoso. Ahora, sé que seguro estarán pensando que es una exageración, que acoso callejero es sólo cuando te toquetean en lugares públicos, que eso es sólo un piropo y se debe saber aceptar. A ver, a ver, como lo explico... yo acepto que mi pareja me diga lo bella que me veo con mi nuevo color de cabello (eso sí es un piropo, gente), pero no acepto que un extraño me diga que estoy rica cuando ni siquiera me ha probado (y nunca lo hará, repito: nunca lo hará), esto último es acoso y no se debe aceptar y mucho menos tolerar.

"Basta con responderle o ignorarle", pensarán algunos ingenuos en este momento, pero no los culpo, muchos solíamos ser parte de ese grupo de inocentes que creen que ignorar o con insultar de regreso basta. Pues resulta que no, no es suficiente: cuando una ignora, el acosador puede ponerse pesado y seguir o insultar porque una es "engreída" al no recibir su "cumplido" (de cumplido no tiene absolutamente nada); y si, por el contrario, le respondemos, nos "ganamos" un insulto por ser unas hijas de la gran puta (como una vez me llamaron) por no saber tomar bien su "seductora galantería".

Ahora, en serio tengo una pregunta por si algún acosador callejero está leyendo esto: ¿Qué esperan que pase, que nos pongamos las rodilleras ahí mismo, que nos desnudemos, que les demos nuestro número? Tengo noticias: no va a pasar. No nos vuelven locas (salvo de rabia), no nos parecen más atractivos por hacer eso (nos parecen más corrientes), ni vamos a querer coger con ustedes, así que pueden parar de hacerlo. Si tanto desean interactuar con una mujer que no sean sus madres, la manera más sencilla de lograrlo es hablar, pero hablar cosas coherentes y tener temas de conversación, en otras palabras no soltar estupideces como: "que rica esa torta, mami", ¿cuál torta, cuál mami? Si yo hubiera sido tu "mami" te habría educado mejor.

Para terminar con este corto artículo, tengo que decir que todas las personas merecemos respeto, de manera independiente a lo que la chica lleve puesto, no se lo puso para que un idiota le dijera cosas en la calle, deja de creer que esos shorts son para provocarte cuando afuera hace un calor del demonio. Y, lo más importante: deja de pretender, acosador callejero, que vas a recibir una respuesta dulce de una mujer a la que acabas de ultrajar. Si eres muy sensible y no soportas que te insulten, entonces no la irrespetes.  Así de sencillo.

Publicado en Inicio » Bar y Vida »